Bajo el hermoso título de "Las palabras son islas" (sacado
de un poema de Orlando González Esteva), el libro se publicó
a finales de 1999. En casi seiscientas páginas, nos ofrece un panorama
bastante extenso de la poesía cubana del siglo veinte, o sea algo
como ciento treinta poetas, desde Bonifacio Byrne, nacido en 1861,
hasta Norge Espinosa Mendoza, nacido en 1971. Editado por el Instituto
Cubano del Libro, no es, por supuesto, el portavoz de los disidentes -
si bien presenta a Heberto Padilla y
el responsable de la edición,
Jorge Luis Arcos, tuvo el valor
de plantear en su Nota preliminar el problema del empobrecimiento
y la asfixia de la poesía cubana, en los años sesenta, por
su avasallamiento a los ideales políticos -, pero con sus fallos
y omisiones constituye una valiosa aportación al conocimiento de
la literatura cubana contemporánea. |