Poema XXXVI

 
 
 
    He de amoldarme a ti como el río a su cauce, como el mar a su playa, como la espada a su vaina.
    He de correr en ti, he de cantar en ti, he de guardarme en ti ya para siempre.
    Fuera de ti ha de sobrarme el mundo, como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite.
    Dentro de ti no ha de faltarme blandura de limo para mi corriente, perfil de viento para mis olas, ceñidura y reposo para mi acero.
    Dentro de ti está todo; fuera de ti no hay nada.
    Todo lo que eres tú está en su puesto; todo lo que no seas tú me ha de ser vano.
    En ti quepo, estoy hecha a tu medida; pero si fuera en mí donde algo falta, me crezco... Si fuera en mí donde algo sobra, lo corto.