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La prostitución en Cuba

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La prostitución todos sabemos que es un oficio tan antiguo como la humanidad misma, en la época moderna se continúa practicando en la mayoría de los países del mundo, de los países que pude visitar solo encontré muy pocos donde está realmente penada, entre ellos cabe destacar a China (hoy se practica aunque es ilegal), Corea del Norte y Albania, en estos mencionados las penas a purgar eran extremadamente duras. Existen otros donde por sus religiones las prostitutas corren igual suerte, sin embargo, a pesar de encontrarse prohibida su práctica en una inmensidad de lugares de este planeta, se practica debido a muchas razones.

Cuba no ha sido ajena a este mal, existió prostitución desde hace muchos años, mis recuerdos de la infancia me trasladan a esos barrios de La Habana donde existieron burdeles, pude observar la presencia de prostitutas por última vez (esto no se lo cree nadie), me refiero a lo de última vez, bueno, las vi en la calle Padre Pico de Santiago de Cuba, cuando viajaba hacia Baracoa durante la campaña de alfabetización (1961).

Contra la prostitución se desempeñó una profunda campaña en esos años, todos sabemos que muchas de aquellas mujeres fueron recogidas e integradas posteriormente a la sociedad, en este aspecto hay que reconocer que se hizo algo para erradicar el oficio. Es bueno recordar que esa era una de las promesas o programa de aquella infantil revolución, hasta aquí todo perfecto y aplaudo a cualquier país que emprenda una tarea como esa, claro, garantizando la vida de los ciudadanos.

¿Se erradicó con aquella medida la prostitución en la isla? El que responda afirmativamente está mintiendo, en el año 1967 yo entré en la marina mercante a la edad de 17 años, es de suponer que la vida de un marino está saturada de alcohol, contrabando y mujeres, eso no ha cambiado con la modernidad y por tal razón, los burdeles se encuentran casi siempre en zonas aledañas a los puertos. Pues en esa vida de marino recorrí casi todos los puertos de Cuba y desde esa fecha pude apreciar su existencia, o sea, a solo seis años de las últimas que yo había visto en Santiago de Cuba.

Las prostitutas en la isla han recibido diferentes apelativos, el actual y me refiero al de "jinetera", pobremente sobrepasa la decena de años. Esa palabra se usó para referirse a la persona que negociaba con dólares y mercancía de producción extranjera adquirida de contrabando o de las diplotiendas. El "jinetero" era un negociante de la bolsa negra en dólares, pero para nada se servía de la prostitución, se usó más en masculino porque era mayor la cantidad de hombres dedicados a ese riesgoso negocio, que la participación de las mujeres. Luego, con la entrada a gran escala del turismo internacional, ese nombre fue usado para referirse a las prostitutas hasta nuestros días.

En la década de los setenta, cuando las zafras azucareras sobrepasaban los siete millones de toneladas de azúcar, Cuba se vio obligada a fletar y arrendar barcos tripulados, la mayoría de ellos eran de bandera griega y la empresa contratadora del Estado tenía las siglas "CUFLET", que aquellos buques mostraban pintado en sus costados. Por tal motivo a esas chicas se les conocía por los apelativos de "griegueras", "cufleteras", "fleteras" (aunque este último se usó con mucha anterioridad) y por último se encontraban las "mambiseras", que eran las que solo practicaban el oficio con marinos cubanos de la Empresa de Navegación Mambisa.

La gente en términos generales tiene una gran tendencia a olvidar, creo, que el cubano en sí padece de mala memoria y solo recuerda el pasado más próximo, es como si se tuviera un virus que le borre la memoria cada cierto tiempo, digo esto porque cuando se habla de situaciones duras en la isla solo se hace referencia al mal llamado "Período Especial", es muy claro, ha sido la etapa más difícil que ha vivido la presente generación, pero esos períodos especiales nunca han terminado, unos más duros que otros, pero siempre han estado presente.

