¿Está usted seguro de que el habano que va a encender para saborear
durante la sobremesa es en realidad lo que aparenta? En La Habana, las
alarmas han sonado ante la gran cantidad de puros falsos que invaden los
comercios, y que tienen en España su mejor mercado.
Cada año se comercializan en el mundo más de cinco millones de habanos
falsos. La cifra no es pequeña si se considera que la producción anual de
puros cubanos estuvo el año pasado entre los 160 y los 170 millones de
unidades, y que desde hace dos años la aduana cubana, en coordinación con
las de España y Francia, lleva adelante una agresiva campaña para luchar
contra las falsificaciones.
En la actualidad se pueden encontrar en hoteles, tiendas y aeropuertos
folletos de papel satinado en los que aparecen las fotos de dos Cohibas y la
siguiente frase: 'Parecen iguales. No lo son'.
La garantía está en los sellos oficiales, pero el refinamiento de los
revendedores y de los suministradores paralelos de este tipo de cuños y
membretes los hacen prácticamente indistinguibles para un comprador normal.
Anualmente, España compra en Cuba 45 millones de habanos, y Francia, 16
millones. Pero la tentación para los turistas de la Unión Europea que
visitan la isla es demasiado grande; una caja que en una tienda oficial
puede costar más de 200 dólares la venden los jineteros sólo por 30 o 40.
En el caso de Estados Unidos, donde en virtud del embargo no se puede
comercializar ningún producto cubano, el aliciente de los buscavidas es
mayor: una caja de Cohiba en el mercado negro puede llegar a valer 500 dólares.
Tanto es el negocio de las falsificaciones que se calcula -según datos no
oficiales- que en Estados Unidos circulan cada año entre cinco y seis
millones de puros en teoría Made in Cuba. La realidad es que se han
descubierto numerosas fábricas clandestinas en República Dominicana, México,
Brasil, Nicaragua y hasta en Rusia.
El año pasado se decomisaron en aeropuertos y marinas cubanas cerca de
un millón de puros falsos, y eso que aunque la mayor parte de los habanos
de marras detectados habían sido fabricados en los timbirichis
clandestinos, muchos habían sido robados también de los almacenes
oficiales.
'En el 2000 fueron registradas 5.163 infracciones (por una cantidad de
22.007 cajas de 25 puros), en el 2001 se decomisaron 19.241 cajas, mientras
que hasta el 30 de mayo de 2002 han sido interceptadas 8.611 cajas. Más del
90% en los aeropuertos y más del 80% en La Habana', aseguró el inspector
principal de la Dirección de Lucha contra el Fraude de la Aduana, Héctor
de Moya.
Cuba se ha tomado la cuestión de la defensa de las marcas de sus habanos
como una prioridad nacional. De un lado, se dice, es como el que va a
comprar un perfume Chanel, o relojes Rolex o Cartier, a vendedores
ambulantes en la calle. Lo más probable es que el comprador salga timado.
Por otro lado, Cuba reclama para sus habanos la misma protección que
internacionalmente se exige para los vinos y otros productos con denominación
de origen.
Según Emilia Lara, vicedirectora de la Oficina Cubana de Propiedad
Intelectual, se han entablado diversos procesos judiciales por usurpaciones
de marcas o apropiaciones de lugares geográficos famosos por el cultivo del
tabaco desde hace años, como San Juan y Martínez, Vuelta Abajo, Vuelta
Arriba y Hoyos de Monterrey. Hoy el 6% del tabaco cubano que se vende en el
mundo se comercializa en tiendas de la isla para turistas, en las que sólo
se admite el pago en dólares. Pero, cuidado, también en todas partes
cuecen habas, y, aunque no es habitual, en algunas de estas tiendas ha
habido falsificaciones.