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 SI UN DIA EL NORTE FUERA EL SUR
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Si un día el norte pudiera convertirse en el sur, tendría que cambiarse muchas cosas, el paisaje sería otro para los pintores, escritores, poetas y enamorados, la palma dejaría de serlo y para inspirarse tomaríamos un pino o un maple. Los pájaros cantarían diferente, lo serían también sus colores, el verde no dominaría eternamente, se convertiría rojo en el otoño, para dejar de existir por varios meses.
La brújula apuntará al otro polo, deben cambiarse el curso de las corrientes, entonces, el «Niño» se convertirá en adulto, arrojando tormentas de nieves. Se obtendrá una sola cosecha como ha sucedido siempre, entonces la cocaína y la marihuana se sembrará en invernaderos, para el consumo propio y el de otra gente.
Llegarán chichiricuses con sus dioses y sus brujos, pero no se le podrán ofrecer gallinas prietas ni palomas, los brujos adaptarán las cosas a sus nuevas condiciones, hoy sacrificarán una ardilla, mañana un mapache y para las grandes festividades se matará un caribú. Con la piel del oso se fabricarán tambores, pa que suenen en la fiesta, en el guateque de las iniciaciones. Se ordeñará cada maple y con su miel haremos ron o aguardiente, no importa que no se tenga caña, si no resulta lo inventamos de remolacha, pero el alcohol no faltará en las fiestas.
Todos celebraremos que estamos en el norte y que mandamos a los otros pal sur, por eso, en verano estaremos de vacaciones y organizaremos grandes carnavales, como aquellos de Río, donde las hembras bailen con las nalgas afuera.
Gritaremos a todo pulmón; ¡Somos felices aquí! Qué nos importa como vivan ahora los esquimales, ni donde desovará el salmón cuando los ríos se contaminen, ni si el castor podrá construir sus diques, nada nos importará porque estaremos muy contentos, y esa alegría durará muchos años, en definitiva ahora vivimos en el norte y los otros en el sur.
Embriagados por el cambio, disfrutaremos sin parar las vacaciones los veranos, sin darnos cuenta escaseará el maíz y tendremos que importar el trigo, cortaremos los pinos en invierno para calentarnos y los pájaros no regresarán nunca mas, no tendrán donde anidar. Toda la nieve que caiga se acumulará, pues estamos de descanso, hasta que nos cansemos de descansar.
Cuando nos falte algo le robaremos al vecino y si este no tiene cruzaremos fronteras, armaremos guerrillas, pero como hay nieve, solo pelearán a partir de la primavera, lo harán por tres meses, a lo sumo cuatro, luego, llegará el frío y la oscuridad. Conspiraremos señores, como hicimos en el Sur, aparecerán de nuevo los caudillos, preferimos a los tiranos, esos que duran muchos años, así nos gusta, que hablen y hablen sin reparo, que prometan sin parar, que sean bien machos, de manos duras y leyes inventadas a diario.
Con varios de ellos formaremos un grupo, para realizar conferencias, reuniones Cumbres, la primera será el grupo del 69, bonito número para comenzar, entonces, se discutirá en el ámbito internacional los problemas que tenemos en el Norte, todos los años habrá reuniones donde hablen y hablen esos Presidentes, bueno, hablar solamente no tanto, para calmar la sed no faltará una copa de champán.
Allí acusaremos de despiadados a los del Sur, porque cobran muy caro el mango, bloquean el aguacate, fundamental para nuestro guacamole y están pagando muy poco por el fango que exportamos. Con todos los dedos los señalaremos como despiadados, con los de los pies también, si no alcanzan los de las manos, diremos que son ladrones y que el petróleo lo venden caro, que el café está por las nubes, igualito que el tabaco, que son privilegiados con sus cuatro cosechas y pueden sembrar todo el año. ¿Pero con qué compramos? Pediremos prestado en Mongolandia, nos endeudamos con pirindingo y con ello compramos, compraremos de todo, hasta aires acondicionados, para cuando descansemos como hacemos los veranos, gastaremos lo pedido, para que no nos griten tacaños, hasta que se nos acabe el dinero, que con mucho trabajo nos prestaron.
¿Cómo lo pagaremos? No es para preocuparnos, venderemos el hielo del polo y algún animal si queda, tal vez dé resultado. ¿Y si no lo da? Poco importa no pagaremos, apelamos al 69 como hemos hecho muchos años. Celebraremos muchas más Cumbres, para que se reúnan Presidentes con Tiranos, Reyes con Caudillos y Príncipes con enanos, eso que importa, si siempre se divierten con las cosas que hacemos, los que gozamos los veranos.
Un día, las cosas no alcanzarán para todos, como nos sucedió en el Sur, entonces, de nada servirán esas Cumbres (que nunca sirvieron) y resolveremos las cosas como estamos acostumbrados, dejaremos por un tiempo los carnavales y sonaremos bombazos, nada se arreglará con hablar, en realidad no se sabe si hablamos. Tumbaremos al de arriba pa que no joda al de abajo, pero tarde o temprano veremos que tampoco da resultado, porque quitamos a un ladrón y el que pusimos tiene cuatro manos, así sucedió y sucederá.
La gente cansada de tantas palabras y los estómagos vacíos, desviarán aviones hacia el Sur, se cerrarán las fronteras, pero en la noche, partirán las balsas y los que tienen plata lo harán en barcos, llevados por la corriente que ahora tira en rumbo contrario, lo mismo pasará a orillas del Río Grande y nadie querrá vivir en el Norte porque el invierno es muy largo.
Como creyentes invernales apelaremos a Dios, pero éste no dará señales, no vendrá el Papa en su Papa jet, no llegará nadie del Vaticano, entonces uno de esos días, llegará el Chichiricú con sus brujos algo enojado, porque las ofrendas disminuyeron cuando los animales mermaron, eso sí, trajo un mensaje del Señor, no se sabe de cual de ellos, pero en medio de esa gran concentración dijo:
« Estaréis condenados a llorar otros 500 años, a pelear como lo han hecho, a ser sordos cuando les han hablado y para colmo, echarle la culpa de sus errores a otros, así vivirán otros cinco siglos y si no bastan los multiplicaremos.»
¡Oremos!
 
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
26-4-2000.