Página de inicio

 
LA VUELTA AL MUNDO EN UN TIBOL

relato siguiente
Indice de materias
 
 

Hacía poco tiempo que descansaba en Cuba después de navegar en los barcos "Aracelio Iglesias" y en el "Frank País". No tenía asignado ninguno de los grupos en los que estaba dividida la flota cubana, estos estaban formados de acuerdo a la especialidad de transportación de cada nave, fueran de carga general, porta contenedores, refrigerados y graneros. Al parecer y como demostró el tiempo, yo estaría destinado a efectuar relevos donde fuera necesario, esta labor era más compleja, que la del Oficial dedicado a un solo tipo de especialidad, se requería tener experiencia en cada uno de estos dominios o cuando menos un buen aval técnico en la Empresa.

Los barcos que había dejado eran bastante modernos para su época, pero en estas condiciones, yo no podía aspirar a enamorarme de ninguno de ellos, existían dentro de la Empresa clanes y si no pertenecías a ninguno de ellos se te podía dificultar encontrar un barco donde navegar. En ese sentido yo fui bastante afortunado, era conocido en la flota por los años de servicio que llevaba en ella, así, cuando un Primer Oficial solicitaba vacaciones, los capitanes se informaban sobre los que se encontraban descansando para tratar de llevarse al mejor, a un conocido o al amigo. Por estas razones, nunca me vi en la necesidad de estar sobornando a ninguno de los funcionarios, con el objetivo de que me enrolaran en tal o mas cual barco.

Por medio de un telegrama, se solicitó presentarme con carácter urgente en la Empresa de Navegación Mambisa, era sabida la finalidad desde el momento de recibir dicho mensaje para cualquiera de nosotros. Al llegar al Departamento de Cuadros de la Empresa, que era el encargado de la distribución de los Capitanes, Jefes de Máquinas, Primeros Oficiales y Segundos Maquinistas, el funcionario encargado de mi expediente me dice; que era imprescindible enrolarme en la motonave "Casablanca", donde se iba a relevar a toda la tripulación, por problemas que habían sucedido durante el viaje recién terminado. Sabiendo que yo tenía vacaciones pendientes y para suavizar la situación, me dice el funcionario; que ese buque pertenecía a la flota arrendada, tenía tripulación reducida y que mi salario sería de $150.00 USD mensuales. <<¡Que bárbaro! ¿Cómo es posible que esto me caiga en las manos así de jamón?>> Fue lo primero que me vino a la mente, pensé en eso porque para empatarse con uno de esos buques, había que pertenecer como mínimo a uno de esos clanes, imagínense ese salario en una flota donde solo se cobraba $2.00 USD diarios (habían aumentado un dólar), mentalmente me veía sacando cuentas, multiplicándola por meses de viajes, etc. Yo era un tipo dichoso y como me iba a negar a esa ganga que se me ofrecía.

Debo aclararles, que en esa época Cuba se vio obligada a cambiarle la bandera a muchos de los buques, y como es de suponer, también les cambió el nombre. Esto era debido a que los mismos se depositaron como garantía por créditos solicitados, y como los acreedores no tenían de bobos un pelo, los obligaron a matricularlos en distintos países de conveniencia, para no confrontar dificultades en caso de verse obligados al embargo de los mismos por incumplimientos de pago. Con esto desaparecieron muchos nombres de mártires, con los que habían sido bautizados nuestros barcos, y no solo eso, despareció también, parte de esa arrogancia y prepotencia que siempre había identificado a ese régimen, digo esto, porque en una oportunidad se vieron obligados a arrendar a un barco a casco desnudo (esto significa sin tripulación), pero el Armador (dueño) decidió mantener a su Capitán, quién era inglés, y el hombre cuando le fueron a tripular el barco con cubanos, vio entre los marinos a unos cuantos negros, y los mandó a desenrolar. No hubo otra alternativa y las autoridades cubanas aceptaron las condiciones racistas impuestas por este hombre, tampoco se podían realizar reuniones del Partido, ni colocar muralitos llenos de boberías, etc. Recuerdo que los negros y los militantes hablaron mucha mierda, pero al final, se la tuvieron que tragar todas.

