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21 de julio 
de 2002

  

  

 
 
 
 
 

 

CULTURA
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 Eliades Ochoa recupera las viejas canciones cubanas

El cantante presenta el disco 'Estoy como nunca' en Zaragoza y Madrid

 

 CARLOS GALILEA | Madrid
 
 

Desde que participó en la película Buena Vista Social Club, su sombrero negro se ha convertido en la imagen de Eliades Ochoa. Después de Sublime ilusión y del Tributo al Cuarteto Patria, el cantante y guitarrista cubano ha seguido buscando para su nuevo disco, Estoy como nunca, esas canciones tradicionales 'a las que solamente hay que pasar una gamuza y vuelven a tener el brillo de antes'. Las presentó ya en Zaragoza (plaza de San Bruno), y mañana, lunes, lo hará en Madrid (La Riviera).

En Estoy como nunca disipa la preocupación por su salud. 'Se me descubrió una enfermedad transitoria del hígado, pero me siento recuperado. Claro que si te curas no debes empezar a hacer barbaridades', dice Eliades Ochoa (Songo La Maya, Cuba, 1946), músico de origen campesino. 'Vine a ver un carro por primera vez cuando ya tenía algunos añitos. No había electricidad y se tocaba la guitarra a la luz de la luna. En el campo, si faltaba la música no había razón de ser', asegura Ochoa.

Desde la película se ha hecho muy popular. 'Sigo siendo el mismo Eliades de la Casa de la Trova, compartiendo con mis compañeros sentado en los escalones de la calle. Allí vienen los niños y me dan un beso porque me reconocen por el vídeo de Píntate los labios, María, donde salen dibujos animados', cuenta.

La región oriental de Cuba tiene fama de ser especial. 'En cualquier esquina hay alguien tocando la guitarra, un tres, una rumba. Algo espontáneo de los orientales, que son hospitalarios y alegres. Tienen ese don'. Y se transmite en su música: 'Parecen cosas ligadas a la fuerza que tiene allá el sol. El mejor ron anda también por Santiago de Cuba. Las mulatas que tú ves por la calle y dices '¿eso qué cosa es?'. La copa, la guitarra y las mujeres. La música es la menos peligrosa de las tres', dice riendo.

Cinco sombreros negros

 

Eliades Ochoa acaba de comprar en Los Ángeles cinco sombreros negros, 'en una tienda de cowboys' -el de la foto de Anton Corbijn para la portada de Sublime ilusión lo adquirió en la plaza Mayor de Madrid-. 'Vas buscando la manera de mejorar para que las mujeres te vean un poco más joven y noten menos los años'.

En Estoy como nunca, con colaboraciones de Raúl Malo y David Hidalgo, hay un tango de Gardel y Le Pera -Sus ojos se cerraron- y antiguas canciones cubanas. 'Están en el cajón del olvido', dice. 'Personas que no sabían de pentagramas y apenas leer y escribir, hacían poesía con música. Quedarían por hacer decenas de discos como Buena Vista Social Club, con canciones que solamente hay que cogerlas y pasarles una gamuza, un pañito, y vuelven a tener el mismo brillo que han tenido siempre'.

 

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