Jesús Yánez Pelletier |
Antiguamente director de cárcel, recibió en 1953 la orden de envenenar al prisionero Fidel Castro. Incumplió esta orden y en 1959 pasó a ser edecán de Castro. Fué el encargado de organizar las citas de Marita con Fidel. En 1960 fué condenado a 15 años de prisión por ‘actividades pro-norteamericanas’. Murió en septiembre de 2000, a la edad de 83 años, después de desarrollar una intensa actividad como disidente en La Habana. |
Jesús Yánez Pelletier ha muerto formando parte del bando de los que aman y construyen en la sociedad. Su defensa infinita de las libertades y de los derechos inalienables a todo ser humano lo distinguió siempre, aun en los círculos militares y en los sectores de gobierno, a los que en algunas etapas de su vida estuvo vinculado. Cuando en l953 uno de sus jefes le ordenó asesinar a un prisionero que estaba bajo su custodia, su reacción fue la de proteger esa vida en peligro denunciando los hechos. Esta conducta le arruinó su carrera en el ejército, pero no se arrepintió jamás de su honrada acción. En l959 aquél prisionero llegó al poder y lo designó como Jefe de los Ayudantes del Comandante en Jefe. Gloria, poder, bienestar y a todos los demás atributos del triunfo, volvió a renunciar Jesús Yánez Pelletier cuando en l960 se enfrentó a Fidel Castro, por oponerse al rumbo totalitario y a la orientación comunista que, a todo vapor, se iba imponiendo en Cuba. Conocí a Jesús Yánez Pelletier en el presidio político cubano. Aun en aquellas espantosas circunstancias él siempre fue una persona caballerosa, magnánima, jovial y poseída de todo género de comprensiones para con los demás. Más tarde formó parte de nuestro movimiento cubano de derechos humanos. En estas aun más difíciles lides, como era de esperar Yánez Pelletier también se convirtió en un objetivo prioritario de las conspiraciones permanentes de la policía castrista para pulverizar a los activistas. Sin embargo, siempre mantuvo su carácter de gestor diplomático para remediar los problemas. Como una muestra de simpatía y de solidaridad para con toda la oposición democrática de la Isla y como un gesto de recordación hacia Jesús Yánez Pelletier, varias figuras de relieve han firmado un mensaje de condolencia a su familia y han reiterado su apoyo a la emergente sociedad civil independiente cubana. Entre las personalidades que se han adherido a este pronunciamiento de respaldo están el Presidente de la República Checa Vaclav Havel; los premios Nobel Lech Walesa, Desmond Tuto y Elie Wiesel; así como Elena Booner; el ex presidente de Lituania Vitautas Landsbergis; los escritores Adam Michnik, Jorge Semprún, Ernesto Sábato y otros.APUNTES PARA LA REVISTA “SIGLO XXI”, miércoles 20 de septiembre del año 2000, Comité Cubano Pro Derechos Humanos www.sigloxxx.org |
LA
DIFAMACION COMO ARMA TERRORISTA CRONICA
DE OPINION DE RITA FLEITAS PARA LA REVISTA “Siglo XXI”, jueves ll de
octubre del año 200l Desde
siempre, la propaganda terrorista ha sido uno de los instrumentos de
dominación predilectos de Fidel Castro.
Los opositores a su modus operandi a través del pandillerismo
como fórmula suprema de control social, han sido el blanco prelilecto
de su retórica instigadora del odio criminal. Sin embargo, aun así no
podemos impedir que la repugnancia haga estragos, ante el espectáculo
de los intentos de Castro por minar la confianza de la ciudadanía en la
disidencia cubana, con la
patraña de que el fallecido activista Jesús Yánez Pelletier era un
sirviente de su ministerio del pánico. El
ridículo que tal afirmación supone es de tal naturaleza que, en
verdad, representa una ofensa al común denominador de la inteligencia
de la población cubana y de quienes son estudiosos u observadores
serios de la historia contemporanea de Cuba. La saga histórica de Jesús Yánez Pelletier es un libro abierto que, con el título de “El Costo de las Ideas”, se encuentra en la sección de libros de la página en internet www.sigloxxi.org Por
eso, es de público conocimiento que Fidel Castro,
en el paroxismo de la traición, a quien le había salvado la
vida después del Asalto al
Cuartel Moncada, en l960 lo condenó a veinte años de cárcel por una
patraña urdida contra Yánez Pelletier por los mandos del G-2, para
situar en su cargo de Jefe de sus Ayudantes,
a un soldado del estalinismo como era Alfredo Gamonal.
Jesús
Yánes Pelletier fue encerrado en el presidio político de Cuba porque,
efectivamente, desde su juventud era un anticomunista confeso y, en
especial, un crítico agudo del Partido Socialista Popular. Osvaldo Sánchez,
uno de los comisarios del PSP formado en los años 50 en las escuelas de
la KGB en Rusia y quien había sido nombrado en l959 como jefe del G-2,
fue el encargado de llevar a cabo la conspiración para
encarcelar a Yánez. Fidel Castro, de hecho, contribuyó a la infamia
porque su olfato gangsteril le indicaba, como siempre, que es preciso
eliminar a todos aquellos que posean información esencial de sus
tropelias. La
historia del encarcelamiento de Yánez Pelletier en l960, conjuntamente
con el asesinato de aquellos mismos que ayudaron a destruírlo, como
fueron los casos de Osvaldo Sánchez, Alfredo Gamonal, Anibal Escalante,
José Abrantes, René Rodríguez Cruz y Manael Piñeiro Losada,
alias Barbarroja, contiene orgias de terrorismo de estado que,
en un futuro cercano, apareceran con lujo de detalles en el
“Libro Negro del Comunismo en Cuba”, que está en preparación. No
obstante, esta burda acción de
Fidel Castro tratando, después de muerto Jesús Yánez Pelletier, de
pasarlo a sus filas, es demostrativa de la desesperación y la completa
derrota que asolan a este viejo tirano.
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