Castro pide a la
"mayoría silenciosa" del exilio que luche contra el embargo
El líder cubano elogia a los jóvenes del partido
MAURICIO VICENT, La Habana
La diplomacia cubana está empeñada en una difícil
pirueta política: convertir en "aliados de lucha" contra el embargo
a un sector "mayoritario" de los residentes cubanos en EE UU que La Habana
considera ahora "patriotas". La maniobra de seducción fue esbozada
la semana pasada en Nueva York por el ministro cubano de Relaciones Exteriores,
Felipe Pérez Roque. Ayer, en La Habana, Fidel Castro hizo oficial
y explícito el planteamiento.
Fidel Castro saluda al ministro ruso de Exteriores,
Ígor Ivanov, de visita oficial en La Habana
(Ap).
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Felipe Pérez Roque se reunió en Nueva York con más
de un centenar de exiliados durante la 54ª Asamblea General de la
ONU. Roque les exhortó a "unirse" entre ellos para, entre todos,
"acabar con el bloqueo". Ayer, en La Habana, el presidente Fidel Castro
pidió a los "emigrantes" su ayuda para cambiar la correlación
de fuerzas "en pleno corazón del imperio".
El presidente cubano aprovechó el acto de recibimiento brindado
a la delegación cubana que participó en el 54º periodo
de sesiones de la Asamblea de la ONU para mostrarse conciliador con aquellos
cubanos que un día abandonaron la isla, pero que son críticos
con la política norteamericana de embargo.
A juicio de Castro, una "mayoría silenciosa" de exiliados dentro
de EE UU piensa y siente como verdaderos "patriotas". "Se puede ser patriota
y hacer mucho por la independencia de Cuba viviendo en Estados Unidos",
había dicho días antes Roque en Nueva York. Según
el primer mandatario cubano, ha llegado la hora de que ellos se pongan
del lado de los congresistas, empresarios y grupos de presión norteamericanos
que desde Washington luchan en contra del embargo norteamericano contra
la isla.
Para Castro, un cambio de este tipo por parte de los exiliados podría
"ser determinante" para hacer que cambie también la correlación
de fuerzas en EE UU, y que los "detractores del bloqueo" venzan a los que
desde Miami "han secuestrado" las opiniones de los emigrantes durante 40
años.
El presidente cubano afirmó que "el bloqueo no afecta sólo
a los cubanos que viven en la isla, sino también a los que residen
en Miami", quienes son objeto de un sinnúmero de restricciones para
viajar a la isla y tener contacto con sus familiares. "No es Cuba la que
impide esos contactos", dijo Castro.
Durante el acto de recibimiento a Roque y el resto de la delegación
cubana, efectuado en un escenario nada casual -la escalinata de la Universidad
de La Habana-, Castro utilizó la tribuna para elogiar a sus más
jóvenes colaboradores, Felipe Pérez Roque, de 34 años,
Carlos Valenciaga, de 25 -que acaba de asumir las funciones de secretario
personal del mandatario cubano-, y al presidente de la Federación
de Estudiantes Universitarios, Hassan Pérez, de 22, a quienes presentó,
según dio la impresión, como el relevo de su revolución.
Todos podían ser sus nietos, algo que es ya una política,
pues desde hace tiempo el mandatario cubano, de 73 años, viene rodeándose
de gente muy joven, a la que forma y atiende muy de cerca. |