En el Womad Canarias es posible degustar algún manjar musical, aunque
también hay que probar platos insulsos. En eso está la gracia. El cantante
de origen argelino Rachid Taha, el pianista cubano Pepesito Reyes y los
tuareg de Tinariwen destacaron en la segunda jornada de este festival que
finalizaba anoche con el cante de Estrella Morente, los espirituales de The
Blind Boys of Alabama y Joe Strummer al frente de sus Mescaleros.
Acaba convirtiéndose en una agotadora carrera de relevos. Así es este
Womad 2001 para quien se obstine en querer ver y escuchar todo. Apenas ha
terminado un concierto en el escenario de Santa Catalina cuando, sin prácticamente
tiempo para caminar los metros que lo separan del de Boulevard, arranca la
siguiente actuación. Un recorrido imaginario que se mide en miles de kilómetros
y siglos de historia, ya que de un tañedor de kora ancestral se pasa sin más
a un veterano héroe del soul o una banda mexicana de rock.
Hay diversidad de opiniones. Algo que se refleja en la prensa local. A
quien le parecieron lo máximo los sonidos electrónicos de Dreadzone y
trasnochado el funksoul de Edwin Starr se enfrenta el que comprobó
que los asistentes -unos 80.000 en la primera jornada, según los
organizadores, y otros tantos, si no más, en la segunda- disfrutaron a tope
con la banda sonora de éxitos de los sesenta y setenta. Nada que objetar:
el abanico de opciones y estilos es una baza irrenunciable de un festival
que pretende fomentar la participación con talleres para adultos y niños
-confección de máscaras, construcción de instrumentos de bambú-.
El que decidió darse una vuelta el sábado por el centro de la ciudad se
encontró, sin aflojar una peseta, con un Pepesito Reyes o un Rachid Taha.
Al pobre de Pepesito le sentaron ante un piano eléctrico que no era de
recibo. Hay que buscarle siempre un señor piano, cueste lo que cueste. Aun
así, fue un placer dejarse mecer por los danzones y chachachás de este
hombre de 84 años, que tocó Como arrullo de palmas, de Ernesto
Lecuona, gloria de Cuba que vino a morirse a estas islas.
En horario de máxima audiencia, Rachid Taha se permitió uno de los
contados bises de un festival que lleva la cuestión horaria con precisión
suiza. El cantante de origen norteafricano ofreció un enérgico concierto
que hacía pensar por momentos en una reedición franco-argelina y contemporánea
de los Talking Heads.
Esta segunda jornada la habían iniciado los búlgaros Rodopis -a los que
una productora descubrió tocando en un pasillo del metro de Madrid- y la
cerró -antes de la irrupción de los DJ's a eso de las tres y media de la
madrugada- la cantautora Eliza Carthy, hija de dos personajes legendarios
del folk británico.
El guitarrista Justin Adams tocó una especie de blues de ese desierto
del que llegaron los sorprendentes Tinariwen, dos mujeres y cinco hombres
tuareg, que confraternizan con los franceses de Lo' Jo', 'unidos por la
energía y la solidaridad', como habían comentado en la rueda de prensa
previa.
Esta séptima edición de Womad Canarias se cerraba anoche con la joven
cantaora Estrella Morente, The Blind Boys of Alabama y sus espirituales del
viejo Sur, y los Mescaleros de Joe Strummer, antiguo miembro de los míticos
Clash.