El País Digital
Jueves, 18 de octubre de 2001

  

  

 
 
 
 
 

 

CUBA
Cabecera
  Retorno a la página de inicio   Artículo en francés   Revista de prensa   Indice de materias  

 Rusia retira sus antenas de Cuba
 

 Putin alega razones presupuestarias para cerrar el centro de espionaje de Lourdes
 
 

Un aspecto de la estación de espionaje rusa de Lourdes, en Cuba, que será cerrada en breve. ( REUTERS )

Rusia ha decidido cerrar la estación de espionaje que los soviéticos instalaron en 1970 en Cuba. El anuncio del cierre inmediato del 'centro radioelectrónico' de Lourdes, ubicado al sureste de La Habana, lo hizo ayer el presidente Vladímir Putin durante una reunión en el Ministerio de Defensa. Rusia también retirará su base militar en Vietnam. El líder ruso explicó que no se pueden seguir desperdiciando medios en 'tareas secundarias' y que hay que concentrarse en los objetivos primordiales de las Fuerzas Armadas.

La estación de espionaje de Lourdes fue montada en los años setenta, cuando la Unión Soviética tenía una importante presencia militar en Cuba, que llegó a los 20.000 hombres. Después de la desintegración de la URSS, la estación de radar continuó funcionando, lo que ha venido motivando reiteradas protestas de EE UU. Los diputados norteamericanos que acusaban a Moscú de realizar un intensivo espionaje electrónico desde Lourdes llegaron a aprobar una ley para que Washington obstaculizara la reestructuración de la deuda exterior de Rusia si ésta no cerraba los radares en Cuba.

Para mantenerlos funcionando, el Kremlin gastaba unos 200 millones de dólares al año (casi 40.000 millones de pesetas). Putin, que, acompañado por Fidel Castro, visitó la estación en diciembre del año pasado, durante su viaje oficial a Cuba, aseguró ayer que no hay que interpretar el cierre de los radares como un enfriamiento de las relaciones con La Habana y prometió que Rusia continuará interviniendo a favor 'del levantamiento total del bloqueo económico' a la isla.

Anatoli Kvashnín, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, dijo, por su parte, que, con el dinero ahorrado gracias al cierre de la estación, Rusia podrá comprar 20 satélites de espionaje e información y encargar decenas de radares modernos.

Los rusos comenzarán a desmantelar su base naval de Cam Ranh, en Vietnam, el 1 de enero próximo, lo que tampoco significa una disminución del nivel de cooperación con ese país, según señaló Putin. El cierre de sus bases militares en esos países socialistas se realiza en el marco de un programa de ahorro para poder financiar los proyectos de modernización de las Fuerzas Armadas rusas.

La base de telecomunicaciones de Lourdes es un inmenso campo de antenas situado a unos 60 kilómetros de La Habana, en medio de una exuberante vegetación tropical. Construida cuando corrían los tiempos duros de la guerra fría, ocupa 72 kilómetros cuadrados de terreno, donde, según fuentes occidentales, trabajan 1.500 personas, incluidos soldados, ingenieros, técnicos y familiares. Ellos son los últimos bolos que quedan en Cuba, con excepción de los que trabajan en la embajada y en algunas empresas rusas con presencia fija en la isla. El término despectivo bolos -por lo tosco del personal- se usó en Cuba hasta en los tiempos en que la amistad socialista entre La Habana y Moscú era considerada como eterna e inquebrantable, por lo que ayer la poca gente que se enteró de la noticia no daba muestras excesivas de pesar.


La estación facilitaba a los rusos el 75% de la información estratégica y militar sobre Estados Unidos


  

'Adiós, que les vaya bien, que no les pille un carro, que no les pille un tren', exclamó Jaime, un joven profesional que estudió en la ex Unión Soviética, al conocer la información. Hasta ayer por la tarde, las autoridades no habían hecho pública la decisión de Putin y tampoco la cancillería había querido dar ninguna reacción oficial.

Sin embargo, la salida de los últimos militares rusos de Cuba, justo 11 años después de que Moscú decidiese retirar la brigada de 2.800 soldados que tenía estacionada en la isla desde la crisis de los misiles, además de los 3.000 técnicos que trabajaban entonces en Cuba, es más que simbólica. Hasta ahora, la base de Lourdes era el único lazo que EE UU no había logrado romper entre Moscú y La Habana. Lourdes era, quizás, el último bastión de la guerra fría, y desde allí se interceptaban llamadas telefónicas, faxes, comunicaciones por ordenador y Rusia obtenía una importante información militar. Según el propio ministro de las Fuerzas Armadas de Cuba, Lourdes proporcionaba a los rusos el 75% de la información estratégico-militar sobre EE UU, y eso hasta ahora no se había querido tocar.

R. FERNÁNDEZ / M. VICENT | Moscú, La Habana

Subir © Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid
digital@elpais.es | publicidad@elpais.es