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Martes 
30 noviembre 
1999 - Nº 1306

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Huérfano entre dos fronteras 
Conflicto entre EE UU y Cuba por un niño que llegó a Miami tras un naufragio en el que murió su madre 

MAURICIO VICENT , La Habana 
La tragedia del niño balsero Elián González, que la semana pasada sobrevivió milagrosamente al naufragio de un barco de cinco metros de eslora después de ver cómo su madre y su padrastro desaparecían en las aguas del estrecho de Florida, ha estremecido a los cubanos de Cuba y de Miami. Elián, de 5 años, era uno de los 13 pasajeros que el 22 de noviembre salieron de un lugar cercano a la playa de Varadero en una frágil embarcación con el propósito de llegar a Miami. El barco tuvo problemas y la noche del martes zozobró en alta mar, pero los balseros lograron agarrarse a tres cámaras de neumático que llevaban a bordo. El cansancio y el fuerte oleaje hicieron lo demás: uno a uno, los protagonistas de la fatal aventura fueron ahogándose. Sólo se salvaron tres: Elián, Arianne Horta, de 22 años, y su novio, Nivaldo Fernández, de 33. La pareja fue rescatada el jueves cerca de Cayo Vizcaíno. Ese mismo día, el niño fue hallado por dos pescadores sobre el neumático en que su madre y su padrastro lo habían colocado antes de morir. Había pasado 48 horas solo, a la deriva entre Cuba y EE UU, sin comprender lo que sucedía y ajeno a las circunstancias políticas que estaban detrás del drama que acababa de vivir.

 

Por fortuna, Elián González se encuentra bien de salud. Después de ser atendido en un hospital de Miami -presentaba síntomas de deshidratación y algunos cortes en las manos-, sus tíos abuelos, Lázaro y Ángela González, se hicieron cargo de él y lo alojaron en su casa de Little Havana, el popular barrio de Miami. Pero, como era de esperar, su tragedia se politizó enseguida.

 

El padre de Elián, Juan Miguel González, empleado en una empresa turística de Varadero, reclamó de inmediato a su hijo a través del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, arguyendo que él no había autorizado a su ex esposa a sacar al menor de la isla. La cancillería cubana, que ya ha tramitado oficialmente la demanda ante la sección de intereses de EE UU en La Habana, emitió el domingo un comunicado en el que responsabiliza "por entero" al Gobierno de Estados Unidos de las muertes de los diez balseros.

 

Según el Ejecutivo de Fidel Castro, es la "forma insensata" en que desde EE UU "se promueve, estimula y premia la emigración ilegal" la que provoca dramas como éste, y detrás están tanto las exhortaciones que se hacen desde las radios anticastristas para que los cubanos huyan de la isla, como la ambigüedad de las leyes migratorias norteamericanas, que por un lado obligan a deportar a la isla a los balseros interceptados en alta mar, pero por otro permiten quedarse en EE UU a los que logran "pisar tierra", en virtud de la Ley de Ajuste Cubano. Para Estados Unidos y la militante comunidad del exilio cubano en Florida el enfoque es otro: es la falta de libertad y de esperanzas de progreso económico la que motiva que los cubanos abandonen su país arriesgando sus vidas. En medio del drama y del cruce de acusaciones políticas entre ambos Gobiernos, sobre Elián se cierne ahora una nueva pesadilla. Sus tíos abuelos ya han dicho que piensan impedir un posible intento de repatriación, pese a que la reclamación legal, de no ponerse de acuerdo las partes, podría involucrar a organismos internacionales como el Tribunal de Justicia de La Haya. Algunos abogados norteamericanos afirman que, a pesar de las posibles alegaciones de Cuba, de acuerdo a la Ley de Ajuste Cubano, el niño es un refugiado y, como tal, tiene todos los derechos para quedarse en EE UU.

 

Mientras tanto, la congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, republicana por Florida, y el líder de la organización anticastrista Hermanos al Rescate, José Basulto, ya han visitado a la familia de Elián en Miami y le han ofrecido apoyo y ayuda para evitar que el niño vuelva a la isla con su padre. La Fundación Nacional Cubano-Americana no ha perdido tiempo para sacar partido de la situación: ha hecho un póster con la foto de Elián para que sea utilizado durante la posible visita que esta semana realizará Fidel Castro a Seattle (Washington) para asistir a la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Elián no sabe nada de esta historia. Sólo es consciente de que su madre, Elizabeth, se ahogó ante sus ojos poco después de ponerlo sobre el neumático en el que pasó 48 horas a la deriva entre Cuba y Miami. 

 
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