Fidel Castro anuncia que Cuba produce ya genéricos
antisida saltándose las patentes de las multinacionales
MAURICIO VICENT | La Habana
El presidente cubano, Fidel Castro, ha reiterado su apoyo a Brasil y
Suráfrica contra las multinacionales farmacéuticas propietarias
de las patentes de medicamentos antisida, y ha anunciado que Cuba ya produce
en genéricos el cóctel de fármacos. En un discurso
pronunciado el fin de semana, Castro dijo que igual que EE UU ha 'robado'
marcas comerciales cubanas, la isla 'puede producir muchas cosas en respuesta
al bandidaje y el abuso'.
'Nuestro país está produciendo ese famoso cóctel
contra el sida. Me gustaría escuchar una protesta para reírme
de oreja a oreja, de aquéllos que nos han robado la patente del
ron Havana Club, que es cubana', afirmó.
Las palabras del mandatario cubano llegan cuando EE UU y las multinacionales
tratan de proteger sus patentes, mientras Brasil y Suráfrica defienden
el derecho de los países pobres a fabricar o comerciar con genéricos.
El número de enfermos de sida sigue aumentando en Suráfrica:
según el último estudio gubernamental sobre embarazadas internas
en hospitales públicos, el 24,5% son seropositivas. El informe señala
que a finales de 2000 había 4,7 millones de surafricanos infectados,
es decir uno de cada nueve o un 12% de la población. En 1999 alcanzaban
un 10%. Según el Banco Surafricano de Desarrollo, en 2016 los nacimientos
serán inferiores a los fallecimientos por sida.
En Cuba, el Ministerio de Relaciones Exteriores denunció la semana
pasada que las multinacionales tratan de 'obtener desmedidas ganancias'
y que ello 'choca con intereses vitales del ser humano y atenta contra
su principal derecho: el derecho a la vida'. 'En esos propósitos
cuentan con el abierto respaldo del gobierno de los EE UU', dijo la Cancillería
cubana en un comunicado oficial en el que apoyó los argumentos de
Brasil.
Días antes, el representante de Cuba en la ONU, Rafael Dauzá,
afirmó que 'los fondos que demanda la lucha contra el sida en los
países subdesarrollados, donde viven el 95% de los infectados, sólo
pueden ser aportados por el selecto grupo de países que controlan
el 86% del PIB mundial'.
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