Viernes 11 de enero de 2002
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INTERNACIONAL
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Presos talibanes en Cuba Los
soldados estadounidenses han preparado las jaulas de dos metros que acogerán a
los presos en Guantánamo
El campo Rayos X parece preparado para una película siniestra de prisioneros
de guerra. Perros policías olfatean los suelos, enjambres de alambre de espino
coronan las vallas, un policía militar vigila desde lo alto de una torreta de
madera. La bandera de Estados Unidos ondea sobre todo esto. Aquí permanecerán
temporalmente las dos primeras docenas de detenidos de Al Qaeda y talibanes que
llegarán en las próximas horas desde Afganistán. Las instalaciones temporales construidas en esta remota base cercana a la
playa son descritas por los oficiales como celdas, pero las unidades parecen más
bien jaulas: rectángulos de dos metros por dos metros y medio, con suelo de
cemento, un simple tejado y barrotes por los que probablemente, admiten los
oficiales, se colará la lluvia. 'Yo lo llamaría celda, una celda exterior para un detenido', dice el coronel
Terry Carrico, que está al frente de la seguridad del campo Rayos X. Aquí, en Guantánamo, o Gitmo, como la base es
conocida aquí, se está llevando a cabo una transformación total, mientras los
militares norteamericanos se dan prisa por preparar la llegada de prisioneros
que los oficiales califican de 'lo peor de lo peor' y de 'banda de indeseables'. Aunque la base fue utilizada para albergar más de 40.000 haitianos y cubanos
emigrantes a mediados de la pasada década, con los más difíciles aislados en
el campo Rayos X, la tranquilidad ha reinado en los últimos años, sirviendo
principalmente como una estación de reabastecimiento de combustible para
aviones y barcos militares. Ahora, sin embargo, está siendo adaptada para jugar
un significativo papel internacional en el actual conflicto contra el
terrorismo, esta vez con una oscura misión. En Guantánamo no va a residir
gente que quiere ir a Estados Unidos en búsqueda de una vida mejor, sino
personas acusadas de querer destruir América y otras que estaban deseosas de
matar y morir por esa causa. Este conocimiento ha convertido la seguridad en una
preocupación mastodóntica. 'Nuestro trabajo aquí es retirar a los terroristas de la acción, y para
ello los vigilamos', asegura el general Michael Lehnert, comandante de la
Agrupación de Fuerzas Especiales 160, que cuenta con cientos de marinos,
soldados y marines llegados hace menos de una semana para trabajar
conjuntamente en la supervisión del encarcelamiento de gentes que Lehnert llama
'prisioneros de guerra enemigos'. 'No tenemos la más mínima intención de
hacerles una vida cómoda. Se la haremos humana', afirma. Estados Unidos no ha reconocido a los presos como prisioneros de guerra, ni
ha acusado a ninguno de crímenes. Como 'detenidos en el campo de batalla',
tienen unos derechos limitados, según las convenciones de Ginebra, incluido el
derecho a practicar sus religión. Pero no tienen derecho a una representación
legal durante los interrogatorios y pueden ser acusados de crímenes de guerra. Algunos oficiales de la Defensa señalan que lo más probable es que tengan
que enfrentarse a los tribunales militares, pero muchos serán devueltos a sus
países de origen. Los cambios que se realizan en Guantánamo fueron mostrados ayer a un grupo
de 20 periodistas y fotógrafos norteamericanos, que fueron trasladados en un
avión militar a la base más antigua de Estados Unidos fuera de su territorio
nacional -data de 1903- y a la única estadounidense en un país comunista. El
presidente cubano, Fidel Castro, que ha condenado severamente los atentados
terroristas del 11 de septiembre, no ha puesto objeciones al uso de Guantánamo
como un centro de detención que puede eventualmente recoger hasta 2.000
prisioneros. Estados Unidos tiene retenidos en Afganistán y en un barco frente a las
costas de Pakistán a más de 360 ex combatientes. Muchos de ellos pueden acabar
aquí. 'Estoy preparado para albergarlos durante mucho tiempo', dice Lehnert. Añade
que no ha recibido instrucciones sobre cómo hacer los preparativos para
tribunales militares para los prisioneros talibanes. El capitán Robert Buehn, comandante de la base, dice que Guantánamo fue
elegida porque está aislada, con un perímetro de 26 kilómetros de alambre de
espino y barreras naturales que impiden una huida: pantanos de mangle, espesos
matorrales y las aguas del Caribe. |
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