Grammy o girasol |
Fue una magnífica idea la de los organizadores del evento de los premios Grammy en invitar a los artistas cubanos, gracias a ellos Miami vuelve a ser noticia y acusada de intransigente. A solo unos días de los acontecimientos en la FNCA, surge como contratiempo casi siempre inocente para que despierten el rechazo de la comunidad. Miami de nuevo, siempre Miami y salen a ladrar miles de simpatizantes del régimen por todos lados. No creo que haya sido magnífica esa idea lanzada tal vez de buenas intenciones, rectifico, es una pésima idea. Miami regresa a su punto de partida con cada intento de muestras de intolerancia, ¿habrá razones para ello?, ¿ ha dado señales el régimen cubano de apertura? Apertura con el mundo como solicitó el Papa, no solo con ese mundo al que siempre ha tratado de revolver enmascarándose en ayuda solidaria, ¿ha dado muestras de acercamiento con esa otra parte del pueblo diseminado ahora por distintas partes del mundo? Por supuesto que no, en la medida que crece la senilidad de su principal dirigente, en esa misma medida ha crecido su odio y desprecio. Las cárceles siguen llenas, el malecón se decora con relevadas caras de jóvenes prostitutas, las fugas a través del mar no paran, se incrementa la batalla ideológica en todos los aspectos y la tierra se vende por nada. ¿Ha dado muestras de apertura? Por supuesto que no, aquel que un día se limpió con la sotana del santo padre no retrocede, los más atrevidos solo atinan a pronunciar la palabra "error", pero esos errores cometidos por un régimen tienen un precio muy caro y dejan de llamarse así, suena un poco más humano llamarlos "crímenes' y hasta esa distancia no está dispuesto a llegar su líder. Olvidaron aquellos organizadores que esa comunidad cubana de Miami tiene a alguien reposando en el fondo de ese estrecho, olvidan que para pisar su suelo deben pagar una humillante visa, no recuerdan que son ellos los que un día sufrieron en carne propia la mutilación de algo conocido como dignidad, ¿creen de veras que esa gente tiene mala memoria? Lamentablemente se equivocaron todos aquellos que no valoraron nada de esto. Es una pena que se vincule el arte a la política y eso no lo crearon los que viven en Miami, ¿quién puede creerle a esos artistas que no son embajadores del régimen? Solo los ingenuos. ¿Puede un artista vivir eternamente divorciado de lo que acontece en su suelo? Entonces pudiera afirmarse que todos ellos son humanamente miserables, indolentes, indiferentes al dolor ajeno, ciegos. Recuerdo muy bien aquellas visitas de artistas extranjeros a la isla, entre ellas las de Harry Belafonte, ¿pensaron alguna vez que los que se encontraban formando el público no eran representantes del pueblo?, ¿no les pasó por la mente que eran miembros todos del Minint?, ¿cómo podrán pensarlo siendo solamente extranjeros que llegan como aves de paso?. Esos mismos que hoy levantan la voz para acusar a Miami de intransigente, son los mismo que vetaron a muchos artistas cubanos en aquellos eventos de los "Girasoles" (versión castrista del Grammy para los nacionales) Han matado mucha creación en ese pueblo, donde hoy por hoy, sus artistas deben cantar y bailar al son de la melodía que les toca el dueño. ¿Qué deseaban, ver a la Omara dedicándole un Grammy a su papá Castro? Eso lo podrá hacer en EU porque esta es una tierra de libertad, pero para hacerlo en Miami tenía que ser al precio que impusiera su comunidad, la que no le canta adulonamente a un dueño ni baila sus comparsitas, la propietaria de muchos muertos. Que no vengan cantando esa nueva canción que dice; "Yo no soy político y no conozco a Castro", eso mismo dijo Formell y lo recibieron como a un héroe a su regreso, ¿qué le pasó al Médico de la Salsa por solo unas palabritas que recordaran que aquí existía parte de ese pueblo? Indiscutiblemente la memoria falla con mucha frecuencia. En fin, los Grammy se van de Miami y bienvenida sea esa idea, creyeron por unos momentos que los problemas de la Fundación les abriría el camino en sus labores proselitistas y se equivocaron, allí siguen los miamenses, aquellos que cuando llegan con dólares a la isla, son más cubanos que los mismos cubanos y deben ser tratados de "Señor". ¡Qué se vayan a Los Angeles! Por no decir otra cosa, que canten y bailen, que lloren y le dediquen sus premios a la momia, luego, cuando estén solos en sus casas que recuerden al viejo Guillén y se pregunten; ¿Tengo vamos a ver? La respuesta es muy sencilla, cada cual tiene lo que tenía que tener. Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
21-8-2001.
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