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 EL MIRAHUECO
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La persona que se dedica a espiar por la ventana las viviendas de otros seres, valiéndose de la oscuridad de la noche generalmente, ha recibido distintos nombres en Cuba, lo han llamado "Mirahuecos", "Rascabuchador" o "Rescabuchador" (En definitiva no aparece esta palabra en el diccionario), "Disparador", "Jamonero", etc. Esta es la historia que hoy les presento y no es de un "Disparador" cualquiera.
 ECL

Rascabucheador m. Cub El que, furtivamente, observa desnudeces femeninas
Sinón. buzo, maquero
Uno llega a la ciudad
y se entera de los vendedores ambulantes
(...) del rascabucheador y el cirquero.
(S. Alvarez Conesa : Matar el tiempo, 1969)
...los rascabucheadores
del quinto piso...
(J. Fuentes : Los que nacieron conmigo, 1971)
Argelio Santiesteban : El habla popular cubana de hoy


 

  La sala tenía 7.20 m de largo por 2.88 de ancho, en realidad era sala comedor y había tomado las medidas, no recordaba por cual razón, pero estaba seguro de que eran esas, además, las losas del piso lo indicaban, estaba cansado de contarlas también, lo hacía por gusto, para que pasara el tiempo, fueron colocadas haciendo un juego de damas, pero sus colores y calidad eran deprimentes, las claras eran de un blanco sucio que tiraba al gris pálido y las oscuras de un color bastante chillón entre el rojo y el vino, a él nunca le gustaron esos colores, pero no le quedaba más remedio que aceptarlos; ¿De donde carajo sacaría dinero para cambiarlo? ¿Por cual razón lo haría? Esa no era su casa, allí la que más decía era Margarita, ella era la que había luchado ese apartamento, ella directamente no, lo hizo el marido que se empujó cinco años en las microbrigadas, pero, parece que después ella le metió una patada por el culo y se quedó con todo, este barrio está lleno de mujeres solteras, hay para escoger de todos los colores.
  Veintiocho losas y un taco pegado a la pared del comedor, siempre que se sentaba allí las contaba, once enteras comenzando desde la puerta de entrada y un taco al final, esas eran las que tenía de ancho, no se cansaba de contarlas y lo hacía mientras la mulata se encontraba ida dentro de su novela brasileña, la gente se ha convertido en comemierdas en este país, siempre pensaba lo mismo, los babean con estas novelitas para que se olviden de sus problemas, hasta los hombres han caído en esta bobería mientras el mundo se hunde en la mierda, antiguamente esto era para las mujeres, los machos que estuvieran en esa les decían maricones, pero bueno, las cosas han cambiado mucho desde entonces.
  Se desesperaba allí sentado de espalda al balcón, y con las piernas encima de una mesita de centro que Margarita tenía en la sala, al principio ella protestaba, pero después que la sarandeó bien en la cama le aceptaba sus caprichos, en cambio, ella ponía las suyas encima de las de él como para tenerlo prisionero, de vez en cuando algún mosquito le picaba la espalda y eso lo encabronaba, no se explicaba cómo podían subir hasta el quinto piso a joder, pero lo peor de todo es, que no se podía hacer nada, no vendían mallas para las ventanas desde que había caído Machado, no había fly ni los atomizadores para echar aunque fuera luz brillante, no fumigaban desde la toma de La Habana por los ingleses, estamos jodidos, siempre se decía, coño pero ese refrán que dice; “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, aquí no tiene cabida, porque mira que estos están pasando sin que nadie se entere, no sé por qué me caliento la cabeza. 
  La novela seguía y Margarita permanecía muda, no se daba cuenta del calor insoportable que estaba haciendo, y gracias a Dios, al menos dormían tranquilos con el ventilador que se había comprado con fulas, los mosquitos no la picaban o ella no se enteraba, deben ser racistas los hijos de puta, pensó, nada más que se tiran a la carne blanca, que ganas tengo de que se acabe la cabrona novela, aún así tengo que esperar a que esta loca se duerma, que digiera sus páginas de “El Capital” hasta que le entre sueño, buen libro para dormír, se burló para sus adentros, a mí me daría pesadilla leer eso a estas horas de la noche, pero quién le quita nada de la cabezota a esta mulata, si no estuviera tan buena y con este apartamento, hacía rato que le hubiera dado una patada en el trasero a esta comecandela, pero de verdad, que si La Habana está como está, no quisiera ver a Manatí que se encuentra en el culo del mundo, nada más que de pensar en él me erizo, tengo que aguantar hasta que aparezca otra cosa, pero, para ese desgraciado pueblo no regreso nunca, eso me lo prometí y lo cumplo cueste lo que cueste.
  Había sin embargo, algunos pasajes de la novela que le llamaban la atención, no seguía el hilo del diálogo entre los actores porque no le interesaba para nada, solo fijaba la vista en el rostro de una de las actrices, era igualita a Milonka, su dulce y tierna novia de Varna en Bulgaria, de los tiempos suyos de estudiante, sus mejores tiempos hasta ahora, recuerda entonces, cuando Milo lo esperaba cerca de la estatua al soldado desconocido, él tenía que caminar muy poco hasta allí pues la academia naval se encontraba cerca, con la mente lejos y la mirada fija en la pantalla del televisor, Armando recordaba el paso peatonal que existía por debajo de la gran avenida que separaba a la escuela del bosque, siempre contaba los pasos de una orilla a la otra, era una constante obsesión la suya en medirlo todo, desde pequeño era así y nada había logrado cambiarlo, siempre consideró importante lo que hacía inconscientemente. Rápidamente se dirigía hacia la estatua y allí estaba ella para recibirlo con una sonrisa que era sellada con un beso, era muy dulce aquella muchacha, no solo eso, era muy aseada y creía que en eso se distinguían las búlgaras de muchas europeas, podía besarla en todas las partes de su cuerpo, recordaba.
