Las autoridades no quieren sembrar la inquietud, pero tampoco ocultan la
gravedad de la crisis que se avecina. La caída de la principal fuente de
ingresos en dólares de Cuba ha sido en la última quincena de un 10% y se prevé
que pueda alcanzar un 25% en un futuro próximo. Las consecuencias repercuten en
gran parte de la población; no sólo desaparecen puestos de trabajo en la
hostelería, sino que también se ve afectado el pequeño sector privado
autorizado y pueden reducirse sensiblemente las remesas de dinero que envían
los exiliados a sus familias.
'Éramos pocos y parió Catana'. El refrán criollo cubano, que viene a decir
que para los pobres no escampa, sale de la boquita de una de las camareras del
principal bar del hotel Meliá Cohiba, el emblema de la cadena Sol Meliá en
Cuba, que gestiona 21 establecimientos y el 15% de la capacidad hotelera de la
isla caribeña. 'Hasta hace un mes aquí las ventas eran de 1.600 dólares
diarios (300.800 pesetas); hoy, cuando más hacemos, son de 700 (131.600
pesetas). Y de las propinas ya ni hablamos: antes, en un buen día nos llevábamos
12 dólares (2.256 pesetas); ahora, ni cinco', cuenta la empleada.
El Cohiba es un reflejo de lo que ha pasado en el sector turístico cubano
tras los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos: en las últimas
semanas el hotel ha cerrado 11 plantas y unos casi doscientos trabajadores han
sido enviados a sus casas. 'La situación es similar en otros hoteles de La
Habana, aunque lo que más se ha resentido son los polos turísticos de playa
como Varadero y Cayo Coco', comenta un funcionario de un grupo hotelero.
Los hoteles están semivacíos y las propinas brillan por su ausencia
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Las autoridades no quieren sembrar la alarma, pero tampoco ocultan la
magnitud del descalabro que puede avecinarse para la isla, habida cuenta de que
el turismo es en la actualidad la principal fuente de ingreso de dólares del país.
El año pasado viajaron a Cuba casi 1.800.000 turistas, y la previsión era
de que en éste se llegase a los dos millones de turistas y a aproximadamente
2.000 millones de dólares (376.000 millones de pesetas) de ingresos brutos en
el sector, de los 5.000 millones (940.000 millones de pesetas) que Cuba obtiene
anualmente por sus exportaciones.
'Estas previsiones ya difícilmente se podrán alcanzar', asegura un
funcionario de turismo, que pone la siguiente cifra sobre la mesa: en la primera
quincena de octubre la caída ha sido del 10%, pero las perspectivas son que esa
cifra podría llegar hasta un 25 % en el futuro más cercano.
Algunas de las cadenas hoteleras cubanas, como Horizontes, han decidido
cerrar o remodelar algunos de sus hoteles en peor estado después de los
atentados. Es el caso del hotel Capri, en el centro de La Habana, clausurado la
semana pasada. 'En términos macroeconómicos, más allá de la crisis que pueda
provocar la resaca del 11 de septiembre, el golpe que ha sufrido el turismo en
Cuba afecta a buena parte de la población', explica un economista cubano. 'En
el sector turístico trabajan casi 100.000 cubanos, una parte de los cuales
ahora serán enviados a casa con el 60% del salario en pesos. Y en la práctica
no resuelve nada, pues viven casi exclusivamente de las propinas'.
La crisis también se hace sentir en el pequeño sector privado autorizado.
Algunos restaurantes privados trabajan casi exclusivamente para pagar los
impuestos, mientras que los más conocidos han perdido clientes e ingresos. 'En
un mes nuestras ventas se han reducido en un 30% o más', comenta Enrique Núñez,
dueño del paladar Fresa y Chocolate. Lo mismo ha ocurrido con los
arrendadores privados de cuartos o viviendas, unos 11.000, y con los taxistas
particulares. Es previsible, además, que las remesas de dinero que envían a
sus familias los exiliados -unos 800 millones de dólares (150.400 millones de
pesetas), según fuentes no oficiales- se reduzcan sensiblemente.
El golpe que ha sufrido el turismo en Cuba afecta a una buena parte de
la población
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Pese a todo, las autoridades cubana tratan de ser cautas. 'Todavía es pronto
para saber cómo repercutirá lo sucedido. Nos mantenemos optimistas y esperamos
tener una temporada de invierno favorable', aseguró la semana pasada el
ministro de Turismo, Ibrahim Ferradaz. El Gobierno cubano confía en que, a la
larga, la situación se equilibre, pues a Cuba no vienen casi viajeros
norteamericanos. El principal emisor de turismo es Canadá, seguido de Italia,
España, Alemania y México.
Además, piensan los funcionarios cubanos consultados, el Caribe podría
finalmente beneficiarse de un desplazamiento del flujo turístico que hasta
ahora optaba por los países árabes hacia esta zona. Pero lo cierto es que en
Cuba han empezado de nuevo los apagones, los hoteles están semivacíos y las
propinas brillan por su ausencia.
[El ministro cubano de Defensa, Raúl Castro, presidió ayer un
multitudinario acto político celebrado en la ciudad de Bayamo, al este de La
Habana, y en el que más de 150.000 personas se pronunciaron en contra del
terrorismo, informa Efe. Todos los oradores coincidieron en condenar el
terrorismo en todas sus manifestaciones, a raíz de la destrucción de las
torres gemelas de Nueva York y el ataque contra la sede del Pentágono en
Washington. Pero los cubanos se pronunciaron también contra de la guerra
desatada por el Gobierno de EE UU contra Afganistan, donde estaría escondido el
saudí Osama Bin Laden, considerado por las autoridades norteamericanas el
principal sospechoso.]