Isabel Holgado Fernández, antropóloga española.

La primacía del dólar ha adulterado radicalmente las relaciones afectivas e interpersonales en la sociedad cubana, donde las proclamas socialistas sobre la igualdad de derechos entre los sexos parecen sucumbir al "tiempo del interés''.

"Tener o no tener dólares es el axioma que está alterando las relaciones entre los sexos en la Cuba actual'', afirmó la antropóloga española Isabel Holgado Fernández, de 31 años, quien concluyó recientemente una extensa investigación sobre la vida de las mujeres cubanas en los últimos años.

Holgado, graduada en la Universidad de Barcelona, recogió su faena investigativa de tres años en Cuba en el libro !No es fácil!, que acaba de publicar la Editorial Icaria de Barcelona y será presentado en la XVI Feria Internacional del Libro de Miami, el próximo noviembre. "Lo que encontré allí desde mi primer viaje [en 1996] me desbordó'', comentó la estudiosa. "Antes de viajar pensaba de verdad que Cuba era la alternativa, que era fantástico que en algún lugar del mundo se estuviera luchando por la igualdad de sexos, pero no hallé la Revolución por ningún lado''.

Entremezclando los testimonios de 60 habaneras de diferentes profesiones y estratos sociales con documentos oficiales y estudios realizados por instituciones cubanas, la autora presenta un dramático panorama que plasma el impacto de la crisis nacional en el universo femenino.

"Las necesidades económicas están teniendo un importante peso en la formación de nuevas parejas, especialmente entre mujeres con niveles muy bajos de ingresos'', explicó Holgado, que durante sus frecuentes viajes a la isla ha preferido convivir con los cubanos antes que alojarse en hoteles.

Entre los testimonios recopilados está el de Caridad, una veladora de museo con sueldo mensual de 148 pesos cubanos ($7 al cambio actual), quien convive desde hace un año con un carnicero. Caridad admite que su salario era insuficiente para mantenerse ella y la hija de una relación anterior, pero que ambas han mejorado su calidad de vida con la llegada del carnicero, una suerte de rey Midas en la sociedad cubana actual. "Hay mujeres que se 'empatan' con hombres que les puedan resolver. Hay otras que se empatan porque les gusta, pero ya de eso se ven muy pocos casos. Hoy en día se vive el tiempo del interés'', relató Lilia ama de casa de 29 años.

Pero, de acuerdo con el estudio, la formación de parejas por razones no afectivas toca también a los hombres. Alexis, un rockero de una banda poco exitosa, dice que se ha prostituido con su ex mujer por $200. "Esa es la cantidad que me ha prestado mi ex mujer para que vuelva a ser su macho'', relata el músico.

Por su parte, Mario, cantinero de un bar para turistas, lamenta la dificultad de encontrar una pareja que lo quiera "como soy, no por mis dólares''.

La mirada de Holgado penetra también el comportamiento de la juventud, el fenómeno de la prostitución (jineterismo) y la subversión de valores en terrenos como el de la educación.

Un profesor de un instituto tecnológico de Construcción Civil relata las dificultades para evitar la intimidad con las alumnas en estos tiempos: "Ellas mismas vienen y te presionan a cambio de tener relaciones sexuales. Incluso ahora te ofrecen dólares''.

En cuanto al jineterismo, la autora observa que si en sus inicios se caracterizó por la espontaneidad y la autogestión, los hombres han terminado por tomar las riendas del negocio, olvidando su tradicional orgullo y honor pisoteados.

"La figura del chulo o proxeneta ya es cotidiana en el paisaje cubano'', expresó Holgado. "Son comunes los casos de matrimonios que se desplazan del interior a la capital para `luchar'... Muchas veces la mujer es la que se inicia en el `jineteo', mientras el esposo se dedica a negocios paralelos con el ron y el tabaco''.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, Cuba tiene una población de 11.2 millones de habitantes, entre los cuales las mujeres son mayoría por 4,159. El sector femenino representa el 43.6 por ciento de la población económicamente activa, y las mujeres son cabeza de familia en el 30 por ciento de los hogares de la isla.

Sin embargo, el pleno ejercicio de los derechos femeninos permanece aún como asignatura pendiente de la sociedad cubana. La propia presidenta de la Comisión de Naciones Unidas contra la Discriminación de la Mujer, Aida González, opinó el pasado junio que Cuba ``no ha logrado un reparto equitativo de las responsabilidades del hombre y la mujer'', y criticó los efectos de la ``cultura del machismo'' en casos de acoso sexual y violencia verbal y psicológica.

"El hombre nuevo y la mujer nueva preconizados por la Revolución todavía no aparecen por ninguna parte'', ironizó Holgado, que labora en Barcelona con el grupo Alhanan-Mujeres por una Educación Intercultural, fundado en 1999.

La investigadora califica como absoluto el fracaso del sistema educativo en torno a la sexualidad, y opina que la oficialista Federación de Mujeres Cubanas "se ha convertido en una entelequia, con un discurso ideologizado de escasa resonancia en el sector femenino''. Holgado considero que las repercusiones de la crisis interna no solo se han evidenciado en el mundo material, sino también en el ánimo de los cubanos. Según ella, la solidaridad social, que funciono como mecanismo fundamental de los inicios de la revolución de Fidel Castro, se ha visto seriamente dañada, sobre todo entre la juventud.

"La juventud vive una especie de presentismo, es decir, vive hoy y aprovecha al máximo que mañana no se sabe lo que vendrá'', señalo. "La ruptura del ideal ético de la equidad ha provocado un sentimiento de incertidumbre y una búsqueda de inmediatez, con un cuestionamiento sociopolítico sin precedentes en la historia revolucionaria''.