 << No sé por cual razón no me casé con ella, tanto que insistió, tanto amor que me demostró, ahora me pesa, me hubiera quedado a vivir allá como muchos de mis socios, total, era comunista el país pero era también uno de los mejores, al menos se podía vivir. No me casé, perdí a una buena mujer y de qué me sirvió, heme aquí nadando en la mierda, pero bueno, supongamos que no haya estado enamorado de ella lo suficiente como para contraer matrimonio, pero después de graduado, ¿por qué no me tiré en Gander como hicieron otros?, por pendejo, no tiene otro nombre, por ser un reverendo pendejo, como si  me arriesgara a perder algo grande, una fortuna por ejemplo, comí mucha mierda y ahora tengo que pagar por eso. Mira a los otros, ya pasó un tiempo y ahora vienen de visita al país y son tratados como extranjeros, ¿y todo por qué?, por los fulas, con eso se compra todo, y yo aquí como todo un señor comemierda, a veces siento pena de que vengan a saludarme y vean en las condiciones que estoy.
  Cuando oscurecía un poco, caminábamos a gachas entre unas plantaciones de flores que había muy cerca de la estatua, allí teníamos nuestro nido, era un pequeño claro entre aquellos arbustos, tendría unos dos metros cuadrados de acuerdo a mis cálculos, los suficientes para poder estar acostados. Desde nuestro escondite veíamos pasar a todas las personas que merodeaban el parque a esa hora, eran muchas parejas, posiblemente del barrio que se encontraba a la otra orilla de la avenida, un barrio muy bonito y limpio, todos sus edificios eran de doce plantas, los conté varias veces, entonces allí, con las estrellas como compañeras, hacíamos el amor varias veces, hasta que era muy noche y yo la acompañaba hasta el apartamento que ella tenía alquilado con otras compañeras de estudio, así, durante cinco años que duró mi carrera de Ingeniero Navegante y el de ella como estudiante de medicina. 
  Milonka era de un pueblo de campo muy próximo a Sofía y por mucho que me invitó a conocer a sus padres, siempre me negué alegando cualquier pretexto, la realidad era que no deseaba complicar aquellas relaciones, hoy lo siento, no tuviera que estar soportando una compañía en la cual no confío para nada, a veces tengo miedo conversar con ella, es tan irracional. Con aquella chica era distinto, cada encuentro eran motivos de alegría y con nuestros ahorros disfrutábamos la vida a nuestra manera, un fin de semana bailábamos en el casino que se encontraba en el bosque de Varna, otro día nos íbamos hasta la cafetería Cometa y  allí nos distraíamos viendo como zarpaban esas lanchas rápidas con distintos destinos, el movimiento de los remolcadores y buques del puerto, las luces del faro Galata y siempre tomados de las manos, muy juntos, sobraron los besos, ¿cómo pude ser tan idiota? Solo Dios sabe, tengo que aguantar. 
  La despedida fue una de las cosas más duras que me ha pasado en la vida, yo me había acostumbrado a ella, días antes nos reunimos en casa de un amigo para celebrar una pequeña fiesta, pero creo más bien que aquello fue un velorio, hubo más lágrimas que risas, todavía la quiero, ya no sé ni lo que de verdad quiero en esta vida.
  Cuando regresé eufórico y con mi diploma en la mano, quién supondría la sorpresa que me esperaba, si hubiera sido adivino, estuviera casado con Milonka o cuando menos me hubiera exilado en Gander, pero así es el destino. Pues bien, solo hice poner los pies en esta tierra y me llamaron para cumplir el servicio social en las Fuerzas Armadas, aquello fue como mentarme la madre como bienvenida, siempre he detestado al ejército y a los militares, pero no tenía otra opción, es una obligación de los graduados servir donde ellos (el gobierno) así lo consideren y me jodí, así de sencillo, me jodí y bien jodido porque a partir de entonces tendría que vestirme de verde, ponerme unas charreteras de alférez y estar levantando la mano para saludar a un huevón como yo cada vez que se me atraviesa en el camino, y huevones es lo que sobra en el ejército, como para estar saludando todo el día. ¡Coño! Tuve que esconderme para llorar, para hacerlo desconsoladamente por Milonka, por Gander, por no haberme tirado en el Estrecho de Estambul, en uno de esos viajes que hice en barco durante las vacaciones hacia Cuba, eso lo hicieron muchos y ya están bien, solo que yo no tuve cojones para hacerlo, así que ahora debo conformarme con el destino que me ha tocado vivir.>> No le quitaba la vista al televisor y por momentos Margarita pensó que se interesaba en la novela.
 << Así fue como conocí a esta mulata, me designaron para la Academia Naval de Baracoa como profesor de Navegación, otra pesadilla, nada de lo que había estudiado en Bulgaria me servía para navegar en Cuba, tuve que empezar desde cero nuevamente, todo, absolutamente todo era desconocido para mí, no sabía leer las cartas náuticas inglesas, los cálculos astronómicos eran diferentes, la navegación también, era un cero a la izquierda en aquella enorme escuela y no podía demostrarlo, por eso, gasté muchas horas en la noche estudiando las clases que debía impartir. En mucho tiempo tuve que quedarme a vivir en la academia, no tenía familiares en La Habana, ni me llamaba la atención ir en los días de descanso a Manatí, ¿para qué?, siempre me preguntaba. 
  Margarita era militar desde que la conocí, tenía entonces los grados de Teniente de Corbeta pero se desempeñaba como profesora de Filosofía, era una cátedra bien jodida, a casi nadie le caía bien porque los profesores se creían que tenían a Dios amarrado por los cojones. ¡Claro! Hasta el dichoso día en que cayó el muro de Berlín y toda la comparsa socialista, entonces no sabían donde meter la cuchareta, tanto que hablaban de la superioridad del socialismo y la condena a la caída del capitalismo por la historia, que después de aquellas oportunas sorpresas se quedaron mudos, no solo los de la academia, lo mismo le sucedió a todos a lo largo de la isla y aquello los convirtió de superpoderosos en infelices hazme reír de los estudiantes, eso trajo un gran revuelo en el sistema de enseñanza y hubo que cambiar todos los programas de estudio, todos se desinflaron, casi todos, porque Margarita seguía siendo la misma intransigente de siempre, hasta hoy no ha cambiado ni un milímetro en su posición y sigue soñando con la llegada de ese día, donde desfilen en todos los países de la tierra los proletarios y su Partido a la vanguardia. ¡Como se atraca de porquerías!
