Exiliados y revolucionarios cubanos se estrechan
las manos 40 años después de Bahía de Cochinos
Cinco brigadistas, acompañados por la hermana de John F. Kennedy,
visitan la zona de combate
MAURICIO VICENT | La Habana
Las arenas de Bahía de Cochinos recibieron este fin de semana
una visita muy especial: la de cinco exiliados cubanos de la Brigada 2506
que hace 40 años desembarcaron en esas mismas playas armados hasta
los dientes para derrocar a Fidel Castro. Esta vez lo hicieron en son de
paz y acompañados por Jean Kennedy Smith, hermana del asesinado
presidente John F. Kennedy, que en la madrugada del 17 de abril de 1961
dio el visto bueno a la famosa invasión, que fue financiada y organizada
por la CIA, el servicio de inteligencia de Estados Unidos.
Cuatro décadas después de aquel histórico suceso,
Jean, su hijo William y una delegación norteamericana de medio centenar
de personas participaron en la conferencia académica Giron, 40 años
después, que concluyó el sábado en el escenario de
los combates: Playa Girón, Playa Larga y Bahía de Cochinos.
La invasión duro tres días y concluyó en un estrepitoso
fracaso - 200 invasores muertos y 1.180 detenidos- que contribuyó
a consolidar y radicalizar la revolución de Fidel Castro.
Sobre este y otros aspectos trató el seminario, que contó
todos los días con la participación del presidente cubano,
quién encabezó la delegación revolucionaria. La conferencia
tuvo momentos emotivos -especialmente uno, cuando el exiliado ex brigadista
Alfredo Duran se estrechó las manos con Arnaldo Morfa, oficial de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias que disparó contra él
durante la batalla- y acabó con un comunicado conjunto que expresa
el deseo de que el éxito del seminario "sirva de modelo para continuar
la ampliación de un diálogo sobre éste y sobre otros
temas importantes en el prolongado conflicto entre Estados Unidos y Cuba".
"Tal vez éste sea el inicio de una reconciliación'" entre
cubanos, dijo José Hernández, uno de los miembros de la Brigada
2.506 asistentes al foro. "Vivir de nuevo los combates, ver de nuevo los
lugares... Ha sido emocionante ver a dos adversarios unidos", afirmó
el exiliado, cuya visita a Cuba es la primera desde aquellos días.
Las autoridades cubanas se han mostrado pesimistas sobre la posibilidad
de que la conferencia pueda contribuir a un acercamiento entre La Habana
y la actual administración norteamericana, pero algunos de los asistentes
sí han expresado su confianza en que el foro sea al menos un primer
paso hacia una reconciliación entre los antiguos contrincantes.
Visiblemente emocionada, la hermana de JFK, después de un paseo
por Playa Larga, localidad donde murieron 70 cubanos de ambos bandos, declaró:
"Creo que ahora podemos dejar todo eso en el pasado y construir nuevas
amistades". "La invasión fue algo muy triste porque se perdieron
muchas vidas, pero creo que es maravilloso que podamos encontrarnos aquí
para aprender mutuamente", añadió. Preguntada por lo que
hubiera opinado su hermano de esta conferencia, Jean Kennedy Smith afirmó:
"Diría que es importante meditar y mirar al futuro".
Otro de los participantes en la conferencia fue el ex asesor especial
de Kennedy, Arthur Schlesinger (1960-63), que mostró su oposición
al embargo norteamericano decretado por su Gobierno contra Cuba en 1962.
"Han desaparecido las causas que lo motivaron", aseguró el octogenario
Schlesinger, quien hizo votos por que las tormentosas relaciones entre
los dos países puedan restablecerse durante su vida.
El vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, José Ramón
Fernández, que fue estratega de la batalla junto a Fidel Castro
y organizó el encuentro, señaló que los debates fueron
"serios y respetuosos". "No siempre los que vinieron del lado de allá
piensan de la misma manera que nosotros, pero se han esclarecido muchas
cosas, ha sido muy útil", dijo.
Durante la conferencia Cuba desclasificó más de 600 páginas
de documentos secretos y el propio Castro aclaró muchos de los temas
oscuros de la invasión. Según Thomas Blanton, jefe de los
Archivos de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington y uno
de los 56 miembros de la delegación de EEUU, el presidente cubano
analizó la invasión "no como una operación para provocar
un levantamiento, sino como una operación para provocar la intervención
de Estados Unidos".
"Estoy completamente de acuerdo... yo esperaba que los marines estuvieran
detrás de mí", asintió Alfredo Durán. Durán
se convirtió en uno de los protagonistas de la conferencia, y dijo
durante la sesión de clausura: "Esto ha sido un tributo y un homenaje
a todos los cubanos que murieron en estas playas, a los de las fuerzas
revolucionarias y a los de la Brigada 2506, con la esperanza de que estos
hechos no se repitan más en nuestra historia".
El País, 26 de marzo de 2001
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