La maldad está allá afuera. Podría entrar a la Isla por medio de Internet. De eso quieren convencerme a mí y a todos los cubanos. No lo logran. Difunden, quienes mandan y deciden por nosotros, que nada bueno nos perdemos por no tener a nuestro alcance la compra de una computadora y la conexión a Internet.

Y, con ese aislamiento, en Cuba simulan protegernos. Sí, protegernos, pues según cuentan aquí, Internet está llena, repleta, de xenofobia, pornografía, racismo, prostitución, violencia .... todo lo malo del mundo y por ahí pa´ llá, como dice el pueblo.

Para probarlo han transmitido, en la prensa gubernamental televisiva, documentales extranjeros, reportajes nacionales y muestras de páginas web, sobre lo pernicioso de esa red liberal, corrupta, incontrolable. Claro, se supone que la super elite oficialista de cibernautas cubanos navega por el estiércol del ciberespacio sólo con el propósito de alertarnos sobre la existencia de un bajo mundo en la red global de redes. (Esos privilegiados cibernautas deben estar vacunados contra toda suciedad, pues de consideran inmunes a todo contagio.)

Una vez informados sobre los efectos dañinos de Internet, esperan que nos sintamos menos agraviados e incómodos con las autoridades, por la incomunicación, y la censura impuestas.

Pero no somos seres fronterizos, en la doble aceptación de la palabra. Cualquiera sean los móviles, quienes recurren o tienden a las degradaciones humanas, no necesitan conectarse a Internet mediante equipos sofisticados: las encuentran dentro de la propia Isla, como en todas partes del mundo. No obstante, ¿por qué se sirven de esta red satánica en Cuba?. Es de público conocimiento que la oficialidad cubana se nutre de informaciones provenientes de Internet para luego manipularlas a su antojo, al dirigirlas al gran público de la Isla.

También para nadie es secreto que mediante la red de redes se difunde una imagen virtual de la situación del país y de la sociedad cubana: a esto llaman "la verdad sobre Cuba".

Por un lado, se aprovechan de las ventajas de Internet; por otro, la tornan exclusivista.

La realidad es que Internet es como la vida misma, tiene de todo. Desde el verso, hasta el reverso; desde el periódico Granma hasta El Nuevo Herald. Pero tanta diversidad conspira contra la rigidez totalitaria enraizada en la Isla desde hace más de cuatro décadas.

Según especialista de informática, la ley de Internet es la libre expresión. Y ésa, bien se sabe, no existe en Cuba ni para los seguidores del régimen. La maldad, la marginación y la censura también esta aquí adentro.

Ernestina Rossell

http://cuba.sipiapa.org/Havana/rossell_26_octubre2001.htm

26 de octubre del 2001