  Era extremadamente rigurosa con los guardiamarinas, por cualquier motivo les quitaba el pase, era una extremista, digo que lo era, porque en las relaciones conmigo ha cambiado un poco. En las frecuentes visitas al comedor pude notar un día que yo no le caía mal, cruzamos en varias oportunidades las miradas y eso, era motivo suficiente en Cuba para provocar un acercamiento. Así fue, uno de esos días que se encontraba sentada sola en una mesa, me senté a su lado, no necesitaba pedirle permiso para ello y al poco rato, entre cucharadas le fui sacando conversación. Luego, esas oportunidades se repitieron hasta que un día la invité a salir y ella aceptó, después no fue nada fácil lograr llevarla a la cama pero aquello no me preocupaba, siempre hice gala de una enorme paciencia, conocía muy bien a las mujeres y sabía que uno no podía demostrarles estar desesperados por ellas, así, me hacía el tonto, no coincidía con ella en el horario de comidas y eso la descontroló porque ella mejor que nadie comprendía que estaba muy buena. Con esa intriga la mantuve durante dos semanas y la táctica no me falló, cuando volví a insistir en lo mismo, ella solita me llevó a su casa y no puedo negar que aquella noche fue maravillosa.
  Tenía dos hijos pero ese día se encontraban en casa de su padre, poco tiempo después los conocí y confraternicé con ellos, todos nos caímos muy bien y comprendí rápidamente que Margarita era una verdugo para ellos, de la misma manera que lo era para sus alumnos. Esas relaciones se mantuvieron en secreto por mucho tiempo, más por prejuicios propios de ella que por otra cosa, porque en la academia se templaba por ver la leche correr, digo, las solteras.
  No puedo afirmar que sea mala, pero, en nuestras relaciones hay un vacío que no se acaba de llenar, todavía no he logrado comprenderlo muy bien, me imagino que sea debido a la política, ella es una comunista incondicional y convencida de que todo lo que sucede tiene una explicación filosófica, yo sin embargo, nunca abro esta boca para hablar de sus temas preferidos y es por eso que tal vez no se sienta apoyada. De todas maneras llegó el día de definir nuestra situación y por esas razones me encuentro sentado frente al televisor.
  Solo una vez hemos tenido una gran discusión y fue por culpa de sus hijos, precisamente por apoyarlos aunque ellos no se encontraban presentes, ese día habíamos comprado una botella de ron y nos encontrábamos solos en la casa, bebíamos y hacíamos el amor disfrutando un poco de música. Ella se había encaprichado en mandar a los muchachos becados a la escuela militar Camilo Cienfuegos, pero aquellos no estaban de acuerdo con las disposiciones de la madre y yo los comprendía, ellos no deseaban para nada ser militares y no me gustó la forma en que se los impuso, alegando; que su abuelo (el padre de Margarita) había perdido la vida en Angola luchando por el internacionalismo proletario, y que ellos estaban obligados a seguir su ejemplo. No sé por cual razón salió a relucir el tema, fue fatal y se nos jodió totalmente aquellos momentos de felicidad, creo sin embargo, que yo metí la pata hasta los mameyes, imagínense; que cuando empezó con la cantaleta de su padre (y yo que con dos tragos arriba no me quiero por la lengua) le dije; que su padre había muerto por comemierda, como todos los que perdieron la vida allí donde nadie les mandó a meterse. Pa que fue aquello, me saltó encima como una fiera, se cagó en mi madre y trató de agredirme, pero hasta allí llegó su comunismo porque le metí una  trompada que la tiré de culo en la cama, parece que nunca la habían sonado de esa manera y se calmó, pero siempre me amenazó que si volvía a hablar de esa forma, me iba a poner en disposición del CIM (Contra Inteligencia Militar). Ambos nos serenamos y el resto del día reinó el silencio, pero no oculto, que al oír esas tres letras me cagué y más nunca he confiado en ella, no puedo hacerlo, porque he visto a muchas mujeres delatando a sus maridos por despechos, solamente porque le han pegado los tarros y mi delito era más grave ante los ojos de una extremista, a partir de entonces, me sentí atado por los cojones.>> La novela llegó a su fin y ella lo invitó a irse a la cama, él le contestó que lo haría más tarde porque existía un calor horrible, que se quedaría a ver la película y después se daría un baño antes de acostarse. No se incomodó con la respuesta porque normalmente Armando se acostaba tarde, se fue al cuarto y encendió la lamparita para ponerse a leer su Biblia.
  “Moscú no cree en lágrimas”, anunciaron que sería el film de esa noche, “La Habana tampoco”, pensó él mientras se disponía a esperar, ya estaba cansado de verla, repetirla y recontrarepetir esa película pero no tenía otra alternativa, en el país solo existían dos canales y el otro había terminado las transmisiones, además, debía esperar a que la mulata apagara la luz y darle tiempo a que se durmiera. Los mosquitos seguían jodiendo para mantenerlo despierto.
