DIALOGO EN LA CASA DE JOSE MARTI
Allí lo tuvo Leonor
allí Martí sonreía
cuando Amelia le ponía
su mameluco de amor.
Allí su primer dolor,
allí su risa primera,
todavía por la acera
donde su silencio vive,
se siente andar a Mendive
del brazo de su bandera.
La puerta estaba cerrada,
pero él estaba en la puerta
con una mirada abierta...
Qué pueblo aquella mirada!
Yo ví la casa tapiada
por la madera que ví.
Martí me miró: (Martí
habla mirando) "Mis ojos
no son tan rojos, tan rojos
como este color de aquí"
Le oí golpear la madera
con gritos de su congoja:
"Qué roja, señor, qué roja
me pusieron la bandera!"
Cuba en una herida entera
derrama su corazón...
Este no es el pelotón
que a borrar el crimen vino,
este es un dedo asesino
señalando al paredón!"
El habla así con su tierra:
Quién te puso el antifaz,
tanta palabra de paz
y tanta histeria de guerra?
Esto no subió a la Sierra,
esto no incendió los llanos,
esto se gasta en las manos
en un martillo de abusos
y clava puñales rusos
en corazones cubanos"
Su voz era la de allí,
pero qué pena, qué pena,
no todos tienen antena
para la voz de Martí.
El, sólo habló para mí:
"Poeta de mi color
cuéntame un cuento de amor,
dime a la sombra de un ala
por qué Cuba es una bala,
por qué Cuba es un dolor"
Ay, Martí! Tu pueblo un día
supo de un hombre tirano,
y contigo de la mano
sacó a pelear su alegría!
Destruyó la tiranía
carcelaria y militar...
y hoy Cuba, echada a llorar
en un llanto que no pasa
es cuartel en cada casa
y cárcel de mar a mar.
El guajiro, la pasión
de tu "guerra necesaria"
que fuera simiente agraria
de tu enorme corazón,
se dió a la revolución,
fue matador y matado;
pero bajó traicionado
desde el aire de la Sierra
hoy no es guajiro con tierra
hoy es guajiro enterrado!
El niño, el ángel aquel
que aún tu silencio desvela,
que te ve frente a su escuela
pensante siempre por él
también tiene su cuartel
-flor clavada en una espina-
ángel tuyo que camina
como un cadáver alado,
cascabel uniformado
y risa con disciplina.
Y la mujer, la que ayer
fuera tu venda y tu herida,
sin que empañaras tu vida
diciendo mal de mujer...
!Ay, Martí! No puede ser
flor del portal y la sala
y es un ala, sí, es un ala
rota ya por la traición,
un beso con pantalón
para el beso de una bala!
Martí me volvió a mirar
desde la puerta cerrada,
él habla con su mirada
como nadie puede hablar.
"Tú me sabes escuchar,
tú eres mi querido hermano;
vuelva otra vez en tu mano
a sonreir mi bandera...
!Véte! que la Patria espera
por tu fusil de cubano!...
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