El Parlamento cubano aprobó el miércoles por unanimidad una ley de reforma
constitucional que declara 'irrevocable' el régimen socialista de la isla. El
nuevo texto, que introduce reformas a la Constitución vigente desde 1976,
establece que 'el socialismo y el sistema político y social revolucionario'
decretado en la Carta Magna 'es irrevocable' y que Cuba 'no volverá más al
capitalismo'. El cambio constitucional es, según el régimen de Fidel Castro,
una 'categórica respuesta' a la exigencia de reformas democráticas pedidas por
el presidente de EE UU, George W. Bush, el pasado mayo.
El proyecto de ley de reforma constitucional fue sometido a la votación a
viva voz de los 559 diputados participantes en la sesión extraordinaria del
Parlamento, que lo aprobaron de manera unánime. La reunión del Legislativo se
celebró durante los últimos tres días con la asistencia del presidente
cubano, Fidel Castro, y la máxima dirección de su Gobierno.
En su intervención, Castro se pronunció a favor de perfeccionar y mejorar
el sistema socialista y 'no destruirlo'. Se nos pedía, dijo Castro, 'que revocáramos,
que fuéramos hacia el capitalismo. Eso era una ofensa. La respuesta es que
pierdan toda esperanza de que Cuba va a renunciar al socialismo'.
En esos tres días de sesiones intervinieron 165 diputados, representantes de
las organizaciones sociales y de masas, y varios invitados extranjeros que en
sus discursos criticaron las peticiones de democratización del presidente de EE
UU a Cuba.
La reunión fue convocada por Castro, en su condición de presidente del
Consejo de Estado, para considerar la propuesta que ya había sido respaldada la
semana pasada con las firmas de 8.188.198 ciudadanos en edad electoral (desde
los 16 años), es decir, el 99,25% de las personas con derecho a voto.
Antes de esa masiva recogida de firmas, la iniciativa en favor del carácter
inmutable del socialismo en Cuba fue respaldada también con una marcha nacional
celebrada en toda la isla, en la que participaron millones de personas, según
datos oficiales.
Esta reforma constitucional fue impulsada por el régimen de Castro después
de que, el pasado mes de mayo, los principales grupos de la disidencia interna
presentaron también al Parlamento 11.020 firmas en apoyo a la convocatoria de
un referéndum -el llamado Proyecto Varela, que encabeza el disidente Osvaldo
Payá- para introducir cambios democratizadores y de apertura económica en la
legislación y decretar una amnistía política.
Pese a ello, según recoge el nuevo texto, la irrevocabilidad del socialismo
es una 'digna y categórica respuesta a las amenazas del Gobierno imperialista
de Estados Unidos el 20 de mayo del 2002'. Esa fecha hace referencia a los
discursos pronunciados por el presidente de EE UU, George W. Bush, en Miami y
Washington en los que pidió reformas democráticas al Gobierno cubano.
En otro artículo, la nueva ley afirma que 'la República de Cuba repudia y
considera ilegales y nulos los tratados, pactos o concesiones concertados en
condiciones de desigualdad que desconocen o disminuyen su soberanía y su
integridad territorial'. Igualmente, dispone que 'las relaciones económicas,
diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás
negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera'.
Asimismo, en otro de los artículos sostiene que la Constitución 'sólo
puede ser reformada por la Asamblea Nacional del Poder Popular mediante acuerdo
adoptado en votación nominal por una mayoría no inferior a las dos terceras
partes del número total de sus integrantes , excepto en lo que se refiere al
sistema político, económico y social, cuyo carácter irrevocable establece'.
'Si la reforma', añade, 'se refiere a las facultades de la Asamblea Nacional o
de su Consejo de Estado o a derechos y deberes consagrados en la Constitución,
requiere además la ratificación' por parte de los ciudadanos en referéndum.