Rusia ha decidido cerrar la estación de espionaje que los soviéticos
instalaron en 1970 en Cuba. El anuncio del cierre inmediato del 'centro
radioelectrónico' de Lourdes, ubicado al sureste de La Habana, lo hizo ayer el
presidente Vladímir Putin durante una reunión en el Ministerio de Defensa.
Rusia también retirará su base militar en Vietnam. El líder ruso explicó que
no se pueden seguir desperdiciando medios en 'tareas secundarias' y que hay que
concentrarse en los objetivos primordiales de las Fuerzas Armadas.
La estación de espionaje de Lourdes fue montada en los años setenta, cuando
la Unión Soviética tenía una importante presencia militar en Cuba, que llegó
a los 20.000 hombres. Después de la desintegración de la URSS, la estación de
radar continuó funcionando, lo que ha venido motivando reiteradas protestas de
EE UU. Los diputados norteamericanos que acusaban a Moscú de realizar un
intensivo espionaje electrónico desde Lourdes llegaron a aprobar una ley para
que Washington obstaculizara la reestructuración de la deuda exterior de Rusia
si ésta no cerraba los radares en Cuba.
Para mantenerlos funcionando, el Kremlin gastaba unos 200 millones de dólares
al año (casi 40.000 millones de pesetas). Putin, que, acompañado por Fidel
Castro, visitó la estación en diciembre del año pasado, durante su viaje
oficial a Cuba, aseguró ayer que no hay que interpretar el cierre de los
radares como un enfriamiento de las relaciones con La Habana y prometió que
Rusia continuará interviniendo a favor 'del levantamiento total del bloqueo
económico' a la isla.
Anatoli Kvashnín, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas,
dijo, por su parte, que, con el dinero ahorrado gracias al cierre de la estación,
Rusia podrá comprar 20 satélites de espionaje e información y encargar
decenas de radares modernos.
Los rusos comenzarán a desmantelar su base naval de Cam Ranh, en Vietnam, el
1 de enero próximo, lo que tampoco significa una disminución del nivel de
cooperación con ese país, según señaló Putin. El cierre de sus bases
militares en esos países socialistas se realiza en el marco de un programa de
ahorro para poder financiar los proyectos de modernización de las Fuerzas
Armadas rusas.
La base de telecomunicaciones de Lourdes es un inmenso campo de antenas
situado a unos 60 kilómetros de La Habana, en medio de una exuberante vegetación
tropical. Construida cuando corrían los tiempos duros de la guerra fría, ocupa
72 kilómetros cuadrados de terreno, donde, según fuentes occidentales,
trabajan 1.500 personas, incluidos soldados, ingenieros, técnicos y familiares.
Ellos son los últimos bolos que quedan en Cuba, con excepción de los
que trabajan en la embajada y en algunas empresas rusas con presencia fija en la
isla. El término despectivo bolos -por lo tosco del personal- se usó en
Cuba hasta en los tiempos en que la amistad socialista entre La Habana y Moscú
era considerada como eterna e inquebrantable, por lo que ayer la poca gente que
se enteró de la noticia no daba muestras excesivas de pesar.
La estación facilitaba a los rusos el 75% de la información estratégica
y militar sobre Estados Unidos
|
|
|
'Adiós, que les vaya bien, que no les pille un carro, que no les pille un
tren', exclamó Jaime, un joven profesional que estudió en la ex Unión Soviética,
al conocer la información. Hasta ayer por la tarde, las autoridades no habían
hecho pública la decisión de Putin y tampoco la cancillería había querido
dar ninguna reacción oficial.
Sin embargo, la salida de los últimos militares rusos de Cuba, justo 11 años
después de que Moscú decidiese retirar la brigada de 2.800 soldados que tenía
estacionada en la isla desde la crisis de los misiles, además de los
3.000 técnicos que trabajaban entonces en Cuba, es más que simbólica. Hasta
ahora, la base de Lourdes era el único lazo que EE UU no había logrado romper
entre Moscú y La Habana. Lourdes era, quizás, el último bastión de la guerra
fría, y desde allí se interceptaban llamadas telefónicas, faxes,
comunicaciones por ordenador y Rusia obtenía una importante información
militar. Según el propio ministro de las Fuerzas Armadas de Cuba, Lourdes
proporcionaba a los rusos el 75% de la información estratégico-militar sobre
EE UU, y eso hasta ahora no se había querido tocar.
R. FERNÁNDEZ / M.
VICENT |
Moscú, La Habana