  Al cabo de los veinte minutos se apagó la luz del cuarto, ahora debía tener un poco de paciencia mientras pasaban otros más, entonces, viajó hasta Moscú con la película. << Siempre me sentí atraído como todos los cubanos por conocer la Unión Soviética, era para nosotros el ejemplo, nuestro fin, la meta a alcanzar, nuestros sueños, todo eso y mucho más hasta el día que la visité. Fue en unas vacaciones de verano, como no me tocaba venir a Cuba, que tampoco me interesaba mucho, me puse de acuerdo con un socio mío que estudiaba allá y me fui en tren. Ese viaje me acompañó Milonka en la aventura, deseábamos que el tren volara para llegar y pasear por la famosa Plaza Roja, nos divertimos mucho en la travesía que realizamos con un grupo de amigos, botellas de Vodka, Havana Club que compramos en Varna a solo seis levas, vinos que eran muy baratos en Bulgaria, en fin, en nuestro coche litera reinó la música durante todo el trayecto. Por recomendaciones de mi amigo llevamos también muchas cosas para vender en Rusia, cosas que se conseguían con facilidad en Bulgaria y estaban escasas en ese país, al principio no lograba comprender nada, pero al llegar pude ver claramente la situación. Aquello no era lo que siempre nos habían vendido, por suerte, siempre me había dedicado al trapicheo con dólares en Bulgaria, con ellos compraba en una tienda para extranjeros que existía muy cerca de la terminal de trenes, compraba de todo y luego se lo revendía a los búlgaros en levas, compraba dólares de nuevo, repetía la operación y obtenía mis ganancias. ¡Claro! Los estudiantes cubanos no podíamos comprar en esa tienda, si los empleados nos delataban corríamos el riesgo de que nos expulsaran a Cuba, para ello utilizábamos a los estudiantes africanos o a los latinos.
  En nuestra visita sufrimos una gran decepción, escaseaban muchos productos de primera necesidad, los existentes eran de muy mala calidad así como los servicios que ofrecían en restaurantes, cafeterías, etc., en muchas oportunidades debíamos acudir al soborno para poder entrar a esos lugares y el trato era malísimo, por las calles mucha gente nos asediaba en busca de dólares, entonces las conclusiones fueron rápidas, si esta gente que lleva tantos años de socialismo se encuentran en esas condiciones, ¿cuántos necesitaríamos en nuestra isla para llegar a vivir holgadamente, sin necesidad de estar delinquiendo constantemente para subsistir? Hasta Milonka  se sorprendió por la situación que atravesaban los rusos, las cosas que llevamos para vender tuvieron salida muy pronto y el dinero nos alcanzó para divertirnos.>>
  Ya había pasado el tiempo necesario para que Margarita conciliara el sueño según sus cálculos, entonces, muy despacio, cerró la puerta del balcón, apagó el televisor y la luz de la cocina, con la casa en penumbras y midiendo sus pasos para no chocar con nada, se dirigió hasta una vieja vitrina que había en el comedor, abrió una de las puertecitas que tenía en la parte inferior y a tientas pudo localizar unos binoculares que había traído de su unidad, luego, caminando muy despacito y descalzo, se aproximó a la ventana que daba a la parte trasera de su edificio. Su primer objetivo era el apartamento que quedaba justo frente al suyo, fue construido con una simetría espectacular, coincidían las ventanas de las salas comedores de ellos con la de él, patios con patios y cuartos con cuartos, había que ser muy cuidadoso cuando se andaba en paños menores con las ventanas abiertas, Armando lo sabía y era precavido en este aspecto, no así sus descuidadas vecinas, por eso, cada vez que tenía una oportunidad las visitaba con la vista. 
  Dirigió la vista hacia el apartamento del frente y se encontró a un grupo de personas sentadas en la sala, algunos de ellos con files y haciendo anotaciones, entre ellos se encontraba el Jefe del Sector de la Policía, era el apartamento del Presidente del CDR (Comité de Defensa de la Revolución)
<<¡Coño! ¿Esa gente no se cansará de estar reunidos? ¿A quién le estarán arrancando ahora las tiras del pellejo? Con lo mal que me cae el presidentico ese, no me faltan las ganas de darle su buena patada en el culo cada vez que lo oigo gritar en el jardín; ¡Ataque aéreo! ¡Ataque aéreo! Y luego ir corriendo a quitar el interruptor de la luz de su edificio. ¡Como se come mierda en este país! Llevamos una pila de años en la misma bobería, que si los americanos nos atacarán, que si los refugios, que si la guerra bacteriológica, que si las milicias de tropas territoriales con todos esos viejos cagalitrozos, el día que suene el primer bombazo, si no se cagan les da un infarto, mira que se come mierda aquí. Ahí los tienen reunidos como siempre, y lo más lindo del caso, que clases de personajes, el mismísimo Presidente es un flojito de piernas, eso se ve a la legua cuando anda por el jardín y la mujer desde el balcón dándole ódenes, metiendo las narices donde no lo han llamado, por eso cuando veo a algún fiñe arañándole el carro de porquería que le dieron, no les digo nada y me alegro, eso se lo hacen por sus mariconerías, se lo merece. No se lo hago yo para mantener la buena fachada que tengo, militar, un hombre serio, militante del Partido igual que su esposa, toda una familia integrada y eso vale mucho en este país, de lo contrario, hacía rato que le hubiera sonado su patada en el culo.
  ¡Miren pa`llá! De verdad que son unos desvergonzados, Arturo el mirahuecos es miembro del ejecutivo del CDR, de verdad que esto no tiene nombre, la gente sabe que cuando se mete dos tragos no sale de la ventana espiando a todo el mundo, y aún así, borracho y disparador, el tipo tiene cargo en el CDR, esto no hay quien lo entienda, no hay quien lo tumbe, pero no hay quien lo arregle, se morirá de viejo el hijoputa. Muchas reuniones, actos de repudio, la gente participa, pero, cuando les dan un filo arrancan en una balsa pa la yuma. ¡Que comemierdas! Este mundo está habitado de gente estúpida, mira que arriesgarse en una balsa y abandonar este país, son unos inadaptados. El quiz de la cosa no está en pirarse, el truco está en la adaptación al medio, de verdad que saben muy poco, irse, para luego tener que trabajar ocho horas y estar mandando dinero para acá, donde nunca se satisfacen las necesidades, están locos, ahora se encuentran en peor estado porque son esclavos de los que no nos fuimos, que poco aprendieron, no saben lo sencillo que es vivir de este lado. Una fachada, eso es lo único que hace falta, una fachada y así te limpias el camino para vivir, logrando solo eso, no tienes necesidad de estar trabajando ocho horas diarias, nadie trabaja esa cantidad de tiempo en esta isla, la verdad es que esa gente nunca comprendieron el mensaje. Una fachada, un tipo serio en el barrio, integrado a todo, con un carnet del Partido (esto es lo máximo), entonces, le dices que sí a todo, eso es lo que ellos quieren oír, con eso tan simple ellos son felices, que si trabajo voluntario, pues al trabajo voluntario en definitiva allí nunca se hace nada, se ligan jebas y al final de la jornada casi siempre planifican una actividad, que si marchas, pues a las marchas en definitiva te pagan el día de trabajo y allí también se pueden ligar jebas, yo no sé por qué se van en balsas, la verdad es que no los entiendo, bueno, es mejor que se sigan yendo porque si no lo hacen; ¿Quién mandará entonces el dinero?
