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Miércoles 
27 septiembre 
2000 - Nº 1608

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CULTURA
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Muere en Estados Unidos el poeta cubano exiliado Heberto Padilla 

El fallecimiento del escritor conmociona a los disidentes de Miami 

EL PAÍS / AGENCIAS, Miami / La Habana 
Heberto Padilla (C. Manuel).
El poeta cubano Heberto Padilla, exiliado desde los años ochenta, murió el pasado lunes en Alabama (Estados Unidos), a los 68 años, como consecuencia de un ataque al corazón. El poeta será enterrado hoy en Miami, donde su fallecimiento ha causado una gran consternación entre el exilio cubano. Padilla había firmado este mismo mes un contrato de cuatro años como profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Alabama.
 
 

Heberto Padilla nació en Cuba en 1932 y durante la revolución ocupó cargos relevantes en el ámbito cultural. Pero en 1968 se desencadenó un gran escándalo político tras la publicación de Fuera del juego (antes había publicado Las rosas audaces y El justo tiempo humano), que fue premio Nacional de Poesía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y por el que se le consideró demasiado crítico con el régimen. Este escándalo desembocó en su encarcelamiento en 1971, año en el que editó Provocaciones. Además fue obligado a retractarse públicamente de sus opiniones. En 1980, Fidel Castro le autorizó a abandonar el país, y a partir de ese momento inició un largo exilio. Su libro En mi jardín pastan los héroes fue secuestrado en Cuba.
 
 

En 1989, Padilla presentó en Madrid La mala memoria, una suerte de memorias. "No tengo ira", declaró entonces el autor, "dicen que Castro sale bien parado por lo que dice. Pero cito lo que dijo, como cito otras conversaciones, sin hacer ataques hirientes, porque el libro va más allá del escándalo político".
 
 

El escritor cubano y diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) Miguel Barnet declaró ayer su pesar por la muerte de Padilla, a quien calificó de "poeta muy sobresaliente y muy desgarrado". "Lamento mucho la muerte de un poeta muy sobresaliente de la generación del cincuenta, un hombre que dejó una huella profunda en los poetas que llegamos después". Barnet le definió como "un poeta muy desgarrado, lleno de contradicciones que lo llevaron a alejarse de su patria y añorar Cuba en el exilio doloroso en que murió". El autor cubano Luis de la Paz dijo en Miami: "Para nosotros representa el símbolo de la rebeldía y del hombre que supo decir lo que otros escritores no se atrevieron: enfrentar al régimen, exigir la libertad y el derecho a la libre expresión".
 
 

El poeta cubano Luis Mario señaló que Fuera del juego sirvió para "desenmascarar al régimen castrista y enfrentarlo a la ira de la intelectualidad internacional. Sobre todo cuando Padilla fue obligado a cantar públicamente un mea culpa contra los demás y contra sí mismo. Ahora ha muerto. Ya no es un peligro como persona, pero como intelectual lo seguirá siendo, porque su ejemplo se ha convertido en una condena perenne al sistema totalitario".
 
 

El periódico El Nuevo Herald afirmaba en su edición de ayer que "para muchos, Fuera del juego marcó el comienzo de una época de renovación en la literatura cubana y puso fin al idilio entre el régimen de Castro y los intelectuales". 

"En Cuba todo es político" 

EL PAÍS, Madrid 
"Todo lo que pasa en Cuba es un problema político. No se escribe para comunicar una idea, sino para acumular méritos con los que acceder a los puestos de poder", declaraba Heberto Padilla en Madrid en 1981 con ocasión de la publicación en España de su novela En mi jardín pastan los héroes. Entonces Padilla recordó cómo comenzó a plantearse su rechazo al régimen de Fidel Castro, tras un viaje a Checoslovaquia y la URSS y su integración "con entusiasmo" como director gerente del Instituto del Libro. En 1968, la publicación de Fuera del juego provocó la tormenta que acabaría con su encarcelamiento y posterior exilio.
 
 

"Yo no he escrito una novela para describir mi experiencia sino para sugerir un mundo", declaró Padilla sobre En mi jardín pastan los héroes. ¿Y por qué se mezclan en mi libro la realidad y el sueño? Porque no hay frontera en esa literatura de esquizofrenia que se vive en Cuba, donde los hombres desdoblan su personalidad, y en mi novela pasa eso". 
 

 

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