El Ché o Changó |
Siempre me agradaron las reuniones familiares, no solo entre familia,
me encantó en todo momento compartir con mis amigos, creo haber sido un tipo
muy sociable en mi vida. Hoy no pierdo esas costumbres de antes, cada vez que
tenemos un filito nos reunimos. El año pasado nos mudamos y todas las largas
tertulias las hicimos en el patio, mi yerno es un muchacho extremadamente carnívoro
y no hubo un solo fin de semana que no asáramos algo en el “barbiqiú”.
Allí, en la frescura de la noche nos sorprendía las dos o tres de la mañana,
varias cajas de cerveza vacías y una que otra botella de ron sin fondo. El
invierno es muy distinto, todos los días miro por la ventana de la cocina
esperando a que se derrita el hielo mientras deshojo páginas del almanaque,
siempre me doy aliento y digo; ¡Ya falta poco! No
sé si a ustedes les pasará lo mismo, pero mi gente tiene la extraña
costumbre de reunirse en la cocina, de nada sirven los confortables muebles de
la sala condenados a la exhibición. La cocina es el punto de concentración
de mi gente y no solo de ellos, hasta los pocos amigos que nos visitan dirigen
sus pasos hacia ella y nos castigamos por gusto, tenemos que permanecer de pie
y no nos damos cuenta del paso del tiempo. A mí también me gusta, para qué
ocultarlo, después de dos tragos comenzamos a saquear el refrigerador y
preparamos lo que se nos ocurra en esos instantes. Cuando
nos encontramos los hombres solos y por esa extraña magia que existe entre
nosotros, alguien habla de las hermosas nalgas de tal o mas cual jeba, lo
comentamos entre susurros para que la voz no llegue hasta la sala, aparecen
entonces una relación de fondillos que todos hemos observado a nuestro paso,
así, van surgiendo temas y temas, hasta que al final del camino caemos en lo
mismo, Cuba. Siempre aparece ella y es inevitable, ya me he dado cuenta, surge
involuntariamente y a veces pienso que somos hasta un poco masoquistas.
Hablamos de todo lo malo y escasean los momentos buenos de aquel pasado. Cuba
aparece unas veces querida, odiada, admirada, deseada, extrañada,
prostituida, robada, degenerada, amada, confusa, trágica, herida, ansiada y
desechada. Cuba es algo que siempre aparece aunque uno quiera olvidarla, te
llega con un trago, plato de comida, una coladita de café, el andar de sus
mujeres, aquellas tetas firmes debajo de un minúsculo “bajaychupa”, su música,
los recuerdos de sus baches y los latones de basura desbordados, la libreta,
el CDR. Cuba te persigue y siempre aparece aunque te despojes de ella todos
los días, todos los años. Cuba es una pesadilla y a veces deseamos cagarnos
en ella cuando resulta una maldición tenerla tan presente. No
sé por qué se encontraban hablando ese día de religión en mi cocina, no
era un tema muy frecuente entre nosotros los jodedores profesionales, los
catadores de todas las marcas de ron, los asiduos visitantes de aquellas
desaparecidas posadas, los tipos que aplicaban todas las leyes de la geometría
a la hora de exponer un veredicto sobre tal o cual fondillo, pero bueno, ese día
se hablaba de eso y yo solo escuchaba, no soy muy experto en la materia que
trataban y menos aún con un trago de más o de menos. -A
mí me destruyeron la Fe.- Expresó mi yerno con mucha tranquilidad, me le
quedé mirando y repitió lo mismo como si nadie lo hubiera escuchado. Me
atreví a intervenir porque en solo segundos, la computadora que llevo
integrada dentro de mi capacidad craneana comenzó a trabajar. -A
ti nadie te destruyó ninguna Fe.- Le respondí a secas y él replicó con la
velocidad de un rayo argumentando infinidad de cosas. -Nadie
te destruyó la Fe porque perteneces a una generación a la que nunca
permitieron desarrollarla, no ocurre lo mismo con la persona que se educó en
una escuela católica, donde se la formaron o con aquellos muchachos que
recibieron la influencia o trasmisión de esos sentimientos a través de sus
familiares. En primer lugar, creo que recibiste desde que ingresaste a una
escuela, una educación totalmente materialista y por tanto atea. Luego,
cuando lograste arribar a los estudios secundarios, te apartaron de la insana
influencia de tus padres logrando con ello un ser carente totalmente de Fe
religiosa y sin oportunidades de acercamiento a ella.- El muchacho me
escuchaba y creo que aprendía con mis palabras, entonces acudieron a mi mente
muchas cosas de esa Cuba de la que inevitablemente se hablaba. Con
frecuencia me envían películas cubanas actuales (la mayoría de las cuales
considero pseudo arte y muestran una gran decadencia en esa rama a partir de
la actual crisis económica) de la misma manera que me llega la música
actual, nada atrayente salvo contadas excepciones y me refiero a la calidad de
sus letras. Las oigo y me río, son pocos los autores o interpretes que hoy no