  Los balseros fueron los que me alumbraron en esta vida, a todo hay que sacarle sus lajas, recuerdo, que solicité mi traslado de la academia después de aquella discusión con Margarita, lo hice porque le tuve miedo desde entonces, pedí que me mandaran a las unidades de superficie, como a nadie se le ocurriría renunciar a las comodidades de la academia para largarse a una unidad de combate, deben haber pensado que me había vuelto loco y mi traslado no se hizo esperar, en menos de un mes estaba montado en una torpedera de la flotilla de Cabañas. Todo marchaba a pedir de boca, casi nunca salíamos a navegar porque cuando no había problemas con el combustible, los motores estaban jodidos, existía mal tiempo, etc., hasta un día en que nos encomendaron custodiar una zona esperando una deserción, ese fatal día, el Comandante de la lancha embistió a aquella frágil embarcación hasta hundirla, en el mar solo quedaron flotando palos, solo eso, palos. Esa y muchas noches no pude dormir, la conciencia no me dejaba y debía tomar una decisión pronta para evitar convertirme en un asesino, a partir de entonces, cada salida a la mar eran ataques de vómitos, lo hacía en el puente, sobre todos los instrumentos de navegación, repetidamente, hasta que el mismo Comandante hiciera una carta explicando mi disposición de combate pero mi ineptitud para navegar debido a esas razones, por tal motivo me bajaron de las lanchas y limpiamente comencé a trabajar en la sección que atendía  los instrumentos de navegación, a partir de ese momento no me vi obligado a comer hasta reventarme, ni a meterme el dedo en la boca oculto para provocar aquellos vómitos. Estaba cómodo pero aún así la situación en la calle empeoraba, por eso, uno de esos días sin contenido de trabajo me puse a pensar, pensaba mucho buscando la manera de ganarme unos dólares, que aunque estaban prohibidos resolvían muchas cosas en la bolsa negra, y me llegaron a la mente aquellos que se empeñaban en abandonar la isla, me dije; algunos de esos comemierdas querrán tener una brújula, no sabrán que hacer con ellas pero la querrán, pensarán que con eso podrán salvar sus vidas o llegarán al punto que desean, eso a mí no me importaba, lo que me interesaba era vendérselas y para ello acudí a un socio, quien se encargaría de su venta, lo que el se buscara extra era su problema, lo mío eran cincuenta fulas. 
  En una de mis visitas al socio me dijo que alguien estaba interesado en una de las brújulas, le recordé lo pactado y todo funcionó, ahora, lo que necesitaba era no volverme loco y dedicarme a resolver mi problema solamente, nada de vacilones, esa era mala. Esa semana tenía los fulas en la mano, hacía tiempo que no los acariciaba, pero, se imponía algo muy importante; ¿Cómo justificarlos ante Margarita? Me dediqué a pensar en mis guardias, en una de ellas escribí una carta con muy mala letra, la escribí con la zurda y yo soy derecho, como si me la hubiera mandado mi padre a la unidad, en ella explicaba que una supuesta tía que tenía en Miami me los había mandado y lo haría con frecuencia, ya que su situación financiera había mejorado con el cobro de un seguro de vida por su marido. Margarita mordió el anzuelo y se puso de lo más contenta, con aquel dinerito resolví muchas cosas en la bolsa negra por medio de una chilena que se dedicaba a esos trapicheos, ella nos visitaba frecuentemente y era amiga de la mulata, viuda de un comunista en Chile, recibía una pensión para ella y sus cuatro hijos, no pagaba alquiler, pero era tremenda biznera,  la mulata le advertía que debía ser muy discreta en nuestro caso. A mí me advirtió muchas veces que tuviera cuidado en esas relaciones con mi tía, ya que los militares teníamos prohibida los contactos con familiares en el extranjero. Todo andaba viento en popa, más tarde, a alguien se le antojó un mapa que abarcara la zona desde La Habana hasta los cayos de la Florida, por ese mapa pedí más dinero, lo hice por hacerlo porque en la unidad había millones de ellos, eran publicaciones rusas pero servían para navegar. Por ella recibí los setenta fulas que había solicitado, entonces, un día me llevé este binocular con el mismo fin, pero a nadie le ha interesado y ahora no lo vendo, a Margarita le dije que estaba fuera de servicio y ella lo creyó, ahora no pregunta tanto, parece que se está corrompiendo, ella sabe que sin esos dólares de mi tía nos estuviéramos comiendo un cable y los muchachos en la beca también>>
  Se aburrió de estar fisgando la casa del Presidente del CDR y comenzó el recorrido que hacía en sus días libres, lo iniciaría por la escalera de la izquierda pero unos movimientos en la azotea le llamaron la atención, se veían tres figuras andando a gachas, como si trataran de ocultar sus figuras, entonces, se dirigieron hasta uno de los extremos del edificio, al que daba a la calle que pasaba por su costado, permanecieron un rato agachados detrás del pretíl de la azotea, quizás observando también. << ¡Coño! Esos chamas están en algo, seguro que en algún facho, si se ponen a comer mierda y se enredan con los puercos que la gente está criando en la azotea, se van a buscar tremendo lío porque esos bichos son escandalosos.