Página de inicio

LA LENGUA

relato siguiente
Indice de materias
 
 

El buque "Frank País" era una magnífica nave portacontenedores, existía otro igual a él llamado "Abel Santamaría" pero un día su máquina principal explotó y quedó fuera de servicio. La marina cubana a finales de los sesenta creció con la adquisición de muchos barcos de segunda mano, pero pocos años más tarde adquirió buques nuevos muy buenos, solo que al pasar dos o tres años de explotación se sumaban a la calamidad del país por falta de inversiones en ellos, mala explotación y sobretodas las cosas, porque al faltar piezas de repuesto eran víctimas del canibaleo para mantener a otras unidades en servicio. Esta práctica era muy usual en todo el país, la orden del día era canibalear y los equipos a los que les sustraían órganos para esos trasplantes quedaban la mayor parte de las veces fuera de servicio, así ha funcionado siempre ese sistema. Teníamos línea fija entre los puertos de La Habana-Rótterdam-Hull-Rostock-La Habana, viajes que realizábamos en mes y medio aproximadamente. Debo destacar que en esos buques y debido a lo corto de sus viajes que suponían un pago en divisas bastante bajo, si se tiene en cuenta el salario de dos dólares diarios, las actividades de contrabando superaban a las de otros buques de la flota y en varias oportunidades hubo parte de las tripulaciones condenadas por este delito.

Como las operaciones de carga-descarga en este tipo de buque son muy rápidas, el Primer Oficial estaba muy poco tiempo en su casa y en el extranjero le era casi imposible salir a tierra, sería redundar en las deficiencias del sistema cubano si digo; que donde más dificultades existían para cargar era en cualquiera de los puertos del país. Tenía ese barco la capacidad de transportar seis contenedores refrigerados, casi siempre con carga muy valiosa, como la plasma humana que hube de transportar con destino a Ámsterdam en dos oportunidades.

Las operaciones de carga-descarga eran realizadas generalmente en el muelle Manuel Porto Pena, situado en el poblado de Regla. Por allí desfilaban diariamente decenas de personas encargadas de los asuntos sin importancia a las que fueron destinados, y por regla general llegaban al buque muy próximos a la hora de almuerzo. Uno de esos días que me encontraba supervisando el trincaje de los contenedores en cubierta, el guardia de portalón me informa que una compañera me esperaba en el salón desde hacía unos minutos. Me dirigí hasta el local y al llegar me encuentro con una hembra digna de representar a la mujer cubana, la conduje a mi oficina.

-Usted dirá en que puedo servirle compañerita.- Dije a modo de introducción.

-Mire compañero, yo soy de la Empresa de la lengua.- Respondió ella y no sé por cual motivo me llegaron a la mente en esos momentos cosas absurdas y dignas de burla.

-¡Uyyy compañera qué empresa más sabrosa!- Ella rió con confianza interpretando mis palabras con la picardía que caracteriza a un buen cubano.

-No sea mal pensado compañero, no es lo que usted se imagina.- Me respondió mientras aceptaba la invitación a sentarse que le hice con una seña.

-Entonces usted es re representante de los CDR.- Le dije haciendo clara referencia a otro uso que se le puede dar a la lengua, me refiero a chivatear. Se rió con más deseos ante mi atrevida ocurrencia y al notar que aquello le causaba gracia, supuse que no me encontraba en peligro de ser delatado.

-Mala suposición, no ha acertado en las dos oportunidades, yo soy representante de la Empresa que se dedica a exportar lengua de ganado.- Contestó ella entrando en el tema que la había traído al buque.

-Y bueno, ¿qué puedo hacer por ti?-

-Creo que por mí puedes hacer muy poco, solo he venido a comunicarte que hoy recibirás dos contenedores de lengua, necesito saber a qué hora se pueden traer.-

-Oye amorcito la verdad es que hay que matar bastantes vacas para llenar dos contenedores de lengua solamente, oye, ¿dónde meten la otra parte de la vaca?, porque de verdad que por mi casa han perdido el conocimiento de lo que es un bistec y del color que tiene la carne.-

Se rió con más deseos pero no me contestó, era de suponer, la desconfianza reina entre todos.

-Mira, debes ir a la oficina del muelle y averiguar eso, los contenedores refrigerados son los últimos en embarcar y como bien sabes, aquí las fechas y horas nunca son de confiar.-

Nos dimos la mano en señal de saludo cuando ella se levantó con la intención de retirarse, y mientras salía no pude evitar el placer que causa mirar un buen fondillo que se mueve con esa suprema gracia y armonía que lo hacen las cubanas.

