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19 de abril 
de 2002

  

  

 
 
 
 
 

 

CULTURA
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 La Vieja Trova Santiaguera se despide de los escenarios con una gira

'El balcón del adiós' es el título del último disco del grupo

 

 CARLOS GALILEA | Madrid
 
 
 

Se van. Un último disco, El balcón del adiós; unos conciertos en primavera y una gira en verano para la despedida de estos venerables músicos que en los últimos ocho años han compartido con el público español -al que no dejan de reiterar su agradecimiento por los aplausos y el afecto- la música tradicional de Cuba. 'No queremos defraudar al público', dice Reinaldo Hierrezuelo, de 75 años, 'porque a pesar de nuestro optimismo, y de la marcha que siempre hemos demostrado, somos ya muy mayores'. 'El tiempo destruye hasta el acero', añade Ricardo Ortiz, de 67 años, el más joven de los cinco. Aristóteles Limonta, con 89 años, será el más veterano en los conciertos de presentación de El balcón del adiós mañana en Altea, el día 25 en Madrid, el 28 en Zaragoza, el 29 en Figueres, el 8 de mayo en Barcelona, el 17 en Burjasot, el 23 en León, el 24 en Salamanca, el 25 en Burgos y el 8 de junio en Mijas.

'Queremos retirarnos con alegría y con fuerza, como llegamos', asegura Hierrezuelo. Aunque, para Reinaldo Creagh, que cumple 84 en julio, el adiós definitivo es cuando uno muere. 'Yo no pienso hacerlo por ahora, y si la muerte me toca en la casa, le pido una prórroga', dice riendo. Buen momento para recordar a quienes pasaron por el grupo y ya no están: el fallecido Amado Machado, el jubilado Pancho Cobas, Galbán, Rubén Betancourt... El último en llegar ha sido Maracaibo. Así se conoce a José Castañeda, autor de Maracaibo oriental, un número que hizo tremendamente popular Beny Moré y que han grabado numerosos cantantes.

Acaban de participar en un documental sobre Antonio Machín, Toda una vida, cantando Corazón loco. 'El primer número que yo canté, con siete años, subido en una mesa, fue uno de los que él grabó, El pirulí, un pregón. Machín es inolvidable y yo lo tengo grabado en los huesos', cuenta Hierrezuelo. Al principio hubo incluso un intento de bautizarlos como Amigos de Machín: 'Se llegó al consenso de que era mejor el nombre que quedó finalmente'. El mismo que va a llevar la biblioteca que la ONG Libros por el Mundo proyecta en Santiago de Cuba: Vieja Trova Santiaguera.


 
 

 

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