>> Hablando para un público fantasma no le quitaba la vista de encima a aquellos seres, permanecía tieso como una estatua pensando que cualquier movimiento lo podía delatar y en esa posición pudo ver, como aquellos seres se dedicaron en fracciones de segundos a desarmar la antena yagui, que pertenecía a un Capitán de la marina que vivía en la planta baja. << ¡Que clase de palo le están dando a ese mariconcito! Me alegro coño, el tipo me cae requetemal y dicen que es tremendo ladrón también. ¡Que se joda! Ahora tendrá que comprarse otra.>> En eso, apareció una cuarta figura al costado del edificio, Armando pensó que podía ser el marino alarmado al dejar de recibir señales en su televisor, pero no, era otro de la cuadrilla de ladrones, por medio de una cuerda bajaron la antena atada y cuando la soga llegó al suelo, se deslizó uno de ellos por la misma soga, después un segundo y así hasta que descendió el tercero, los cuatro arrancaron en diferentes direcciones con pedazos de la antena y allí quedó colgando la soga. << Lo jodieron, la verdad es que esos chamas son unos ninjas, lucharon esos pesos con tremenda maestría, se lo merecen.>> Muchas de las luces se encontraban apagadas, eso no le preocupaba, él sabía que cuando terminara la película se encenderían las luces de los cuartos, por eso continuó su visual recorrido, entonces paró en el apartamento de Juan el babalao, la sala se encontraba iluminada, pero le llamó la atención que lo estuviera también el cuarto y hacia allí se dirigió. Juan tenía dedicado ese cuarto a sus santos, allí realizaba también sus consultas y otros trabajos. <<!Vaya, vaya! Juanito despojando a Miguel el carnicero, ahora cree en todos los santos el muy hijo de puta. ¡Claro! Desde que lo botaron de la carnicería, era demasiado lo que robaba el muy cabrón, que se joda. ¿Babalao? Ahora todo el mundo es creyente, todo el mundo es santero, evangélico, católico, abakuá, hasta maricones y trasvestis. ¡Coño! Como cambian los tiempos, ¿quién lo iba a decir? De verdad que este barbúo no es comemierda, se las sabe todas, después que cayó el campo socialista se acordó de todos los santos, de los que existieron y de los que han inventado, es un cabrón, pero lo más lindo del caso no es eso,  es la clase de comemierda que es la gente, mira que en este país se dejan manipular, parecemos carneros. ¿Cuántos varos se buscará el babalao en cada limpieza? Cualquier momento me declaro yo también.>>  Las ventanas seguían oscuras y dejó al babalao para seguir su recorrido, regresó a la casa del Presidente del Comité, continuaba la reunión, parece que ahora tenía la palabra el Jefe del Sector, cuando dejó de mover las manos y recostarse en su asiento, comenzó a hablar La Pintada, ella gesticulaba con algo de violencia, la gente la odiaba.
<< Mira a esa hijaputa, ¿a quién estará echando palante ahora?, con todas esas manchas de porquería en el cuerpo, de verdad que había que tener tremenda hambre pa jamársela.>> Sin mover los binoculares continuaba atentamente los movimientos de Aurora, era una tipa que vivía en el tercer piso de esa misma escalera, padecía de vitiligo, era una tipa muy grande, pero su cuerpo no era nada atractivo, tenía el culo planchado y apenas se le notaban las caderas. Entre otras cosas, la gente la detestaba por lo antisocial que era, no se relacionaba con nadie ni permitía que sus hijos lo hicieran, solamente ellos lo hacían con los muchachos cuyos padres eran militantes del Partido, sin embargo, La Pintada no lo era, parece que nació para hacer daño solamente, recuerdo que un día me encontraba en casa de Manolo, quien vive en la planta baja de su escalera y allí, entre música y tragos, música que oímos al estilo de los cubanos, llegó ella y nos pidió que le bajáramos el volumen al equipo, porque su marido había fallecido hacía solamente unas semanas, Manolón entre tragos le contestó muy bien, le dijo que a él no le importaba, que ese era su problema. Estaba buena la respuesta porque el tipo era otro hijoputa, tremendo chivatón en la marina, además, ya se aparecía en un carro con otro tipo todas las tardes y lo lindo del caso es, que aquel tipo era subordinado del marido y un hombre casado, todos lo sabían en el edificio, así que a guardar luto la puta de su madre, agregó Manolo mientras nos disparábamos aquel fusil de chispaetren.>>
  En la esquina del edificio apareció la figura de un tipo flaco y medio calvo, llevaba solamente camiseta y la cabeza le brillaba por la luz de dos farolitos que habían colocado entre los edificios, donde había además dos o tres bancos, allí era donde se celebraban las reuniones del CDR y las de rendición de cuentas del Poder Popular. << ¡Coño ese es Osvaldo! Parece que es de acción retardada, ahora fue que se dio cuenta que la señal del televisor le entraba mal, bueno, a lo mejor y estaba echando un palo, pero de verdad que llegó tarde, se jodió el muy cabrón.>> Osvaldo seguía mirando en dirección a la azotea hasta que descubrió la soga que colgaba desde ella, la sostuvo entre las manos y tiró un poco de la cuerda, luego, desapareció por la esquina del edificio. Se sintió un gran portazo en el patio del quinto piso de la escalera de la izquierda, precisamente donde vivía Osvaldo y aquello llamó la atención de Armando, quien rápidamente enfocó sus binoculares en esa dirección, allí estaba la mujer del “guapo” en ajustadores echando flores por la boca, de verdad que la tipa estaba riquísima, el tipo se mandaba tremenda hembra y era el comentario de todos en el barrio.
