Cuba destituye
a varios altos cargos vinculados a empresas que promocionan el turismo
sexual
El Gobierno dice querer atajar la corrupción en el sector
que más ingresos produce en la isla
MAURICIO VICENT, La Habana
El Gobierno cubano ha emprendido una enérgica operación
de limpieza dentro de sus empresas turísticas. Fuentes vinculadas
a este sector confirmaron a EL PAÍS que en las últimas semanas
una decena de gerentes y altos ejecutivos de compañías cubanas
de turismo han sido destituidos de modo fulminante o amonestados. La depuración
coincide con la cruzada general contra el descontrol y la despolitización
que se vive en la isla desde inicios de año, y, aparentemente, el
detonante tiene que ver con las actividades de una agencia mexicana asentada
en Cuba dedicada a promover el turismo sexual.
El Ministerio de Turismo no se ha pronunciado aún sobre el asunto,
pero entre operadores turísticos y directores de hoteles se airea
sin tapujos que una decena de directivos de al menos tres importantes empresas
turísticas han sido destituidos o amonestados en los últimos
días. También es de dominio público que la compañía
turística Rumbos es la más salpicada por el escándalo.
En Rumbos -una compañía turística que gestiona
tiendas, cafeterías, alojamientos y multitud de ofertas opcionales
que van desde el paracaidismo al golf- ha sido destituido casi todo el
equipo directivo, empezando por su presidente, Luis Manuel Cantillo. Rumbos
fue la empresa cubana que ganó el premio más importante de
la última convención de turismo, celebrada en la isla en
mayo, y, un mes antes, su sección de La Habana fue declarada Colectivo
Proeza Laboral por sus aportes a la economía nacional.
Fuentes vinculadas al sector turístico cubano informaron de que
al menos cinco directivos de Rumbos fueron destituidos el mismo día
que Cantillo. De igual forma, Andrés Soberón, jefe de la
división hotelera de Cubanacan, la más importante corporación
turística de la isla, fue destituido junto a otro alto ejecutivo.
En la cadena Horizontes, que gestiona los hoteles más económicos
de la isla, también cayeron dos jefes de departamento, mientras
que, de acuerdo con las mismas fuentes, el director de Cubanacan, Juan
José Vega, y el viceministro de Turismo, Miguel Brugera, fueron
amonestados oficialmente, aunque no sancionados ni apartados del cargo.
"Medidas disciplinarias"
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, Alejandro
González, minimizó ayer la magnitud del proceso de destituciones.
"Se está exagerando. Simplemente, en la cadena Rumbos algunos funcionarios
cometieron indisciplinas y se han tomado medidas disciplinarias por los
errores cometidos". González dijo no tener noticias de otros ceses
fuera de Rumbos, y rechazó tajantemente que lo ocurrido tuviese
relación con "una campaña anti corrupción".
La causa directa de esta limpieza, la mayor que ha vivido nunca
la industria turística revolucionaria, se debe en apariencia a las
actividades que realizó en la isla -bajo el paraguas oficial de
las mencionadas compañías- una agencia turística mexicana
de sugerente nombre: Cubamor.
Con la tapadera de fomentar una suerte de turismo ecológico,
Cubamor embarcaba cada mes hacia la isla a decenas de hombres solos que
se hospedaban, entre otros lugares, en un discreto hotel de Cubanacan situado
a las afueras de La Habana, Las Yagrumas, donde los controles para "compartir"
con jóvenes autóctonas eran mínimos o inexistentes,
a pesar de la ofensiva que se vivía en la ciudad contra la prostitución.
Advertidas las autoridades turísticas, Cubamor, que operaba en
la isla representada por Rumbos, cayó en desgracia. Pero no por
mucho tiempo. Tras cambiar de nombre, pero no de propósitos, la
agencia mexicana siguió promoviendo los viajes a Cuba, y sus clientes
siguieron hospedándose a precios módicos en hoteles de las
compañías estatales cubanas antes mencionadas.
Según los rumores, fue la aparición de una página
en Internet donde se ofrecía "amor cubano facilón" desde
el ciberespacio -"Busque su amor en Cubamor", decía la propaganda-
la que desató la investigación y la actuación de las
autoridades hace dos semanas.
Para más morbo, el hecho de que la ola de destituciones llegase
sólo unos días después del cese del ministro cubano
de Exteriores Roberto Robaina, y de que su esposa, María Elena García,
fuese la jefe de relaciones internacionales de Rumbos, desató todo
tipo de especulaciones. En medios del exilio en Miami, se llego a decir
que la esposa de Robaina había sido destituida. "La esposa del compañero
Robaina no ha sido despedida y no tiene que ver nada con lo sucedido",
dijo el portavoz de Exteriores.
Lo cierto es que la actual depuración de la industria
turística, desde hace varios años la primera fuente de ingresos
en dólares de Cuba, se inscribe dentro de la ofensiva general contra
el delito, el descontrol y la creciente desideologización de la
sociedad cubana. El propio Fidel Castro ha pedido en sus últimos
discursos que se refuercen los controles en todas las empresas que manejan
las preciadas y escasas divisas.
Tanto Castro como otros dirigentes del Partido Comunista han pedido
a sus militantes austeridad y que corten por lo sano cualquier manifestación
de corrupción. El vicepresidente Carlos Lage ha sentenciado: "No
queremos ni un centavo del desarrollo del turismo que no esté asociado
a la moral revolucionaria, a la moral comunista de nuestra revolución".
El área del dólar, en la mirilla
M.V, La Habana
La amplia y expeditiva operación de limpieza lanzada por el
Gobierno de Fidel Castro sobre la industria turística estatal en
las dos últimas semanas no deja fuera a otros sectores sensibles
de la economía cubana, en especial a aquellos que trabajan con dólares.
También han sido sustituidos en los últimos días
la directora de la empresa Publicitur, Mirta Rosa; el director del Centro
de Biotecnología, Manuel Limonta, y, meses atrás, fue destituido
de su cargo José Manuel Manresa, el director de Cubalse, la principal
empresa que da servicios a los extranjeros y diplomáticos que residen
y trabajan en Cuba.
Fuentes vinculadas al sector turístico cubano dijeron que lo
ocurrido en las empresas y corporaciones turísticas no tiene que
ver con "asuntos" de corrupción, sino con "problemas morales" y
la salvaguardia de los principios revolucionarios comunistas.
Sin embargo, en el trasfondo de estas acciones, lanzadas desde inicios
de año, está la ofensiva oficial contra el delito y el "descontrol
económico", en especial en los sectores y empresas que aportan al
país recursos en dólares.
De hecho, también hay rumores de que un grupo de importantes
generales del Ejército cubano, todos ellos vinculados al área
de "recursos materiales" y abastecimientos, también fueron separados
de sus cargos hace varios meses por "mal manejo de recursos".
El turismo, sector en el que trabajan 80.000 personas, aportó
el año pasado a las arcas cubanas cerca de 1.800 millones de dólares
(unos 286.000 millones de pesetas), casi el doble de lo obtenido por la
zafra azucarera, hasta hace algunos años la industria más
importante del país. |