Desde que participó en la película Buena Vista Social Club, su
sombrero negro se ha convertido en la imagen de Eliades Ochoa. Después de Sublime
ilusión y del Tributo al Cuarteto Patria, el cantante y guitarrista
cubano ha seguido buscando para su nuevo disco, Estoy como nunca, esas
canciones tradicionales 'a las que solamente hay que pasar una gamuza y vuelven
a tener el brillo de antes'. Las presentó ya en Zaragoza (plaza de San Bruno),
y mañana, lunes, lo hará en Madrid (La Riviera).
En Estoy como nunca disipa la preocupación por su salud. 'Se me
descubrió una enfermedad transitoria del hígado, pero me siento recuperado.
Claro que si te curas no debes empezar a hacer barbaridades', dice Eliades Ochoa
(Songo La Maya, Cuba, 1946), músico de origen campesino. 'Vine a ver un carro
por primera vez cuando ya tenía algunos añitos. No había electricidad y se
tocaba la guitarra a la luz de la luna. En el campo, si faltaba la música no
había razón de ser', asegura Ochoa.
Desde la película se ha hecho muy popular. 'Sigo siendo el mismo Eliades de
la Casa de la Trova, compartiendo con mis compañeros sentado en los escalones
de la calle. Allí vienen los niños y me dan un beso porque me reconocen por el
vídeo de Píntate los labios, María, donde salen dibujos animados',
cuenta.
La región oriental de Cuba tiene fama de ser especial. 'En cualquier esquina
hay alguien tocando la guitarra, un tres, una rumba. Algo espontáneo de los
orientales, que son hospitalarios y alegres. Tienen ese don'. Y se transmite en
su música: 'Parecen cosas ligadas a la fuerza que tiene allá el sol. El mejor
ron anda también por Santiago de Cuba. Las mulatas que tú ves por la calle y
dices '¿eso qué cosa es?'. La copa, la guitarra y las mujeres. La música es
la menos peligrosa de las tres', dice riendo.
Cinco sombreros negros
Eliades Ochoa acaba de comprar en Los Ángeles cinco sombreros negros, 'en
una tienda de cowboys' -el de la foto de Anton Corbijn para la portada de
Sublime ilusión lo adquirió en la plaza Mayor de Madrid-. 'Vas buscando
la manera de mejorar para que las mujeres te vean un poco más joven y noten
menos los años'.
En Estoy como nunca, con colaboraciones de Raúl Malo y David Hidalgo,
hay un tango de Gardel y Le Pera -Sus ojos se cerraron- y antiguas
canciones cubanas. 'Están en el cajón del olvido', dice. 'Personas que no sabían
de pentagramas y apenas leer y escribir, hacían poesía con música. Quedarían
por hacer decenas de discos como Buena Vista Social Club, con canciones
que solamente hay que cogerlas y pasarles una gamuza, un pañito, y vuelven a
tener el mismo brillo que han tenido siempre'.