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Nuevamente el submarino ruso es noticia, cuando veo el noticiero,
me viene
a la mente aquella película norteamericana de la década de los cincuenta llamada; "El hombre que nunca existió". Creo que ese es el título de la misma, era un drama de espionaje cuyo tema principal era; desembarcar el cadáver de un oficial norteamericano, con un portafolio cargado de documentos secretos en las costas de Portugal (no estoy muy seguro), para tenderle una trampa a los servicios de inteligencia alemana, sobre el movimiento de tropas aliadas. Aquel cadáver lo llevaron hasta las proximidades de la costa en un submarino y luego con una lancha lo abandonaron en una playa. Hoy han pasado muchos años de aquella historia, que caprichosamente me viene a la mente al oír las noticias dadas con relación al submarino atómico Kursk. Se han dado tantas versiones oficiales desde su hundimiento, que en estos momentos no se sabe a cual de ellas creerle. Aparece el cadáver del Capitán de la nave con una carta para la familia (considerada sagrada para el gobierno) y otra donde da algunas explicaciones, entre ellas, que hubo sobrevivientes que se trasladaron hasta el compartimiento número nueve (si no me equivoco). De hecho se está aceptando la versión sobre las supuestas señales en código Morse, que fueron recibidas a través de golpes al casco de la nave, por alguno de los hombres atrapados. Nada de eso justifica la demora en anunciar la pérdida del submarino con más de cien tripulantes a bordo, ni la más larga demora aún, en solicitar ayuda extranjera que le había sido ofrecida. Quedando siempre un gran espacio a las deducciones, las dudas y el libre criterio. Como están las cosas en ese país desde hace bastante tiempo y echémosle de paso la culpa a la democracia y no a los hombres, (para hacer felices a unos cuantos comunistas ciegos), he tenido siempre la duda de que esos hombres pudieron haber sido asesinados por razones muy poderosas, y la verdad se esfumará como sucedió con el caso del Presidente Kennedy. Hay demasiadas razones para pensar de esta forma: Un Mariscal de la armada rusa que se encontraba en el submarino y un Presidente que no renuncia a sus vacaciones ante la gravedad del hecho, donde ha perdido a un submarino atómico, unos 118 tripulantes y a un alto oficial de su ejército. Todos los días transcurridos desde el hundimiento hasta que se solicita la ayuda externa, sabiendo que existían la posibilidad de encontrar vidas y para concluir, la cantidad de versiones oficiales que se transmitieron en esos días, solo han demostrado que se estaba tratando de ganar tiempo para que no hubieran sobrevivientes, o bien, para eliminarlos desde el exterior. Digo esto último, porque ahora casualmente sale la versión de que aquellos marinos atrapados, no pudieron salir de la nave debido a una maldita escotilla que se encontraba defectuosa. Creo que ya es demasiado para consumir como una película de ficción, el supuesto choque con otro submarino de la OTAN, ya que tampoco se reportó la llegada de ninguno de ellos averiados a puertos europeos, ni que se hundiera al colisionar con ese monumento naval llamado Kursk, es demasiado para un solo corazón (como decimos en Cuba). El Capitán tuvo suficiente tiempo de hacer aquellas famosas cartas, en medio de la desesperación, de la oscuridad, de la seguridad de tener la muerte a sus espaldas recordándole los minutos que le quedaban, etc., etc. ¿No pudieron en todo ese tiempo transcurrido, utilizar hombres especiales para terminar la faena? ¿No pudieron bajar buzos y bloquear aquella escotilla de salida? ¿No pudieron falsificar la letra del Capitán y colocarle las cartas en los bolsillos, para cuando bajaran los buzos noruegos? No se sabe a donde quiere llevar a Rusia el antiguo KGB con sus últimas actuaciones, no se sabe en qué parará aquel país saqueado constantemente. Claro que me tiene que venir a la mente aquella película americana, cuando veo esta otra película rusa. Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2-11-2000. |