le dedican unas letras a los “santos”, son pocos los films donde no se
hacen referencia a ellos y hasta donde la memoria me permite, creo que las películas
cubanas anteriores a la caída del bloque socialista, hacían muy poca
referencia al tema y como es de suponer de una manera politizada y acorde a
los intereses del régimen, remontémonos pues a “Los días del agua”. Oigo
a mi yerno, la música actual y las películas recientes y suelto otra
carcajada, hoy en Cuba todo el mundo es santero, se habla más de Chango,
Orula, Ochún, Babalú, etc., que del Ché. Nadie le canta al hombre de la
triste figura con su boina negra y escasa barba, ¿qué pasó? Recuerdo
a aquel negrito de la marina al que un día le encontraron un “resguardo”
debajo de la almohada, pobre negro que tuvo la desgracia de navegar en una época
donde aquello era condenado. Hablemos pues de errores pasados (eso es lo que
expresan los nuevos voceros de la prensa cubana) para justificar todos los crímenes
cometidos durante cuatro décadas. Pobre negro, lo botaron de la marina por
aquel imperdonable pecado. Me
viene a la mente mi tía materna, ella vivía en un edificio de la calle
Aramburu y cerca de Zanja, no recuerdo cual religión practicaba pero daba
consultas y siempre tenía la sala de la casa llena de gente esperando. Un día
fui a buscar a mi primo vestido de uniforme de Oficial de la marina y me
encontré allí a un marinero con un ramo de flores en la mano, el tipo se cagó
al verme. -¿Compañero,
tú vienes a consultarte con la madrina?- Me preguntó sin ocultar su
nerviosismo. -No
compadre, yo vengo porque ella es mi madrina de verdad, ella me bautizó en la
parroquia de Guanabacoa cuando yo era un chamaquito, ella es hermana de mi mamá.-
Le respondí. -Coño
mi hermano, no vayas a echarme palante.- Me suplicó el tipo. -¡Oye!
Olvida eso, ese no es mi problema, así que sigue tranquilo en tus asuntos.-
Creo que le devolví la calma y allí estuvo sentado con sus flores en la mano
esperando su turno. Me
llegan a la mente esas cosas de aquella Cuba odiada, las planillas que debían
llenarse para solicitar cualquier trabajo, en ninguna faltaban esas preguntas
a las que siempre mentimos; ¿tienes creencias religiosas? ¿Ha bautizado a
algún hijo?, etc. Mientras
fuimos colonia de los rusos (porque el que niegue eso está negando entonces
que lo fuimos de los españoles y los americanos) Por todas las calles del país
podía disfrutarse de las grandes vallas con el rostro del barbudo Carlitos
Marxs y la del calvito Lenin, muchas estupideces también como aquella de que;
“El Granma y el Aurora navegaron juntos hasta Africa”. Vale la pena
recordar todas esas cositas para la gente que posee mala memoria, luego,
cuando toda esta pesadilla pase, habrá que reconstruir obligatoriamente
nuestra historia. Fueron tiempos de euforia comunista donde se llegó
inclusive a suprimir las clases de inglés en muchas escuelas para
sustituirlas por el ruso, es una verdadera pena proceder de un país donde la
gente tiene muy mala memoria. En
esos tiempos que les narro y que solo anteceden unos pocos años, los
suficientes hasta arribar a la caída del muro de Berlín, todos esos
religiosos fueron no solamente discriminados, regresemos un poco más para atrás
y pongamos entre los reclusos de las UMAP a estudiantes religiosos y
sacerdotes. ¿Qué
sucedió después? Lo inesperado, aquella potencia invencible, el futuro de la
humanidad, el ejemplo a seguir por todos los desesperados del mundo, se fue a
la mierda, así como les digo. Nada funcionó y todo era un globo inflado, una
estafa, la gran mentira que hoy tratan de revivir como ave de Fénix pero
adornada de diferentes colores. Entonces, el tipo se quedó solo (entiéndase
Fidel), los comunistas de diferentes partes del planeta se apresuraron a
cambiarle el nombre a sus partidos y se produjo un trauma mundial. Castro
y su séquito de bandoleros sufrieron ese impacto, fue un tiempo de
lamentaciones, de incremento de promesas, de compromisos por salvar al
“socialismo” (claro, interpretado a su manera) a la mierda se fue Lenin,
Marx, Engels y los camaradas Honecker, Ceausescu, etc.,etc. Solo quedaba él y
su “socialismo caribeño” pero ¡coño!, el tipo estaba solo. Como de
bruto no tiene un pelo, se dedicó en ese tiempo al rescate de los valores
nacionales y a despertar sentimientos nacionalistas que sustituirían a
aquellas divisas gastadas del Internacionalismo. Me causa risa cuando un día
leo en el Granma la nota de recordación a los “Bomberos de Lamparilla”,
hasta un acto realizaron para recordar a los bomberos muertos durante un
incendio ocurrido en esa calle hace sepetecientos años, nada, es para cagarse
de la risa. Así continuaron resucitando muertos cubanos que borraran la
molesta imagen de Marx y Lenin.