<< Parece que esto se está poniendo bueno muy temprano, coño, esa jeba está para comérsela cruda, que rica está esa mamasita, “” no lo vas a tocar, este bollo no lo vas a tocar, si quieres singar ve y síngate a tu madre maricón””, eso se oyó en todo el barrio, el guapo solo atinaba a gesticular como implorando algo, pude ver que con el dedo sobre los labios le pedía que hiciera silencio, pero parece que esa chamaca no entendía de nada y no tenía miedo, coñó, por eso le repitió lo primero que le había dicho y en un tono algo más elevado, “ no me vas a singar, óyelo bien, este bollo no lo vas a tocar, si estás caliente se la metes a tu madre”. Pa su escopeta, esa jeba es para respetar, se manda más cojones que cualquier hombre, ”DDT”, que así le decíamos al tipo por la cantidad de tatuajes que tenía en el cuerpo y exhibía con mucho alarde para demostrar que era guapo, continuaba en su postura suplicante, aquello me empingaba y prometí avisarle a los socios del barrio, les diré que el tipo no es guapo ni ocho cuartas, que el tipo es un pendejo y que la jeba lo agita como le da la gana. ¡Coño! Pero si le digo esto a los socios van a empezar a multiplicar y llegarán a acusarme de mirahueco, bueno, también puedo alegar que en ese momento había salido por “casualidad” al patio a buscar un calzoncillo y me encontré con el show armado, eso de la casualidad me lo tienen que creer porque en definitiva, este es el país de las casualidades, todo el mundo se entera de lo que dice Radio Martí por pura casualidad, si, esa será la excusa, es la más aceptada entre la gente, pero a este tipo le quito el cartelito de guapo, ¿cómo cojones puede ser guapo un tipo que se deja agitar por la jeba?, mañana corro la voz>> 
 Seguía con los binoculares apuntando hacia el patio del guapo, vacilando las hermosas tetas de su mujer y vio como éste trató de tocarla y aquella le dio tremenda galleta en pleno rostro, no quedaba la menor duda de que el tipo era un pendejo, en eso se oyó una voz fingida, era una voz nasal que gritó a todo pecho; ¡Oye Mercedes dale el bollo a ese maricón pa que nos deje dormir! Aquello provocó más ira en esa diminuta y rica mujer, que sin ningún tipo de pudor contestó al desconocido desde el quinto piso y que retumbó entre todos los edificios, “No le doy ni pinga y me cago en tu madre, si este maricón quiere singar que se la meta a su mamá”, acto seguido entró a su apartamento seguida por el guapo, quien cerró la puerta dejando trás de sí, algunas burlonas risotadas. Parece que la película se había acabado y comenzaron a prenderse las luces de los cuartos, ese era el momento esperado por Armando. Reinó el silencio y una figura apareció en la azotea, pronto se oyeron los gritos de unos puercos como si los estuvieran apuñalando, entonces se prendieron más luces, aquella figura se dirigió hasta el costado del edificio y no fue difícil adivinar que se trataba de Osvaldo, pero, por el mismo lugar donde había aparecido minutos antes, hicieron acto de presencia otros individuos mostrando en sus manos objetos, que brillaban por el reflejo de las débiles luces recibidas en ese sitio, eran tres los tipos y Armando no se equivocó al suponer que eran machetes. La cosa está mala de verdad y puede correr la sangre, pensó, pero luego oyó la voz de Osvaldo identificándose con los que debieron ser los dueños de aquellos animales y justificando su presencia en la azotea, No podía darse el lujo de perder su tiempo en aquella bobería y continuó su recorrido por las luces que se habían encendido, si, de momento paró en casa de Albertico y lo vio dándose tremendo mate con la hija del Presidente del Comité.
<< ¡Candela! Si a ese mariconcito se le ocurriera pensar que su hija está en tremendo tranque con ese chama le da un ataque de histeria, porque eso es lo que le da a los maricones.>> No podía ocultar su odio por ese individuo. << Cuando yo lo digo, de aquí se lo tienen que llevar para el hospital cardiovascular con un infarto, ¿qué se va a imaginar ese comemierda, que mientras arregla el mundo o lo jode con sus chivaterías, esa blanquita de su hija está aprentando con un tiñabó (negro)?, cuando yo lo digo, es para cortarse las venas, que se joda por hijoputa.>> Ahora se movía con mayor rapidez, deseaba captar todas las escenas a la vez antes de que la gente se acostara a dormir y apagara las luces, su vista acariciaba todas las paredes de aquel edificio, las grandes manchas negras que produce la humedad lo distraían con frecuencia, así como, la gran cantidad de tablas caídas en las persianas.  La gente no tenía como repararlas, no se encontraba madera por ningún lado ni carpinteros para repararlas, aún encontrándolas el dinero no les alcanzaba para esos lujos, los que pudieron asumir esas reparaciones, pusieron las ventanas que encontraron o las que les vino en gana, ya no existía esa armonía en el exterior del edificio, que no se reparaba ni pintaba desde que hubiera sido construido, de eso hace más de veinte años, así funcionaba este país. Alamar completo se estaba pudriendo, muy pronto tomaría el aspecto ruinoso de La Habana Vieja para ponerse a tono con todo el país, Armando sentía una verdadera pena por esto. En casa de Julito estaban jugando dominó y cada jugador tenía un vaso a la derecha de su posición, debe ser ron, pensó. <<Mañana le halo las orejas a este cabrón por no avisarme que hoy iban a montar una mesa, las apuestas allí son buenas y al menos se pasa un poco el tiempo, nada, mañana le sueno su descarguita por dejarme fuera.>> 
