Fallece a los 53 el prominente escritor cubano Alberto
Serret
El escritor cubano Alberto Serret falleció el martes a la salida
de un estudio de televisión en Quito, Ecuador, víctima
de un fulminante ataque cardíaco. Tenía 53 años.
Serret, que residía en Ecuador desde 1992, era reconocido como
uno de los autores más prolíficos de su generación,
en virtud de una obra que incluye poesía, literatura infantil,
teatro y narrativa, además de numerosos guiones para series
de radio y televisión.
``Fue un ataque fulminante'', relató ayer desde Quito la escritora
Chely Lima, su esposa y colaboradora durante los últimos 22
años. ``Estaba perfectamente bien y se desplomó a la
salida del canal [Ecuavisa], después de inaugurar un espacio
sobre la psicología de los sueños''.
La viuda indicó que el cadáver de Serret fue cremado
--cumpliendo la voluntad de él--, y las cenizas permanecerán
junto a ella.
Nacido en Santiago de Cuba en 1947, Serret
se graduó de Ingeniería Civil, profesión que
abandonó para dedicarse por entero a la creación literaria.
En Cuba publicó los poemarios Figuras cantadas y soñadas
(1980), Jaula abierta (1980), Cordeles de humo (1987)
y En plena desnudez (1988). En 1987 su libro de cuentos
para niños Escrito para Osmani recibió el premio
de la crítica a las mejores obras editadas en la isla.
En colaboración con Lima escribió además los volúmenes
de cuentos Espacio abierto (1983)
y Los asesinos las prefieren rubias (1990). Fue además ganador
del premio nacional de teatro en 1991 por su obra Un plato de col agria.
Poco antes de abandonar la isla, Serret y Lima escribieron el serial
de aventuras Shiralad, que tuvo magnífica acogida entre
la crítica y el público juvenil cubano.
``Serret era un poeta originalísimo y uno de los más
significativos de su generación, pero por razones inexplicables
su obra no ha sido suficientemente valorada'', consideró el
escritor cubano Antonio Orlando Rodríguez, exiliado en Miami.
Rodríguez valoró como ``una muestra excepcional de la
creación poética de Serret'' la antología Estrago
que hacen las malditas flores, que publicó en 1998 la
Casa de la Cultura Benjamín Carrión, en Quito.
``En el panorama literario cubano, la obra de Serret es como una isla,
un mundo autónomo y muy personal'', opinó el crítico
Sergio
Andricaín, que se refirió a interesantes piezas
narrativas que el autor dejó inéditas.
``Había trabajado los últimos cinco años en una
novela erótica titulada El amante de Lot, que es excelente
y va a causar impacto el día que se publique'', agregó
Andricaín.
Serret no tuvo hijos. Lo sobreviven su madre y otros familiares que
residen en Santiago de Cuba.
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Publicado el viernes, 9 de marzo de 2001 en El Nuevo
Herald
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