Domingo 
12 de enero 
de 2003 

  

  

 
 
 
 
 

 

CULTURA
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Proyecto Varela, el núcleo de la nueva oposición al castrismo   
 

 

En mayo del año pasado, el opositor Oswaldo Payá entregó en la sede del Parlamento cubano 11.020 firmas que respaldan el Proyecto Varela, la propuesta de referéndum de cambio político. Es una cantidad suficiente, según la Constitución cubana, para que una iniciativa legislativa presentada por los ciudadanos se convierta en proyecto de ley.

El Proyecto Varela consiguió poner de acuerdo a los líderes de los más importantes grupos disidentes cubanos y obtuvo el respaldo del ex presidente norteamericano Jimmy Carter durante la visita que éste realizó a la isla en 2002. Después Payá fue distinguido por el Parlamento Europeo con el Premio Sajarov, principal galardón que otorga la UE a los defensores de los derechos humanos en el mundo.

Sorprendentemente, el pasado mes de diciembre el Gobierno cubano permitió salir de la isla a Payá para recoger el Premio Sajarov. La decisión causó extrañeza, pues en muy contadas ocasiones las autoridades de La Habana permiten la salida de opositores con permiso de regreso. En medios diplomáticos, la autorización del viaje fue interpretada como una señal de buena voluntad hacia Europa -en momentos en que la isla presentó su solicitud de ingreso en el Acuerdo de Cotonú, entre la UE y los países del grupo Asia, Caribe, Pacífico (ACP)-. Esta hipótesis se avala en que sólo un mes antes Payá no recibió permiso para viajar a Estados Unidos para recoger el Premio Democracia 2002, que concede un instituto del Partido Demócrata encabezado por la ex secretaria de Estado Madeleine Albright.

Críticas al embargo
En su periplo por Europa y Estados Unidos, Payá se ha reunido con el presidente del Gobierno español, José María Aznar, ha hablado ante el Parlamento Europeo, ha sido recibido por el Papa y se ha entrevistado con el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell. El disidente no se ha atado la lengua en Estados Unidos y ha criticado en Washington la política de embargo hacia su país, también las alharacas del exilio cubano más retrógrado.

Mientras Payá viaja por el mundo, en Cuba otra concertación opositora llamada Todos Unidos ha expresado su apoyo al Proyecto Varela y ha presentado un programa de 36 reformas para aliviar "la pésima situación económica, política, social y de derechos humanos que sufre el pueblo cubano".

El Gobierno de Fidel Castro acusa a los disidentes de ser mercenarios pagados por Estados Unidos y al servicio de dicha potencia. Sin embargo, en los últimos años las autoridades han dado muestras de mayor tolerancia al permitir que los opositores ocupen espacios hasta hace poco impensables.

MAURICIO VICENT - La Habana
 
 
 
 
 

 

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