Telefonía pública: un poco de humor, otro de sospechas
LA HABANA, enero - Afirman degenerados humoristas del país que
las siglas ETECSA, por las cuales se identifica a la Empresa de Telecomunicaciones
de Cuba S.A., son además un recurso descriptivo del estado actual
de los servicios nacionales de telefonía, organizados como un monopolio
de propiedad estatal en asociación con capitales extranjeros. Según
los chistosos, ETECSA es una clave cuyo significado es "Estamos Tratando
de Establecer Comunicación Sin Apuro".
A poco más de seis años de existencia de la mayor empresa
mixta de Cuba, los datos oficiales disponibles (1999) informan una densidad
telefónica de alrededor de cuatro líneas por centenar de
habitantes, lo cual hace de la Isla una de las naciones peor comunicadas
del continente.
No es raro escuchar en La Habana a quien afirma que el país
de un médico por cada 168 cubanos, anda por detrás de Haití
en materia telefónica, aún cuando se reconozca que la creación
de ETECSA, al menos, ha servido de paliativo para hacer menos crítica
la situación.
Al filo de 1999, según datos a la mano, la densidad de teléfonos
privados de carácter residencial era aún menor: podía
estimarse en poco menos de 2,4 líneas por cada cien personas. Si
bien es cierto que la misma se ha incrementado, nada en esencia ha cambiado,
ni parece que va a cambiar. Para el 2004, se aspira a una densidad telefónica
de unas 9 líneas por centenar de habitantes, lo que situará
a Cuba muy por detrás de lo hoy operado en país como Rusia.
Tal déficit, sobre todo en lo concerniente a los teléfonos
privados, provoca una sobredemanda de las cabinas telefónicas públicas.
Su operación, no obstante los más recientes avances, hace
que las mismas estén en la picota de la opinión popular las
24 horas del día, los siete días de la semana, más
porque las carencias de este servicio se perciben más asociadas
a deficiencias de gestión, que a limitaciones materiales hijas del
llamado período especial.
Cualquier habanero puede testificar hasta diez intentos infructuosos
de establecer comunicación a través de la telefonía
pública, tras pasar por igual número de cabinas fuera de
servicio, muchas de ellas sólo porque su mantenimiento técnico-económico
-lo cual incluye recolectar su recaudación- no se realizó
en el tiempo previsto.
Otro chiste famoso: un espiritista invoca a un ser del más allá.
La comunicación se frustra, mientras una operadora del servicio
telefónico informa: "el muerto que usted solicita no está
asignado a ningún abonado".
Nada mejor que burlas cubanas para salir a la caza de pistas sospechosas.
Una de ellas se refiere al número real de teléfonos públicos,
instalados tras seis años de existencia de ETECSA. De acuerdo con
Rafael Marrero, su presidente, la densidad de la telefonía pública
ascendía alrededor de cuatro equipos por mil habitantes a la altura
del 22 de junio del 2000, lo cual significaría más o menos
un total de 45 mil de aquellos.
Pero el diario oficioso Granma del 16 de enero informó que al
cierre del 2000 la Isla disponía de sólo 14 mil 616 teléfonos
públicos. O sea, una "insignificante" diferencia de unos 30 mil
equipos.
Las flagrantes y conocidas contradicciones de las estadísticas
oficiales de Cuba, parecen haber llegado a los predios de ETECSA. Quizás,
por ello, una población suspicaz le está dedicando un poco
de su característico humor. No se olvide: estamos tratando de establecer
comunicación... sin apuro.
Fuentes complementarias: Boletín informativo En Línea,
edición 2, año 2000, pag.16. Grupos humorísticos,
en funciones teatrales habaneras.
Manuel David Orrio, CPI
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