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Y hablando del cine cubano...

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Siempre me gustaron las películas cubanas aunque la mayoría de ellas poseían el mismo lenguaje y tramas parecidos. Es innegable la calidad de muchos de aquellos artistas encerrados dentro de una infranqueable muralla, desconocidos en esta parte del mundo donde la mayoría hablamos el mismo idioma. Me gustaban entre otras cosas porque las opciones no eran muy abundantes, se podía disfrutar de buenas películas de guerra rusas pero cuando llegaban al drama eran de lamentar, solo escapó una "Moscú no cree en lágrimas", La Habana tampoco pensé yo.

Hoy y gracias a las maravillas de la técnica, cualquiera puede acceder desde su hogar a la programación televisiva de muchos países (bueno, en algunos lugares esas antenas parabólicas están prohibidas para sus habitantes, no así para sus gobernantes y la élite). En la medida que pasa el tiempo su costo se abarata, disminuyen los tamaños de los equipos, y es hasta muy fácil de instalar. Hay barrios obreros de Montreal donde pululan estas antenas.

Entre los canales que recibo hay uno que transmite constantemente películas hispanas, en varias oportunidades, he consumido las cubanas que pertenecen a la etapa posterior al "Período Especial". El lenguaje comienza a ser diferente, los dramas y subdramas se mantienen como una constante Pi por erre al cuadrado, o sea, las muchachitas que de una u otra forma se encuentran vinculados a un español, sea argentino o italiano. (ver Lista de Espera, Amores clandestinos en La Habana, Cuarteto Habana, otra de un saxofonista español al que después de pegarle los tarros en España llega a la isla y se empata con una joven cantante cubana, etc. En fin y a donde quiero llegar. La mayoría de los diálogos son pésimos, actuaciones muy pobres o empobrecidos grandes artistas con miserables libretos, una verdadera calamidad.

Después del lanzamiento de "Fresa y Chocolate" creo que no han producido nada que valga la pena, como para gastar tanto tiempo frente al televisor, sin embargo, por problemas de masoquismo he permanecido hasta el final, quizás con la esperanza de ver un poco más allá de esa triste escenografía exterior que viajan desde lo sublime hasta lo ridículo, desde la abundancia hasta la miseria, paisaje que muestran con descaro en cada una de ellas.

Otros de los factores observados en estas coproducciones lo es, que la mayoría de los artistas participantes en ellas son los mismos de siempre, salvo raras excepciones donde aparecen nuevas figuras carentes de talento, pero con bellos senos y cuerpo que muestran sin pudor (llamémosle arte) Para el que ha vivido en la isla no se puede ocultar, el dominio de aquellos clanes con nombres y apellidos existentes en los giros del ICAIC e ICRT. ¿Dónde se encuentra el fruto de aquella mencionada escuela de Cine. Se finaliza de ver una de esas películas, saboreando la impresión de que valiosos actores han aceptado esos papeles en su desespero por obtener dólares, y que en esa búsqueda cayeron en manos de dudosos cineastas.

Creo que el dólar ha borrado los tiempos de aquellos filmes como; Los días del agua, La muerte de un burócrata, Lucia, Fresa y Chocolate, etc., para llevarnos ante un cine barato y vulgar como el actual mexicano (famoso por su producción en otros tiempos).

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
22-8-2001.