'Al capitalismo no regresaremos jamás'. Así de claro lo dijo ayer Fidel
Castro durante un acto político celebrado en el mausoleo del Cacahual, en las
afuera de La Habana, que fue el comienzo de una masiva campaña de recogida de
firmas para apoyar un proyecto de reforma constitucional. Ésta plantea que, a
partir de ahora, el socialismo, como sistema político de Cuba, será
'intocable'. Castro fue el primero cubano en respaldar con su firma la
iniciativa, que tiene mucho que ver con la política que su Gobierno piensa
seguir para salir de la crisis.
Castro ya anunció el pasado jueves que ningún trabajador azucarero afectado
por el proceso de reconversión será 'abandonado a su suerte'. Al menos 100.000
de los 400.000 cubanos que hasta ahora trabajaban en el sector sufrirán el
impacto de la crisis, y como no es posible 'reubicar' a todos en nuevos empleos
a corto plazo, el proyecto es enviar a muchos de ellos a estudiar o
recalificarse, y a los que se mande a casa se les pagará entre el 60 y el 100%
de su salario.
Hasta la década de los noventa, el azúcar fue la primera fuente de ingresos
por exportaciones en Cuba y representaba el 70% de los intercambios con la Unión
Soviética. Pero tras la desaparición del bloque socialista -de donde Cuba
recibía la mayoría de los suministros necesarios para la industria y donde
comercializaba toda su cosecha- la producción de azúcar cayo de 7,5 millones
de toneladas a menos de la mitad. Según el Ministerio del Azúcar, ésta caída
de la producción, unida a la bajada de los precios del dulce en el mercado
mundial, ha agravado la crisis del sector hasta hacerla insostenible.
Producir pérdidas
Hoy 'producir azúcar no significa ganancia alguna, ni ingreso real para el
país, sino que implica pérdidas', han explicado las autoridades. De ahí que
de lo que se trata ahora es de 'producir azúcar para el consumo interno de Cuba
y acceder al mercado externo en la medida en que su precio genere ingresos
superiores al costo'.
'Desde el punto de vista económico, es la medida más trascendental e
importante que ha tomado el país en los últimos cuarenta años', afirma el
director del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Juan Triana. La
reconversión del sector azucarero, que implica el cierre de la mitad de los
ingenios dedicados a la producción y la reducción del área de cultivo de la
caña en un 62%, 'era una necesidad desde hace años, pero se había ido
posponiendo mientras la economía creció a un ritmo del 5% anual', explica
Triana.
Ahora que la crisis se ha agudizado, no ha quedado más remedio que aplicar
el ajuste. 'Aunque Cuba está viviendo un momento muy difícil y tenso, la
diferencia con la crisis que provocó la desaparición de la Unión Soviética
es que ahora el país esta mucho más preparado para resistir', opina este
economista.