Edición del 2 de Noviembre, 1999
Castro acusa a EE.UU. de querer secuestrar la Cumbre
También acusó al arzobispo de Santiago de Cuba, Pedro
Meurice, de querer
obstaculizarla
Por GERARDO TENA y CARLOS BATISTA
LA HABANA - - El presidente Fidel Castro acusó este martes a
Estados Unidos de
alentar a la fragmentada disidencia interna a que realice una junta
paralela a
la IX Cumbre Iberoamericana con el fin de hacerla fracasar, cuando
faltan 13
días para su celebración en La Habana.
El mandatario lanzó desde la televisión local un "Yo acuso"
a Washington y su
Oficina de Intereses en Cuba (SINA) a los que también imputó
el "sabotaje" de
la visita del gobernador de Illinois, George Ryan.
En un hecho inédito, Castro puso nombre y apellido a los funcionarios
de la
SINA y a los dirigentes de la disidencia interna, a quienes la mayoría
de la
población desconoce.
En su intervención televisiva de más de cuatro horas,
Castro aseguró que en
agosto último, el jefe de Asuntos Cubanos del Departamento de
Estado, Charles
Shapiro, "instó" a la disidencia interna a realizar una cumbre
paralela a la
Iberoamericana sobre la situación de los derechos humanos en
Cuba.
El mandatario no dijo si su gobierno tratará de impedir la "Cumbre
paralela" de
disidentes, la cual sería la primera en décadas en reunir
a opositores de
varias corrientes.
De cara a la junta de dignatarios iberoamericanos, la disidencia está
incrementando sus actividades públicas para denunciar la situación
de los
derechos humanos en la isla y aprovechar la oportunidad de atraer la
atención
de los mandatarios que se darán cita en La Habana, el 15 y 16
de este mes.
El pasado fin de semana, varios de los opositores se reunieron por primera
vez
con legisladores mexicanos que viajaron a la isla en una delegación
oficial y,
por separado, con el ministro holandés de Comercio, Gerrit Ybema.
Además, buscan reunirse con la mayor parte de asistentes a la
Cumbre, entre
ellos la canciller mexicana Rosario Green, a quien han solicitado formalmente
una entrevista. De darse ese encuentro en la isla, se rompería
una tradición en
la diplomacia mexicana respecto a Cuba de no injerencia en asuntos
internos.
Diplomáticos latinoamericanos creen que la Cumbre, que ya tiene
sensibles bajas
al no acudir cinco mandatarios, podría ser "secuestrada" por
la disidencia y
Estados Unidos.
En una reacción inmediata a las declaraciones de Castro, el periodista
independiente Jorge Olivera, de la ilegal agencia Habana-Press, dijo
a que los
"ataques furibundos" del mandatario podrían "derivar en algo
más peligroso".
Castro acusó también a la conservadora Fundación
Nacional Cubanoamericana
(FNCA) de pretender financiar millonariamente si fuera necesario a
la
disidencia y la Iglesia Católica, para obstaculizar la Cumbre.
Esos planes, indicó, estarían dirigidos a utilizar a los
opositores Elizardo
Sánchez Santacruz y Oswaldo Payá, así como al
arzobispo de Santiago de Cuba,
Pedro Meurice.
"Hemos comprobado ya gestiones del señor Elizardo con distintas
embajadas con
vistas a la cumbre", acotó el mandatario.
El presidente cubano fustigó la estrecha relación a la
SINA por su relación con
los "cabecillas contrarrevolucionarios", y la forma en que apoya y
estimula la
subversión en el país.
Señaló que "entre sus muchas artimañas, la Oficina
de Intereses se dedica
también a organizarle a cuanto funcionario norteamericano viaja
a la isla
reuniones con los llamados líderes disidentes".
En ese sentido, señaló que un encuentro similar se le
impuso en la agenda al
gobernador de Illinois, el republicano George Ryan, que visitó
la isla del 23
al 27 de octubre pasado.
La SINA que "tiene casi tantos empleados como la embajada de la Unión
Soviética
en sus buenos tiempos, intentó sabotear y reducir al mínimo
el programa de
Ryan".
Añadió que esa oficina "hizo todo lo posible por obstaculizar
mi reunión con
Ryan". |