Cuba se prepara para más
penurias
La crisis internacional, la caída del turismo y el
aumento del precio del petróleo auguran para la isla un 2003 todavía más duro
El nuevo año ha llegado a Cuba cargado de malas noticias. En lo económico,
la revolución de Fidel Castro, que el primero de enero cumplió 44 años, tiene
ante sí un panorama difícil: el turismo, la principal fuente de dólares, cayó
el año pasado un 5%; los ingresos en concepto de remesas familiares y de
exportaciones de azúcar también se redujeron sensiblemente, y el producto
interior bruto (PIB), que debía crecer en 2002 un 3%, sólo lo hizo en un 1,1%.
Las perspectivas para este año, con los precios del petróleo por las nubes,
son incluso peores.
En la calle, estas cifras macroeconómicas importan poco. Lo que cuenta es la
realidad cotidiana. Y ésta dice que los alimentos en los mercados son cada vez
más caros: un kilo de carne de cerdo cuesta ya 50 pesos; un kilo de fríjoles,
28, y el de zanahorias, 20, una fortuna si se tiene en cuenta que el salario
mensual de un obrero no llega a 300 pesos (equivalente a 12 euros).
"Es cierto que por concepto de educación y salud no pagamos nada, y
también que los precios de la electricidad, el agua y el gas son simbólicos,
pero de hecho cada vez es más difícil llegar a fin de mes", cuenta
Roberto, un habanero guasón que vive del invento. Lo suyo es la reventa de ron
a las puertas de una tienda estatal, actividad por la cual obtiene un porcentaje
suficiente para que sus vecinos lo miren con envidia.
Roberto ha inventado un nuevo verbo: "pugilatear" el dólar, es
decir, luchar por la moneda del enemigo, conseguirla como lugar para sobrevivir.
Algo similar a lo que hace el Gobierno cada día aplicando medidas de ahorro de
combustible y planes de sustitución de importaciones.
"A Cuba le resultará imposible sustraerse de las consecuencias de la
crisis internacional" el año que comienza, vaticinó el mes pasado ante el
Parlamento el ministro de Economía, José Luis Rodríguez.
La economía cubana se había estado recuperando de la crisis provocada por
la debacle socialista gracias al auge del turismo, sector que ahora aporta
ingresos mayores que todas las exportaciones de la isla combinadas y que
alcanzaron 1.850 millones de dólares en 2001. Según explicó Rodríguez, la
economía cubana creció a una tasa del 4% entre 1997 y 2002, mientras que el
turismo aumentó a un ritmo superior al 13%. Sin embargo, el desarrollo de esta
industria se estanco en 2001 y se redujo un 5% el año pasado.
Las secuelas del 11 de septiembre y la desestabilización de Venezuela, que
el año pasado interrumpió en varias ocasiones el suministro de petróleo hacia
Cuba, han supuesto pérdidas de cientos de millones de dólares para la isla. El
ministro Rodríguez advirtió ante la Asamblea Nacional de que una eventual
guerra de Estados Unidos contra Irak podría incrementar sustancialmente los
precios del crudo y forzar al Gobierno a tomar medidas de emergencia.
"Ya se habla de cerrar empresas y de apretarse aún más el cinturón,
pero lo cierto es que cada vez los márgenes de maniobra son menores",
afirma un economista que es partidario de que se eliminen las trabas que impiden
en la actualidad el desarrollo de los pequeños negocios privados. "En
estos momentos, una medida de este tipo aliviaría las necesidades de la población
y serviría también para dinamizar la economía", opina este interlocutor.
Las autoridades cubanas, sin embargo, no parecen muy ganadas para la causa.
Según cifras oficiales, los cubanos dedicados al trabajo por cuenta propia, que
en 1995 eran más 200.000, hoy son 150.000.
Los motivos de esta alergia al cuentapropismo, en un país en que el
igualitarismo ha sido política de Estado durante 44 años, son de sobra
conocidos: que las diferencias y las desigualdades económicas entre cubanos no
sigan aumentando. Pero esto ya es imposible. "La sociedad esta fracturada,
dividida entre los que tienen dólares y los que malviven con pesos",
comenta un diplomático.
El mismo considera que "los cambios económicos tipo China o
Vietnam" acabarán por llegar. Aunque la pregunta es cuándo. "Si la
crisis se agrava y no queda otro remedio, no dudo que Fidel Castro promueva las
reformas, igual que en 1993 se vio obligado a legalizar el dólar. Del mismo
modo, tampoco hay que descartar que Castro vaya delegando funciones a partir de
ahora".
Según esta última tesis, de la que se habla ahora en Miami, el mandatario
cubano podría estar pensando en crear el cargo de primer ministro para el
actual vicepresidente, Carlos Lage, y ceder la secretaría general del Partido
Comunista a su hermano Raúl Castro. Estos cambios, cuando Castro está a punto
de cumplir 77 años y su salud genera cada vez más especulaciones, tendrían el
objetivo de garantizar la transición y supervivencia de la revolución cuando
él no esté. En La Habana los funcionarios cubanos no ocultan la risa ante
tales hipótesis, las juzgan paparruchadas. Pero, a pesar de ello, pocos se
aventuran a pronosticar cómo será el futuro dentro de cinco años.
"¿Quién iba a decir hace tan sólo tres años que Cuba abriría una
brecha al embargo y que compraría directamente en Estados Unidos alimentos y
medicinas por valor de 256 millones de dólares, como ocurrió el año
pasado?". El comentario, de un experto en relaciones
cubano-norteamericanas, no es descabellado. Cada vez la presión de empresarios,
agricultores y políticos de Estados Unidos para que Washington normalice sus
relaciones con Cuba es mayor, y si mañana empiezan a llegar masivamente
turistas norteamericanos a la isla, quién sabe.
"Esto no hay quien lo arregle, pero tampoco hay quien lo tumbe",
augura con la boca pequeña Roberto, y sentencia: "Mientras haya ron esto
aguanta". La broma es de hace años, de cuando desapareció la Unión Soviética
y la isla se quedó sin el 80% de sus mercados. Entonces el producto interior
bruto cayó un 43% en tres años y pocos apostaban por la supervivencia del
Gobierno de Fidel Castro.
De aquel agujero salieron las autoridades cubanas sin disminuir los fondos
dedicados a la salud, la educación y la seguridad social, que este año se
llevarán más del 50% de los Presupuestos del Estado. Sin embargo, pese a ello
y por muchos factores, entre ellos la edad del comandante, hoy numerosos cubanos
contemplan el futuro con incertidumbre poco disimulada.
Después de 44 años de brega y sacrificios, dice uno de los fieles de
Castro: "Esta revolución la generó Fidel, Fidel la llevó a la victoria,
él la consolidó y será Fidel quién la salve".
Concentrada alrededor del denominado Proyecto Varela, la atomizada disidencia
cubana ha alcanzado en el último año un vuelo político y una unidad
desconocida hasta la fecha. El Proyecto Varela es una iniciativa del opositor
democristiano Oswaldo Payá Sardiñas, que insta a las autoridades a convocar un
referéndum sobre el cambio político en Cuba. Pide que se consulte a la población
si quiere una reforma legal para garantizar los derechos de expresión y
asociación, la concesión de mayores espacios para que los cubanos puedan
montar empresas privadas, la amnistía de los presos políticos, la elaboración
de una nueva ley electoral y la realización de elecciones libres.
MAURICIO VICENT - La Habana
|