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Origen

José Martí

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Martí, José (1853-1895). Escritor y patriota cubano. Héroe de la independencia nacional de su país, se educó a instancias de su profesor, el poeta Rafael M Mendive, que se encargó de su formación. En 1870 se le condenó a seis años de prisión, pena que le fue conmutada por la de exilio en España, donde estudió Derecho (Madrid y Zaragoza). Volvió a Cuba en 1878, tras haber vivido en México y Guatemala y proseguido sus campañas por la independencia cubana.
 Deportado a España en 1879, logró huir y establecióse en Nueva York durante quince años; mantuvo allí, a través de una infatigable labor escrita y oral, el espíritu de independencia cubano. En 1895, año de crisis política y económica, se decidió por la revolución armada conjunta de los cubanos, a quienes, junto a Maceo y Máximo Gómez, había intentado convencer siempre de la necesidad de una acción común. Fue muerto a tiros en la batalla de Dos Ríos. Su mensaje es inseparable del sentido cívico y del pensamiento político que le caracterizaron. Denunció el gobierno oligárquico y abogó por un régimen popular y democrático. Ante los peligros del monocultivo, propugnó la diversificación agrícola, dificultada por el colonialismo, más allá del cual veía las intromisiones imperialistas yanquis como un peligro que sería necesario conjurar.
 En el aspecto literario, es un precursor del modernismo, como lo demuestra en un ensayo publicado como prólogo a El poema del Niágara (1882), de J. A. Pérez Bonalde. Su prosa, elogiada por J. R. Jiménez, muestra una sencillez teñida de lirismo, de gran eficacia. Son extraordinarios sus cuentos infantiles (publicados en la revista La Edad de Oro, 1889) y las composiciones que recogió en Ismaelillo (1882), Versos sencillos (1891) y Versos libres (1892), así como también sus Cartas de Nueva York o Escenas norteamericanas (1881-91). Cultivó el teatro y la novela (Amistad funesta, Nueva York, 1885). En su poesía se advierte una depuración de la forma expresiva (semejante a la realizada por Bécquer en España) en su apertura hacia el hombre, el paisaje y las cosas concretas y humildes.

 
 

Síntesis del Pensamiento Martiano

TOMADO DE
http://www.adpuello.com/rincon_martiano.htm

 

  • A nada se va con la hipocrecía. Porque cerremos los ojos, no desaparece de nuestra vista lo que está delante de ella.
  • Hay pocas cosas en el mundo que son tan odiadas como los hipócritas.
  • El hombre sincero tiene derecho al error.
  • La fama es un mito inútil.
  • La familia unida por la semejanza de las almas es más sólida y es más querida, que la familia unida por las comunidades de la sangre.
  • Es culpable el que ofrende la libertad en la persona sagrada de nuestros adversarios, y más si lo ofende en nombre de la libertad.
  • Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército.
  • Todo hombre es la semilla de un déspota; no bien le cae un átomo de poder, ya le parece que tiene al lado el águila de Júpiter, y que es suya la totalidad de los orbes.

  • La Fuerza tiene siempre sus cortesanos, aun en los hombres de ideas. Hay hombres dispuestos naturalmente a ser ovejas, aunque se crean libérrimas águilas.

  • Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras.

  • Los odiadores debieran ser declarados traidores a la república. El odio no construye.

  • La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.
  • Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre.
  • No hay espectáculo, en verdad más odioso, que el de los talentos serviles.
  • El hombre ama la libertad aunque no sepa que la amar, y anda empujado de ella y huyendo de donde no la halla.
  • Es culpable el que ofrende la libertad en la persona sagrada de nuestros adversarios, y más si lo ofende en nombre de la libertad.
  • La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.
  • Sólo la presión debe temer el ejercicio pleno de las libertades.
  • Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.
  • El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos, aun del ente más infeliz, es mi fanatismo: si muero, o me matan, será por eso.
  • La tiranía es una misma en su varias formas, aun cuando se vista en alguna de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes.
  • Patria es eso, equidad, respeto de todas la opiniones y consuelo al triste.
  • La libertad para ser viable tiene que ser sincera y plena. Si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república.
  • El hijo de un pueblo prostituido y sin derechos, no puede sin deshonra personal, poner el pie en la casa, confesa o disimulada, de las personas o sociedades que representen al gobierno que prostituye a su pueblo y conculca sus derechos.
  • Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. O la República tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás: la pasión, en fin, por el decoro del hombre, o la República no vale una lágrima de nuestras mujeres ni usa sola gota de sangre de nuestros bravos.
  • Cuando la política tiene por objeto poner en condiciones de vida a un número de hombres a quienes un estado inicuo de gobierno priva de los medios de aspirar por el trabajo y el decoro a la felicidad, falta al deber de hombre quien se niegue a pelear por la política que tiene por objeto poner a un número de hombres en condición de ser felices por el trabajo y el decoro.
  • En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos sus libertades, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.
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  • Todas las grandes ideas de reforma se condensan en apóstoles y se petrifican en crímenes, según en su llameante curso prendan en almas de amor o en almas destructivas.

  • Quien esconde por miedo su opinión, y como un crimen la oculta en el fondo de su pecho, y con su ocultación favorece a los tiranos, es tan cobarde como el que en lo recio del combate vuelve grupas y abandona la lanza al enemigo.

  • No hay perdón para los actos de odio. El puñal que se clava en nombre de la libertad, se clava en el pecho de la libertad.

  • Lo que en el militar es virtud, en el gobernante es defecto. Un pueblo no es un campo de batalla. No se sabe de ningún edificio construido sobre ballonetas.


 
 
 
 
 
 
 

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