Los muertos de la Patria
Vamos a ver los muertos de la Patria.
En la pradera del silencio los árboles,
las aves, los saludos
son también muertos que a muertos corresponden.
Fusiles, metralletas y las manos empuñadoras
son sueños arrugados que soñara
un muerto nacido al muerto de los muertos.
Vamos a ver los muertos de la Patria.
En el montón ilustre nadie espera
recompensas, títulos y ni siquiera tierra
;
podrían recabar monumentos, mármoles,
honores,
pero eligieron ser muertos de la Patria.
Vamos a ver los muertos de la Patria.
Verlos con nuestros ojos dilatados por la vida.
Hay que tocarlos con nuestras manos,
están como aves posadas en el árbol
terrible,
donde el viento no suena,
y en donde la noche misma
se aleja vencida por la Nada.
Vamos a ver los muertos de la Patria.
¡Ay ! - diría yo ese muerto
en quien quedó un asomo
de sonrisa indestructible - :
¿Cómo se muere en el momento
en qué la bala se funde con la risa ?
Y tú
- muerto tirado en esa zanja
con un zapato como casco guerrero en tu cabeza
-,
¿qué mago consultaste para estar
ahora
de cara al Tiempo y con la Patria adentro ?
Vamos a ver los muertos de la Patria.
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