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 TU LIBERTAD Y LA MIA

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Te oigo hablar de libertad y me siento como un extraterrestre, es un raro sentimiento con sobradas justificaciones, no olvides que yo la viví como tú y por eso es difícil ocultar eso que se lleva dentro, muy adentro compadre, tan profundo, que es casi imposible de borrar, ¿a cual libertad te refieres?

Debe ser a la del CDR (Comité de Defensa de la "Revolución"), esa organización que te vigila diariamente, que trata de saber qué hablas, qué escuchas, qué cocinas, quién le pega los tarros a quién, la encargada de movilizarte para todas esas marchas en las cuales participas como un comemierda, agitando banderitas, gritando consignas, riendo de mala gana y con el estómago vacío, a las que no te atreves a desafiar por miedo a que te tilden de contrarrevolucionario. Debe ser esa libertad que te jode el fin de semana con un "trabajo voluntario", que de voluntario no tiene nada, o aquella que te jode el sueño, con una guardia para esperar un ataque fantasma que no ha llegado en 42 años. Puede ser la del círculo de estudio que te fragmenta el descanso y no dices nada por miedo a que te acusen de indiferente o antisocial.

Hablas de la libertad de miles de policías que te paran arbitrariamente en la calle, así, sin justificación y no solo eso, la que te ofende y registra el paquete donde cargas tus miserias. Puede que sea la de cientos de prisiones donde se pudren miles de cubanos, ¿es esa tu libertad?

Me hablas tal vez de la libertad de tener un expediente escolar, me refiero a esa pena que se carga durante muchos años, donde reflejan si participas o no y te convierte en gusano desde la infancia. Puede que sea la del expediente laboral manejado por un sindicato extremista, el que lean cada vez que decidas cambiar de trabajo, el que explique que no participas en nada y te convierta en enemigo.

Debe ser la libertad de tener que viajar por la isla acompañado de un RD3 o un RD5, donde te tengas que dar de alta en el CDR nuevo, trasladar la "libreta" que regula qué debes comer o no. Será la libertad de las MTT, rodeado de viejos cagalitrozos marchando con escopetas de palo esperando a los americanos, puede ser también la del si eterno, si para todo, aunque no estés de acuerdo y vivir con el miedo de un no que te condene por vida. La libertad de marchar agitando banderitas y esperar por los dólares de los parientes del norte, el dinero de aquellos que llaman mafiosos y trabajan overtime para llenarte la barriga.

Podrá ser esa libertad la de tener un pasaporte que te acuse de posible emigrante, quizás la de convertirte en un ser sin criterios, incapaz de pensar y tener criterios, donde un solo hombre lo haga por tu imbecilidad e incompetencia, ¿es esa tu libertad?, ¿será aquella donde tú no puedas disfrutar las cosas de tu país, pero además de eso, manifestarte orgullosos al ver que un extranjero hace uso de lo que te pertenece como natural?, ¿será una libertad de maricón la que me hablas?

Tu libertad es la de vivir con una máscara y vivir ocultando tus sentimientos, es comer lo que ordena una libreta anciana, reír de la misma manera que en un programa televisado y afirmar siempre como si nada hubiera pasado. Debe ser vivir en el paraíso de las promesas incumplidas, la del temor a oír cosas que vengan de otras fronteras. Será la de asistir a un hospital de mala muerte o a una escuelita gratis, escuchar sobre el hambre que anda regada por el mundo y llenarme de esa manera. Tu libertad es muy rara y extravagante, extremista, sangrienta y no lo expreso por simple vanidad, ¿cómo justificas tantos seres muertos escapando de ella?

¿Conoces otra libertad que no sea esa? La tuya tuve la desgracia de vivirla, ¿sabes como es la mía? Es sencilla, simple, ordinaria y sin muchos significados, carece de esas especies que tienen la tuya y la hacen ficticia, es eso muy simple y grande, es sencillamente libertad.

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.