Llegamos una tarde a bordo de la motonave "Casablanca", que antes se había llamado "Renato Guitart" y aún mucho antes se llamó "Jade Island", yo navegué en esa palangana construida en el año 1961 con esos tres nombres. Fue en ella donde transporté a los 1200 hombres para Angola en ocasión de la guerra. Fondeamos en las afueras del puerto Assab, creo que es el principal de Etiopía y me parece que hoy pertenece a Eritrea, en esa condición esperaríamos por la orden de atraque.

Nosotros procedíamos del puerto chino de Wampoa, muy próximo a Cantón, donde habíamos cargado arroz en sacos para Cuba, nos quedaban tres entrepuentes vacíos y en dos de ellos cargaríamos frijoles blancos, mientras en el tercero llevaríamos pieles de res curtidas de ese país para Cuba.

Estando fondeados arribó un gran barco de la compañía americana Presidential Lines, ahora no puedo recordar el nombre, pero si, que era un portabarcazas. Este tipo de buque ya no era muy común verlos por el mundo, creo que la aparición del contenedor le restó importancia, al ser las operaciones de estos últimos más rápidas y baratas que la de aquellas barcazas.

Atracamos al día siguiente, no puedo decir que el puerto fuera malo, al contrario, estaba en mejores condiciones que muchas de nuestras instalaciones portuarias. Las operaciones comenzaron inmediatamente al atraque y a las pocas horas, llegaban las barcazas procedentes del barco americano, éstas venían cargadas con la ayuda donada con lo recaudado por la cancion "We are the world", ayuda que llegó a bordo de camiones que formaban parte de esa entrega.

Cuando intentamos salir a la calle las autoridades nos negaron el permiso para ello y aquello nos asombró, ¿cómo era posible que no nos dejaran salir, si Cuba mantenía relaciones con ese país?, allí habían muerto bastantes de cubanos en la guerra contra Somalia, debo destacar que antes de esa guerra Cuba y Somalia fueron aliados, nuestros buques visitaron ese país con asesoramiento militar.

Ante la negativa de las autoridades portuarias etíopes, hubo que llamar a la embajada de Cuba en la capital y al día siguiente llegó la esposa del embajador, que en ese entonces era Humberto Pérez Herrero, quién después de varias gestiones con la Capitanía, logró la solicitada autorización. ¡Qué raro! A los americanos no les pusieron ningún tipo de trabas para desembarcar.

La señora aprovechó también el viaje hasta Assab, para verificar si el buque reunía condiciones, con la finalidad de que transportáramos a guerrilleros cubanos que estaban combatiendo en Sudán y partirían a disfrutar de unas merecidas vacaciones. Parece que no quedó muy complacida con las condiciones nuestra cafetera, siendo lo más probable que esos hombres viajaran para Cuba en avión (había plata señores).

El calor era horrible, la temperatura andaba por los 42 grados Celsius aunque baja en humedad, entonces opté por salir en short y camiseta para la calle, se nos advirtió que no podíamos sacar dinero de ningún tipo, yo me puse 20 USD dentro del calzoncillo. Una vez en la aduana nos obligaron a quitarnos los zapatos y vaciar todo lo que teníamos en los bolsillos, los burlé y pasé con el Segundo Oficial sin problemas, pero detrás de nosotros llegó el Jefe de Máquinas quien se hizo el ofendido y regresó para el buque, yo sabía que él cargaba dinero y por eso montó aquel espectáculo. El pueblo solo tenía una calle asfaltada y al cruzar la aduana me interceptó un niño de unos diez años, quién en inglés me llamó por mi cargo a bordo, manifestándome que él sería mi guía durante mi estancia en aquel puerto, enseguida lo comprendí por no ser la primera oportunidad que me sucedía esto, ya había utilizado los servicios de otro guía en Birmania y sabía que al final tenía que darle algún dinerito, de esta forma él se ganaba la vida, lo aceptamos. Con el chico recorrimos aquella pequeña villa en unos minutos hasta que la sed nos venció, entonces le pregunté dónde podía cambiar el dinero y toma rme unas cervezas. Después de cambiar la plata nos llevó hasta un bar clandestino, donde inmediatamente sentaron a nuestro lado a dos encantadoras mulaticas, pocas horas más tarde, entraron al cuarto (porque para vendernos la cerveza clandestinamente, nos pasaron a una habitación) dos argentinos que estaban en un barco griego, y nos informaron que tenían a bordo a tres tripulantes con enfermedades venéreas contraídas en ese puerto, y muy resistentes a los antibióticos. Pasamos allí hasta las doce de la noche, a esa hora las muchachas algo ebrias nos pidieron ir para su casa, y no puedo ocultar que la tentación era muy fuerte, pero el miedo a una enfermedad me convenció rápidamente de mi regreso al buque.

A la mañana siguiente llegó un policía con el niño, preguntándome si lo conocía, al parecer lo habían delatado, el muchacho me miraba muy nervioso y atento a mi respuesta. <<<Claro que nunca en mi vida lo he visto>>>, le dije al guardia quién insistía en lo contrario, al final no sé como habrá salido de aquel problema. Y como era poca la carga por tomar nos fuimos ese mismo día, dejando detrás de nosotros otra espina clavada en el pueblo cubano.

En varias oportunidades sufrí el desprecio de pueblos cuando se enteraban de nuestra nacionalidad, en Marruecos escupían al piso a nuestro paso, esto era debido a la participación de Cuba en la guerra como aliada de Argelia, en Malasia no nos dejaron bajar a tierra después de la Cumbre de Países no Alineados celebrada en Cuba, donde Fidel se expresó mal en contra de varios países del área y ahora aquí en Etiopía, inexplicablemente para mí que no tenía nada que ver con todas esas aventuras guerreristas del dueño de la isla, en Angola también éramos repudiados, ningún pueblo mira con simpatía la intervención directa de país extranjero, en problemas que solo le conciernen a esos pueblos, peor aún, cuando esa participación ayuda a incrementar el odio y la guerra, por apoyarse a cualquiera de las facciones beligerantes.

Creo que nuestra llegada a este país ocurrió en un momento muy inoportuno también, llegamos para cargar comida en un país donde su gente se estaba muriendo de hambre, mientras el pueblo americano y la comunidad internacional mandaba comida para aliviarla un poco, tiempo después cayó Mengisto Haile Marian y partió con todo su séquito para otro país africano, donde debe vivir muy feliz con el dinero que se debió robar en su país.

¿Y Cuba? Siempre ha estado en un callejón sin salida, el problema de la comida no lo han resuelto en cuarenta años, falta el agua más que nunca y la electricidad, medicinas para nuestros enfermos, leche para nuestros niños, etc.

Con el dinero que se gastaron en estas guerras, muy bien se pudo comprar varias termoeléctricas que ahora necesitan. ¿Que hacían cubanos en Sudán ?

¿Es el bloqueo la causa de todas las penas sufridas por nuestro pueblo? Me sorprendo cuando oigo a un cubano aceptando al bloqueo, como justificación a todas esas desgracias.

Hay mucho que escribir todavía, mucho de lo que nunca ha escrito el periódico Granma, porque no le conviene que lo sepan aquellos a los que les falta la comida, la medicina, el agua, la ropa, la electricidad y por encima de todo esto, la libertad.

"Duélale al que le duela"