No pregunté nada y salí de lo mas contento con mi enrolo, para un barco donde ganaría una fortuna. Pero cual no sería mi sorpresa al llegar al muelle Sierra Maestra Nr.1 Sur, y comprobar, que el barco para donde me habían mandado era el "Renato Guitart", no supe si ahorcarme en ese momento, darme un balazo, volverme loco, no sé, me vino a la mente de que aquel cabrón barco la tenía agarrada conmigo, yo me había enrolado en él unos cuantos años atrás, cuando se llamaba "Jade Island", un viaje que arribó con tres muertos por ingerir alcohol metílico, luego, en Santiago de Cuba fue bautizado con el nombre de Renato Guitart, más tarde llevé a las tropas cubanas para Angola, y ahora en el año 1986, me atrapaba con otro nombre.

Lo que muy inteligentemente se ahorró el funcionario de la Empresa fue, informarme de las causas por las que la tripulación completa era relevada, entre otras cosas; por un mal trabajo general que llevaron al buque casi a su paralización por su deplorable estado técnico, que el buque había sido colisionado en el puerto de Singapur y por poco se hunde allí mismo, por último; tuvieron que recalar forzoso en Hawai para dejar a un tripulante que había sido herido por otro, y al cual le practicaron una operación en el cerebro. Esto era poco para lo que me encontré en el camino.

Durante los días que antecedieron a la salida del buque, en inspecciones realizadas pude comprobar, que el sistema de achique de las bodegas no funcionaba, o sea, en caso de una pequeña inundación en cualquiera de ellas, no podíamos hacer nada. El sistema de lastrado de los tanques con agua de mar, no funcionaba. Se ordenaba llenar un tanque en la proa, y se iban llenando todos hasta llegar al cuarto de máquinas. Los botes salvavidas carecían de avituallamiento, pero no solo esto, ninguno de los botes bajaba de su posición cuando se les abría el freno, luego, antes de partir, tuve que emplear medio día dándole mandarria y calor para poder bajar uno, después repetir la operación con el otro. La arboladura del barco estaba guarnida con cables inapropiados, me refiero a los puntales de carga, corriendo el peligro constante de que se pudiera caer alguno durante las operaciones de descarga. Las tapas de las bodegas carecían de estanqueidad, por lo que se hizo necesario el uso de lonas para cubrirlas, todo el buque se encontraba invadido por cientos de ratas, el sistema de ventilación de las bodegas ya presentaba problemas desde el año 1975.

Cuando el barco fue inspeccionado por personal cubano que trabajaba para el Buró Veritas, lo declararon no apto para navegar y se negaron a concederle extensiones a casi todos los certificados que tenía vencidos, pero en Cuba se limpian el trasero con lo que digan estos inspectores, tanto los de Buró Veritas como los del Lloyd Register, como dice el refrán, "Allí el que manda es Mulé". Llega la Seguridad del Estado y le dice a los inspectores que tienen que dar los Certificados, y los tipos los tienen que dar, porque si ellos no lo hacen, los quitan de Inspectores, traen a otros incondicionales y se acabó el negocio. Entonces, nadie quiere perder el auto, la gasolina que no pagan, los dólares que cobran y el perjudicado es el marino, ese, al que mandan a jugarse la vida constantemente en esas palanganas mortales. No me cabe la menor duda, de que el desaparecido barco "Guantánamo", se encontraba en condiciones técnicas similares, y perdieron la vida, de la misma manera que me pudo haber sucedido a mí o a otras tripulaciones, por todos estos manejos que el simple marinero ignora, por responsabilidad de sus operadores, Capitanes y Oficiales de rango dentro de cada buque, hay que sumarle a ello, la gran dosis de cobardía existente en toda la marinería, para pararse y decir "NO", en esas condiciones no salgo, pero lo más triste es; que si esa tripulación existiera, la bajarán inmediatamente de su buque, y esta será relevada por otra de carneros dispuesto a todo.

Como premio al estado en que se encontraba ese barco, nos asignaron cargar azúcar a granel para Malasia, la travesía la realizamos en 47 días, durante ese viaje nos vimos obligados a parar en 25 oportunidades para hacer reparaciones eventuales, después cargamos arroz en China para Cuba y frijoles en un puerto de Etiopía, le dimos la vuelta al mundo por el Canal de Suez y a mi arribada me presenté en la Empresa para solicitar mi relevo, yo sabía que enseguida aparecería un relevo, no digo yo, en ese país cualquiera se mataría por $150 dólares. En estas condiciones, yo era considerado un privilegiado.

 

 
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
27-9-1999.