Sorprendente es la proposición realizada por Eusebio Leal en el
Congreso del Partido celebrado en Santiago de Cuba en el año 92 pidiendo el
ingreso de los religiosos al seno de dicho Partido que los mantuvo reprimido y
discriminados, creo, que hay que ser valientemente descarados. ¡Claro! Ya
para entonces ellos sabían lo que hacían, todas esas sectas y hermandades
habían sido penetradas por órganos del gobierno, cabe recordar la existencia
de departamentos en el MININT y PCC dedicadas a la atención de las
religiones, de ello no escaparon santeros, abakuás ni evangélicos, sin
embargo, la postura ante la iglesia católica fue mucho más prudente, ellos
sabían que se movían en un terreno donde las manipulaciones eran más difíciles
debido al grado de cultura que poseen. La
iglesia católica se mantuvo en un largo silencio desde mediados de los
sesenta, su último encontronazo con el régimen se produjo cuando la protección
ofrecida a Betancourt, aquel hombre que mató a dos tripulantes de un avión
de Cubana en un intento de secuestro, sumado a ello el ingreso de numerosos
estudiantes religiosos y sacerdotes a las filas de los campos de concentración
de la UMAP. No fue hasta los años 90 que se manifiestan por medio de la Carta
Pastoral, aunque no se puede negar la valentía de aquellos sacerdotes que
ofrecieron sus iglesias como trincheras a la disidencia cubana, cabe destacar
entre ellas la iglesia de la Merced en La Habana Vieja y la de Regla, pero
fueron casos aislados que se produjeron ante la actitud de un Cardenal que ha
gustado de nadar en aguas tibias, me refiero al Cardenal Ortega. No es hasta
la visita del Papa de la cual es él uno de los principales gestores y víctima
nuestro pueblo de esa manipulación que solo sirvió para legitimizar al régimen
por parte de la iglesia, que se produce una de las más valientes
manifestaciones del clero en contra del régimen y me refiero al
discurso del Obispo de Santiago de Cuba. Oigo
las canciones donde se dedican
estrofas a Santa Bárbara y me río, no concibo a un pueblo educado en la más
estricta y férrea educación materialista, surgir ante los ojos y oídos de
extraños como el más santero del mundo. Me orino de la risa cuando leo la
lectura del año de todos los Babalawos cubanos, solo falta al final agregar;
“Patria o Muerte Venceremos”. Espero que me sepan disculpar todos aquellos
que profesan estas religiones con verdadero fervor, pero créanme que no confío
en los individuos que hemos importado y se llaman babalawos, seres alcohólicos,
enfermos a las discotecas, alérgicos al trabajo, gente sin una verdadera Fe y
que piensan que se puede engañar a cualquiera. Se habla mucho del turismo
sexual a la isla, se menciona el turismo médico, pero se habla muy poco del
religioso, sin embargo, cada vez que veo una de esas películas actuales las
interpreto como una promoción a ello, no sé cuantas personas puedan haber
sido estafadas por esa razón, me imagino que muchas. Solo se me ocurre una
pregunta, ¿Cómo puede una persona que recibió esa educación netamente
atea, convertirse en un enconado religioso de la noche a la mañana? Es
imposible porque la Fe no se compra, yo reconozco que nuestra gente acudió a
las iglesias en busca de algo, lo hizo por desafiar al régimen, lo hizo
porque dejó de creer en el hombre y sus promesas, lo hizo desesperado. Como
quiera que sea soy de la opinión de que esa manipulación del gobierno resultó
en su contra, sus resultados son en estos momentos irreversibles porque en su
desespero no calcularon el oportunismo que podía utilizar el pueblo. Hoy por
hoy nadie le compone una canción al Ché, pocos lo mencionan en sus películas,
el dólar tiene mucho más valor que el billete que lleva su imagen y sus
supuestos huesos descansarán en Santa Clara hasta que se produzca un cambio y
la gente de la isla llegue al fondo de su historia. ¡Viva Changó! Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2-3-2002.
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