Esa noche debíamos concluir las operaciones de carga y la maniobra de fondeo se había fijado para las diez de la noche, allí se le sumaría la tripulación y se iniciarían todos los trámites para la salida con destino a Holanda. Una hora antes de la señalada el Oficial de guardia me informa que los contenedores refrigerados se encontraban al costado del buque, esperando por mí para ser inspeccionados. Le ordené que fuera por el electricista de guardia y me encaminé hasta el muelle, sobre dos camiones se encontraban los contenedores de 20 pies con sus compresores diesel funcionando. Los revisé exteriormente, comprobé que tenían trabajando y sellados sus termógrafos. Cuando llegó el electricista le di la orden de apagar el compresor y volverlo a encender, esa operación la realizábamos para comprobar el funcionamiento del compresor, aunque una vez embarcados eran apagados y se conectaban los compresores eléctricos a la alimentación del buque, o sea, esos compresores de combustibles eran utilizados para la transportación hacia y desde el puerto, así como para ser usados en caso de emergencia. Cuando el electricista trató de encender el compresor nuevamente éste lo ignoró y no volvió a funcionar nuevamente, el chofer del camión miraba perplejo toda aquella operación y cuando se llegó a la conclusión de que no arrancaba de ninguna manera, le dije que el contenedor no se embarcaba, creo que al tipo se le aflojaron las piernas y por poco se caga al oír aquellas palabras.

-Pero óigame compañero, mire la hora que es, ¿qué hago yo ahora con este contenedor?- -Chico ese es problema tuyo, ¿qué tú quieres, soltarme la papa caliente a mí?, no manito ese no es asunto mío, llama a tus jefes y dale la mala noticia, yo no embarco eso con el compresor roto.- Creo que aquel infeliz temblaba.

-Oye Primero, a este compresor le falta la batería, ¿cómo carajo va a arrancar?- Me gritó el electricista que aún permanecía revisando el contenedor.

-Bueno ya sabes, llama a tu jefe y dile que le falta la batería.- Eran las diez de la noche y el Práctico había desembarcado de su lancha dirigiéndose a la escala de nuestro buque, yo lo seguí para dirigirme al puente y comunicarle la situación a la Empresa, la maniobra se mantenía pero era necesario cambiar el horario debido al contratiempo. A la hora de encontrarnos esperando subo al puente para recibir orientaciones de la Empresa vía VHF, oigo algunos gritos desde el muelle y me asomo al alerón, observo un Lada parqueado detrás del camión con el contenedor .

-¡Compañero baje un momento!- Me lo dijo en un tono tan autoritario que me cayó bastante mal, era una mujer la que hablaba, pero al hacerlo parecía que lo hacía como si se dirigiera al camionero.

-Si usted desea hablar conmigo suba hasta mi camarote.- Fue toda mi respuesta y al hacerlo cerré el puente y me dirigí con el Práctico hasta el camarote. Pocos minutos después llegó aquella "compañera" acompañada de un aduanero. Después de un frío intercambio de saludos y la invitación a que se sentara me dediqué a oír sus argumentos que además de arrogantes eran amenazadoras. Ella ignoraba todo lo relacionado a la transportación marítima y que yo contaba con el apoyo de la Empresa por haber procedido como estaba establecido.

-Mire compañera, la empresa se encuentra debidamente informada de esta situación y si al contenido del contenedor le sucede algo por falta de temperatura ese es su problema, hasta estos momentos se encuentra en el muelle, de estar estibado a bordo de nuestro buque la responsabilidad correría por mi cuenta, con esto le digo que eso es asunto netamente suyo.- A partir de mi posición intransigente noté que comenzaba a experimentar el mismo nerviosismo del chofer, no es tan bravo el león como lo pintan pensé, desde esos momentos supongo que se encontraba atravesando un mal momento, se le escapaba de las manos las llaves de la oficina, la del Lada y el carnet del Partido con todos sus privilegios de dirigente, entonces su voz tomó un tono más dulce y menos arrogantes, pasó de la ofensiva a la súplica y yo sabía que la tenía agarrada por los huevos.

-¿No tendrá usted alguna solución?- Preguntó con la humildad del que sabe que en esa isla nadie está seguro de nada.

-Hubiéramos comenzado por aquí, sin arrogancias ni imposiciones.- Le respondí consciente de que yo tenía la solución temporal a su problema, al problema que ella quiso descargar en mis espaldas.

-No lo interprete mal, comprenda el nerviosismo que provoca un caso como éste y a esta hora.-

-Muy bien, vamos hasta el puente que voy a llamar a la Empresa y quiero que oiga cual será mi proposición.- Delante del grupo le comuniqué a la Empresa dos proposiciones para salvar la mercancía, la más sencilla era extenderle un cable eléctrico hasta el compresor del contenedor y mantenerlo trabajando hasta que consiguieran la batería, esto traería como consecuencia que el buque no podría desatracar. La otra solución era embarcar el contenedor haciéndole firmar un acta donde su empresa asumiera la responsabilidad por todas las demoras y daños a terceros. La Empresa aceptó esto y aproximadamente a la una de la madrugada desatracamos cuando todos los papeles fueron firmados.

Al día siguiente y cumpliendo las veinticuatro horas de finalizadas las operaciones el buque no había salido del puerto habanero en espera de la dichosa batería robada, el costo armador por mantener ese buque parado era superior a los dos mil dólares diarios, no creo que en lugar alguno del mundo pueda suceder algo así, de lo que más tarde cargaría la culpa el bloqueo americano.

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
24-3-2001.