En esa década de los finales de los sesenta y principios de los setenta, la situación era en extremo penosa y se vivía con mucha austeridad, los apagones fueron tan prolongados como los de ahora, los hubo de 24 horas, pero como he dicho, la gente tiene mala memoria. Fue en ese tiempo que en Cuba no se vendían blumers y la ropa estaba muy escasa, pues bien, hoy se habla que las prostitutas cubanas venden su cuerpo por cinco dólares y la gente se asombra, ¿qué se puede decir entonces de aquellas chicas que se vendieron por un blumer o un pañuelo de brillo? Recuerdo que en aquellos tiempos una cajita de semanarios (blumers que venían con el nombre de cada día de la semana) costaba en España unas 150 pesetas (aproximadamente un dólar) y que la caja con una docena de pañuelos de brillo costaba 100 pesetas en Canarias. Pues en la isla se podía ver miles de aquellos pañuelos en las cabezas de las mujeres y lo más importante del caso es que el gobierno nunca los importó. Otras se vendían por jabones, perfumes y otras prendas de vestir.

Aquellas muchachas sufrieron muy pronto la crueldad del régimen, yo presencié a piquetes organizados por el Partido y la Juventud Comunista, golpearlas en plena Alameda de Santiago cuando eran sorprendidas con extranjeros. La mayoría de ellas hablaba griego y otras lenguas, las de hoy dominan los idiomas que predominan en el mercado turístico.

Se ha hablado mucho de la prostitución pre-Castro, se repite hasta la saciedad que Cuba era el burdel de los EU, bueno, por lo menos existían los burdeles y los barrios dedicados al negocio. Con el tiempo se fueron cerrando la mayoría de las posadas en toda la isla, todo debido a la ineficacia de ese sistema y no al bloqueo americano, aquellas mujeres de antes realizaban su negocio en muchas de las numerosas posadas, para estas de los setenta y ochenta se fue dificultando encontrar una cama, que por lo general eran controladas por posaderos en concubinato con los taxistas (conocidos dentro del ambiente como "panaderos"), por dedicarse a ese trabajo en horas de la madrugada, llevándose una mascada en el asunto y desarrollando a la vez el papel de chulo.

Ahora y desde finales de la década de los ochenta, la prostitución se practica en un gran por ciento de los casos dentro del mismo hogar de la prostituta, la muchacha lleva su mercancía a la casa y es atendido por los propios padres. Espero que no traten de contradecir ni justificar esto porque además de tener conocidos que siendo militantes lo han aceptado así, esa situación me picó bastante cerca. Creo entonces que existe una gran diferencia entre ambas prostituciones, me refiero a la anterior a Castro y la posterior, y considero que esta última se produce dentro de un ambiente bastante degradante para la familia cubana, debo recalcar para los que poseen mala memoria, que si de algo vivió orgulloso siempre el pueblo cubano, lo fue de su familia y aunque las situaciones de pobreza fueran extremadamente duras, tener a una hija practicando el oficio era causa de un gran dolor para cualquier padre y no se miraba como hoy, que es considerada por los que le rodean como una mujer de éxito.

En el mundo entero hay prostitución, yo visité la meca de ese oficio y me refiero a Tailandia, es probable que exista otro lugar pero no lo encontré, donde una chica venda su cuerpo por solo cinco dólares, puede existir. De lo que si estoy seguro es que aquí en Canadá y en muchos lugares, las muchachas se dedican a ese trabajo por buscar dinero fácil y rápido, no conozco caso alguno que lo haga por un plato de comida.

Ahora bien y para resumir, la tendencia de todos los que justifican el rotundo fracaso de ese sistema, expresan con frecuencia que en la isla existió prostitución, que en Haití, Etiopía, en países centroamericanos, etc., hay más hambre y pobreza que en Cuba. Mi respuesta es muy sencilla, lo lamento por todos ellos pero yo no trabajo para llevar a mi familia a esos niveles de vida, mi aspiración es y será que vivan como en el mejor país del mundo, luego, los ayudaría, pero sin privar a los míos de absolutamente nada, porque sería desvestir a un santo para vestir a otro, además, creo que el que no piense de esa manera es un fracasado en potencia y su vida será un calvario, ¿qué manera es esa de luchar, tratando de que el que se encuentra bien esté tan jodido como nosotros? ¿Por qué tengo que consolar el hambre de mis hijos con la que sufre el vecino? ¿Por qué tienen que haber putas hoy si existieron ayer?

Nada de lo que traten de utilizar para justificar esa prostitución a niveles exorbitantes dentro de la isla, y practicada por niñas es aceptable, sencillamente se han dedicado a combatir los efectos y no las causas que la originan, si hubieran empleado todo ese dinero que emplearon en tantas guerras en el bienestar del pueblo, sencillamente no existieran tantas infelices jineteras, es muy probable que el exilio no fuera tan numeroso.

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
19-4-2001.