La crisis económica cubana se ha agravado en las últimas semanas debido
al cese de los suministros de petróleo venezolano tras el reciente golpe de
Estado contra el presidente, Hugo Chávez. El Gobierno cubano reconoció esta
semana que, después del golpe, la isla no ha recibido 'ni un solo barril de
petróleo' de Venezuela, lo que ha obligado a paralizar las operaciones de la
refinería de Santiago de Cuba desde abril. Para que no se detuviese la
producción, Cuba ha tenido que usar sus reservas y comprar petróleo en el
mercado internacional a precios más elevados.
En virtud del acuerdo firmado en octubre de 2000 por Hugo Chávez y Fidel
Castro, Venezuela suministra a la isla 53.000 barriles de petróleo diarios en
condiciones preferenciales. Según las autoridades, esta cantidad equivale a
un tercio de las necesidades de crudo de la isla, y hasta hace unos meses el
acuerdo funcionó sin problemas. Sin embargo, éstos comenzaron con la
gerencia de Petróleos de Venezuela (Pdvesa) tras el golpe, al exigir ésta
que Cuba pagase los adeudos acumulados para seguir enviando petróleo a la
isla.
El Gobierno de La Habana ha dicho que el reciente 'intercambio de
comunicaciones' entre empresas estatales de los dos países 'indica cambios en
las posiciones de la entidad venezolana y la posibilidad de acuerdos viables
para reanudar las operaciones convenidas'.
En Cuba, donde el 90% de la economía es estatal, la mayor parte de la
energía eléctrica se produce quemando petróleo. La isla produce el
equivalente a 65.000 barriles diarios de crudo y gas natural. Este petróleo
doméstico sólo alcanza para cubrir un 60% de las necesidades de electricidad
nacionales.
Medidas de ahorro
Golpeado por la crisis y la falta de liquidez, el Gobierno cubano ha pedido
severas medidas de ahorro a todas las empresas y entidades estatales y ha
decretado una fuerte subida de precios de los productos en dólares, que se
incrementan hasta en un 30% en el caso de la gasolina y los equipos eléctricos.
Otros artículos, como la ropa, los perfumes y la carne de vaca, subirán
entre un 10% y un 20%, mientras que algunos alimentos y productos de aseo
personal que forman parte de la canasta básica bajan ligeramente. Los nuevos
precios entran en vigor mañana.
'La filosofía es gravar los artículos suntuarios y rebajar los productos
de primera necesidad', asegura un funcionario. En la calle, sin embargo, el
comentario es otro: 'Hay que ver lo que se entiende por suntuario y
tener en cuenta lo caro que estaba todo ya', dice ante un mostrador repleto de
público la mulata Josefa, un ama de casa que, como muchos cubanos, ha salido
esta semana a gastarse los ahorros del mes.
A ella no le afecta la subida de la gasolina súper, considerada un lujo en
un país en el que sólo una pequeña parte de la población tiene coche
particular; de 0,90 dólares pasa a 1,20 el litro, y el diésel de 0,45 a
0,70, la misma cantidad. Se eleva también el precio de los electrodomésticos
(10%), los zapatos (10%) y el champú (20%), y bajan los artículos de tocador
(10%), las compresas (10%) y algunos productos considerados de primera
necesidad como el pollo y el jabón.
El decretazo no afecta a los alimentos que se expenden en pesos
cubanos por la libreta de racionamiento, pero eso no es consuelo: la mayoría
de la población recurre a las tiendas en dólares para llegar a fin de mes.
Para entender lo que supone esta subida para un cubano de a pie, baste decir
que el salario medio en la isla es de 225 pesos, equivalente a nueve dólares,
y que un litro de aceite vegetal cuesta 2,25 dólares. Además, el propio
Gobierno admite que sólo un 60% de los 11 millones de cubanos tiene acceso al
dólar, la mayoría a cantidades muy exiguas. Anualmente entran en Cuba unos
800 millones de dólares en concepto de remesas familiares.
El argumento esgrimido por las autoridades es que es necesario que el
dinero se redistribuya, y para ello los privilegiados que reciben divisas
deben pagar más. Según el Ministerio de Economía y Hacienda, el 37% de las
ventas en las tiendas de dólares corresponde a alimentos, y el 14% a artículos
de aseo, así que los nuevos precios benefician a la mayoría. La opinión no
es compartida por muchos clientes consultados estos días a pie de caja
registradora.