  La gente del Comité terminaron la reunión y se dispusieron a marchar, cada uno saludaba desde la puerta que da a la escalera, ¿qué habrán arreglado?, mañana nos enteraremos por Caruca, esa negra es un vacilón, gracias a ella se filtra todo lo que hablan esos chivatones, así nos enteramos quienes eran los integrantes de la Brigada de Respuesta Rápida, que habían organizado el Partido y el CDR para atacar en caso de manifestaciones. ¡Carajo! La Pintada se va a desnudar, déjame chismear para ver si tiene el vitiligo en todo el cuerpo. Qué porquería son estos binoculares, voy a tener que robarme un TZK, con eso si que no escapan ni los lunares que tenga una persona en el cuerpo, debe ser difícil sacarlo de la Unidad, creo que es mejor pedirle el pequeño telescopio al marido de mi prima, esa es la perfecta, con ese tareco se observan los poros de una pared a más de cincuenta metros, con eso si que asesino a cualquiera que se me encuere aunque sea por una rendijita, de verdad que está mala La Pintada, a lo mejor ella lo sabe y por eso es tan degenerada. ¡Coño!, tengo que esconderme bien, ya Arturo empezó a disparar desde su ventana y no me conviene que me lleve este pedacito, de lo contrario vivirá chantajeándome ese borracho. El Presidente ahora va a salir, de seguro que la mandona de la mujer le dijo que sacara a mear al perrito, hasta al pobre animal le tengo mala voluntad, si la chamaca no sale de casa de Robertico el enano la puede sorprender en el brinco. Esa mata de aguacates como jode, voy a tener que hablar con Pello para que le corte unos gajos, por lo menos los que me tapan la vista para el apartamento de Patricia, déjame ver....... así ......... así ..... que bueno es el vientecito que está soplando, hace falta que apriete un poco más para que me quite la cabrona rama  del medio ....... así ..... ¡Rayos! Patricia está reventando tremenda tortilla, ¿quién será la jeba que está con ella?, muévete gajo de mierda .... así ....... ¡Que rico! ...... es una loca esa chamaca.>> El viento disminuía la intensidad por momentos y aquello lo incomodaba, pues se había excitado con la observación de aquel cuadro, esa jeba debe estar loca, ella tiene que hacerlo a propósito para joderle la vida a los hombres de este edificio, ¿cómo se le ocurre hacer tortilla con la ventana abierta?>> Un mosquito lo estaba asesinando por la espalda y el no quería moverse para matarlo, que chupe el hijoputa , pensó, pero no pudo contenerse, aquel desgraciado animal era insaciable y lo iba a dejar sin sangre, entonces, se dio una fuerte palmada en la espalda que lo sacó de la posición en la que se encontraba, cuando enfocó de nuevo al edificio, dirigió su mirada hasta el apartamento de Arturo y algo le dijo que el tipo lo estaba observando también.<< ¿Qué buscará ese mirahueco en esta dirección, si insiste me la voy a tener que sacar y ponérsela frente a él para que apunte a otro lado, de todas formas, no me moveré mucho para que el tipo no se lleve que yo estoy en las mismas.>>
  Sintió el ruido de un motor entre los dos edificios y aquello le extrañó, en esa área estaban las cisternas de ambos y el terreno que quedaba libre, la gente lo había sembrado de viandas para paliar el hambre de esos tiempos, otros, habían construido unas especies de casetas todas destartaladas donde guardaban sus cacharros, por allí nunca se metían los carros y eso le llamó mucho la atención, entonces aquel auto que le pareció ser un Chevrolet del 56, se paró al lado de una de esas casetas  y de su interior salieron cuatro hombres, eso no lo podía observar Arturo desde su ventana porque estaban muy pegados a su edificio. Aquellos tipos abrieron las puertas de la caseta próxima a ello de par en par y entre los cuatros sacaron algo que montaron encima del techo con mucha rapidez y cubrieron con una lona. << ¡Eso es una balsa! Parece que esa gente va echando con la fresca, déjame ver si puedo adivinar sus caras, que pena está muy oscuro, ahora solo necesitan que choquen con el Presidente del CDR, el mariconcito debe estar por el jardín con su perrito.>> Los tipos eran relámpagos, en menos de tres minutos amarraron aquel artefacto y se largaron, pocos segundos después pasaban por la calle que está al costado del edificio rumbo a la costa.<< Ojalá que tengan suerte, no todos llegan.>> Volvió entonces a dirigir su binocular hasta la ventana de Patricia, allí seguía acostada al lado de su amiga, parece que habían terminado pero se encontraban desnudas y acariciándose, Patri le dio un beso en la boca a su amiga y aquello lo volvió a excitar, las ramas le seguían estorbando y eso lo desesperaba, mañana hablaré con Pello, pensó, sin embargo, el viento era generoso y lo ayudaba, ahora Patricia se encaramó encima de su amiga  y le besaba los senos, bajaba y bajaba, le pasaba la lengua alrededor del ombligo, bajaba y bajaba, aquello lo volvía loco y se tocó debajo del short, lo tenía bien duro y erecto.<< No aguanto más, me voy para la cama con la mulata.>> 
  Suavemente colocó el binocular en su sitio y caminando con la punta de los pies entró al cuarto, allí estaba Margarita durmiendo totalmente desnuda, eso lo hacía siempre que le reclamaba su cuota y él lo comprendió. Muy despacito, fue acercándose a su cuerpo y comenzó a besarla, primero en los senos, fue bajando y bajando hasta llegar al ombligo donde hizo un alto, allí, le pasó la lengua a su alrededor, después continuó su recorrido y se detuvo para disfrutar cuando se frotaba los vellos por la cara, eso lo hacía siempre, luego lo besaba con mucha delicadeza, hasta que la temperatura aumentaba y todo se volvía violento, entre suspiros, lamentos, espasmos, convulsiones y gritillos que ocultaba poniendo la radio, así, les consumía más de cuarenta minutos y frente al ventilador sudaban y sus cuerpos se corrían cuando frotaban entre sí, y se sentían salados cuando se besaban. De pronto, se paró el ventilador, la claridad que entraba por las ventanas desapareció y el barrio quedó a oscuras, se oyó una alarma seguida de varias detonaciones y una voz que para Armando era conocida.
¡Ataque aéreo! ¡Ataque aéreo! ¡Ataque aéreo!
 
 
 
 
                                   Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
8-10-2000.