Proyecto Varela, el núcleo de la
nueva oposición al castrismo
En mayo del año pasado, el opositor Oswaldo Payá entregó en la sede del
Parlamento cubano 11.020 firmas que respaldan el Proyecto Varela, la propuesta
de referéndum de cambio político. Es una cantidad suficiente, según la
Constitución cubana, para que una iniciativa legislativa presentada por los
ciudadanos se convierta en proyecto de ley.
El Proyecto Varela consiguió poner de acuerdo a los líderes de los más
importantes grupos disidentes cubanos y obtuvo el respaldo del ex presidente
norteamericano Jimmy Carter durante la visita que éste realizó a la isla en
2002. Después Payá fue distinguido por el Parlamento Europeo con el Premio
Sajarov, principal galardón que otorga la UE a los defensores de los derechos
humanos en el mundo.
Sorprendentemente, el pasado mes de diciembre el Gobierno cubano permitió
salir de la isla a Payá para recoger el Premio Sajarov. La decisión causó
extrañeza, pues en muy contadas ocasiones las autoridades de La Habana permiten
la salida de opositores con permiso de regreso. En medios diplomáticos, la
autorización del viaje fue interpretada como una señal de buena voluntad hacia
Europa -en momentos en que la isla presentó su solicitud de ingreso en el
Acuerdo de Cotonú, entre la UE y los países del grupo Asia, Caribe, Pacífico
(ACP)-. Esta hipótesis se avala en que sólo un mes antes Payá no recibió
permiso para viajar a Estados Unidos para recoger el Premio Democracia 2002, que
concede un instituto del Partido Demócrata encabezado por la ex secretaria de
Estado Madeleine Albright.
Críticas al embargo
En su periplo por Europa y Estados Unidos, Payá se ha reunido con el presidente
del Gobierno español, José María Aznar, ha hablado ante el Parlamento
Europeo, ha sido recibido por el Papa y se ha entrevistado con el secretario de
Estado de EE UU, Colin Powell. El disidente no se ha atado la lengua en Estados
Unidos y ha criticado en Washington la política de embargo hacia su país,
también las alharacas del exilio cubano más retrógrado.
Mientras Payá viaja por el mundo, en Cuba otra concertación opositora
llamada Todos Unidos ha expresado su apoyo al Proyecto Varela y ha presentado un
programa de 36 reformas para aliviar "la pésima situación económica, política,
social y de derechos humanos que sufre el pueblo cubano".
El Gobierno de Fidel Castro acusa a los disidentes de ser mercenarios pagados
por Estados Unidos y al servicio de dicha potencia. Sin embargo, en los últimos
años las autoridades han dado muestras de mayor tolerancia al permitir que los
opositores ocupen espacios hasta hace poco impensables.
MAURICIO VICENT - La Habana
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