El País Digital
Domingo 
31 diciembre 
2000 - Nº 1703

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INTERNACIONAL
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Un bloqueo al gusto de Castro 

El Gobierno cubano prohíbe el acceso a Internet, considerado como un medio de alto riesgo 

MAURICIO VICENT , La Habana 
Trabajadoras del nuevo servidor de Internet
del Gobierno de La Habana (M. V.).
Cuba entrará en el nuevo milenio sin que sus ciudadanos puedan conectarse libremente a Internet. Desde el mismo instante en que la isla se enlazó oficialmente a la red, hace seis años, las autoridades dictaron normas estrictas para que la información obtenida del ciberespacio estuviese "en correspondencia" con los "principios éticos" de la revolución y no afectase "los intereses ni la seguridad del país". Según admiten fuentes oficiales, hoy sólo 40.000 cubanos -de una población de 11 millones- tiene acceso a Internet, y con restricciones.
 
 

Paradójicamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) quiso entrar al siglo XXI abriendo una página, cubaminrex.cu, que invita a los internautas de todo el mundo a informarse de la realidad de la isla a través de este sitio revolucionario. El sitio fue presentado esta semana en La Habana por el canciller, Felipe Pérez Roque, y entre sus objetivos declarados está "divulgar la realidad cubana", apoyar las causas progresistas del Tercer Mundo y también "acrecentar los esfuerzos" de la isla "contra la explotación y la opresión de los pueblos".
 
 

En 1996, el Consejo de Ministros de Cuba aprobó el decreto-ley 209 sobre el "Acceso desde la República de Cuba a redes informáticas de alcance global", que estableció "la política y estrategias" gubernamentales "con relación a estas redes". El decreto señaló que el acceso a Internet sería definido "en función de los intereses de Cuba, priorizando en la conexión a las personas jurídicas e instituciones de mayor relevancia para la vida y el desarrollo del país".
 
 

Esta política, en vigor en la actualidad, tiene como pilar fundamental el siguiente principio: "Asegurar que la información que se difunda sea fidedigna, y la que se obtenga esté en correspondencia con nuestra ética y no afecte ni a los principios ni a la seguridad del país". Asimismo, la ley creó una comisión intergubernamental para atender los asuntos relacionados con Internet. Ésta es la única autorizada para aprobar la conexión a la red y "regular su uso", y está integrada por altos cargos de los ministerios que tienen que ver la informática.
 
 

"Hasta los talibán en Afganistán tienen acceso a Internet, pero los cubanos no, para nosotros está vedado", ha dicho en alguna ocasión el disidente Elizardo Sánchez. Según Sánchez, el férreo control a los accesos y las comunicaciones a través de la red cibernética es parte consustancial de la censura ideológica y política que el Gobierno mantiene en el país. Según la organización Reporteros Sin Fronteras, Cuba es uno de los 20 países del mundo que, bajo el pretexto de proteger al público contra ideas subversivas o de garantizar la unidad del país, impide el acceso de sus ciudadanos a Internet.
 
 

Para las autoridades de la isla, la razón del bloqueo a Internet es más económica que política. El país está en crisis y las computadoras son un artículo de lujo -sólo el 60 % de las que existen en la isla tenían hace cinco años capacidad de conectarse a la red-; además las líneas telefónicas son escasas y de mala calidad. "Antes que pensar en Internet hay que garantizarle la salud y la educación a la población", es uno de los argumentos manejados por los dirigentes cubanos.
 
 

"Hoy en día vivir de espaldas a Internet significa vivir de espaldas al mundo y a la modernidad", afirma Vladimir, un estudiante de la Universidad de La Habana que como muchos otros estudiantes de la capital paga unos cuantos dólares por debajo de la manga para conectarse clandestinamente a la red.
 
 

Pese a las reticencias ideológicas, el Gobierno es consciente de que Internet representa un factor de desarrollo y que no puede quedarse al margen del intercambio de información técnica y científica. En los últimos tres años las autoridades han hecho una cuantiosa inversión en la modernización de las redes telefónicas y en la compra de computadoras y equipos informáticos de alta tecnología para equipar empresas y centros de investigaciones, y planea crear una decena de cibercafés en la isla el próximo año (ya se han inaugurado dos). También se han creado redes locales para algunos sectores profesionales, pero con accesos limitados y numerosas páginas vedadas.
 
 

"En los centros de trabajo sólo tienen clave para conectarse algunas personas, no se puede entrar a las páginas de contenido político y a direcciones de diarios como el Miami Herald y a los cubanos de a pie no se nos permite tener una cuenta privada, ni pagándola en dólares", explica Vladimir. Pero, ya se sabe, los cubanos están acostumbrados a inventar y eludir los más diversos bloqueos.
 
 

Mañana, 1 de enero de 2001, comenzará el "Año de la Revolución Victoriosa en el Nuevo Milenio". Así ha sido bautizado oficialmente el nuevo año siguiendo una vieja tradición revolucionaria, y los internautas de todo el mundo, aunque pocos de la isla, podrán ver ésta y otras informaciones de interés si pinchan la página cubaminrex.cu. La .cu es de Cuba. 

Alternativas piratas

Los cubanos están acostumbrados a inventar para resolver sus necesidades informativas y lúdicas por vías alternativas a las del Estado. En los años noventa, jóvenes ingenieros cubanos piratearon con antenas parabólicas caseras los 10 canales de televisión extranjeros que emitía el hotel Habana Libre a todas las instalaciones turísticas de la capital. Cuando las autoridades se percataron y codificaron la señal, en menos de una semana los técnicos ya habían encontrado una solución para eludir el bloqueo. 

De la misma forma, miles de cubanos, sobre todo científicos y estudiantes, se conectan cada noche a Internet. El sistema más común es el robo de password. Muchas empresas cubanas y extranjeras tienen contratado un servicio de Internet a tiempo completo, pero sólo lo utilizan en horario laborable. Los piratas compran a un dealer una de estas claves para usarla por las noches. La tarifa por horario oscila entre 10 y 30 dólares mensuales y el único impedimento es no abrir el correo de la víctima, pues el operativo sería detectado. 
 

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