1999 fue "uno de los peores años
para la prensa", según el IPI
AGENCIAS, Viena
El informe anual del Instituto Internacional de Prensa (IPI), difundido
ayer, establece en 87 el número de periodistas y empleados de medios
de comunicación que murieron el año pasado en distintas partes
del mundo, en el cumplimiento de su trabajo. Yugoslavia, Rusia, Sierra
Leona y Colombia fueron los países en los que mayor número
de muertes se registraron.
Según el IPI, 1999 resultó "uno de los peores años"
para los periodistas. Veinticinco reporteros cayeron en Yugoslavia, 16
de ellos a lo largo de los bombardeos de la OTAN frente al edificio de
la radiotelevisión serbia, en el pasado mes de abril.
El informe se hace eco de los enormes sufrimientos de los medios yugoslavos
independientes. "Han sido acusados de ser traidores y espías de
la OTAN, y tratados como tales". Según el IPI, las medidas de urgencias
decretadas por el régimen de Belgrado sobre la prensa "han hecho
imposible toda cobertura honesta" de los acontecimientos.
La guerra civil de Sierra Leona provocó la muerte de diez periodistas.
Y "una vez más", Colombia, con siete muertos entre personas que
trabajaban en medios de comunicación, vuelve a situarse como el
país más peligroso de América Latina para la prensa.
Otro periodista fue muerto en Argentina, uno más en República
Dominicana, uno en Guatemala y otro en Perú. Mientras tanto, en
Cuba hay cuatro periodistas encarcelados, "el único país
de la parte occidental del planeta en que se detiene a los periodistas
por haber ejercido su profesión".
El director del IPI, Johann Fritz, recordó que en Serbia, Sierra
Leona y Timor Oriental, los periodistas han sido considerados "objetivos
legítimos" y fueron asesinados "porque eran periodistas y no gustaba
lo que decían".
Además, esa misma entidad añade que Turquía continúa
encarcelando a los periodistas más que cualquier otro país
del mundo; y señala a China, Birmania, Etiopía, Cuba, la
República Democrática del Congo, Nepal y Siria como países
que reducen al silencio a los periodistas, sometiéndoles a penas
de cárcel. |