Sábado 6 noviembre 1999 - Nº 1282
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El viaje del Rey a la cumbre de La Habana se convierte en una visita casi oficial a la isla Don Juan Carlos protagonizará diversos actos multitudinarios en la capital cubana JOSÉ MIGUEL LARRAYA,
Madrid
La llegada del Rey a Cuba el domingo 14 obligó al presidente del Gobierno a adelantar su presencia en La Habana para recibirle en el aeropuerto como es protocolario. En un principio, Aznar tenía previsto llegar a la capital cubana el lunes 15 procedente de Honduras, adonde viajará en visita oficial el próximo viernes.
No se descarta que el presidente cubano, Fidel Castro, se reúna ese mismo domingo con el rey Juan Carlos. El lunes 15, como ya es tradicional en otras cumbres, almorzará con el presidente de México, Ernesto Zedillo. Aunque los trabajos de la IX Cumbre Iberoamericana se inician y concluyen el martes 16, el programa oficial comienza el lunes por la tarde con la inauguración de la Escuela Latinoamericana de Medicina, un acto al que están invitadas todas las delegaciones, previa a la cena de gala que Castro ofrece en el Palacio de la Revolución.
Papel de España
España acude a la cumbre de La Habana con deliberada discreción, pese a ser el gran animador diplomático de estos encuentros y a que su presencia económica en el continente americano no ha dejado de crecer en los últimos años.Con una inversión que alcanza los 45.000 millones de dólares, tras el control de Repsol de la petrolera argentina YPF, España es el primer inversor europeo en Latinoamérica. Endesa, que se ha convertido en el quinto grupo eléctrico mundial; Repsol, la octava en el sector petrolero; Telefónica; los bancos Santander (BSCH) y Bilbao (BBVA) tras su fusión con Argetaria, son la punta de lanza de una presencia económica que se extiende por todos los sectores estratégicos.
Pese a esa deliberada discreción diplomática, que ayuda a resaltar el carácter multilateral de la Comunidad Iberoamericana, la diplomacia española conseguirá en La Habana institucionalizar las cumbres con la apertura en Madrid de una secretaría permanente de Cooperación Iberoamericana. Ése será el primer paso para espaciar la celebración de las cumbres -se habla de celebrarlas cada dos años- cuando concluya el ciclo de cumbres programadas: en Panamá, en el 2000, Perú al año siguiente y Santo Domingo en el 2002. La declaración de La Habana, que aprobarán los jefes de Estado y de Gobierno que el próximo 16 de noviembre asistan a la IX Cumbre Iberoamericana, hará un llamamiento a los organismos financieros internacionales, a las Naciones Unidas y al G-8 para que se adopten medidas que frenen la especulación financiera internacional. El documento, consensuado entre los 21 países iberoamericanos a partir de un borrador preparado por Cuba, subraya los riesgos que implica la globalización y pide medidas para prevenir y afrontar "la aparición y propagación de las crisis financieras" que golpean a los países con economías más débiles.
El documento -"dulcificado" en su versión final, según un diplomático español- mantiene cierto tono de alarma ante el riesgo de una crisis económica global que genera la extraordinaria expansión de los mercados financieros internacionales. Pese al carácter declarativo de los documentos que se aprueban en estas cumbres iberoamericanas, los textos son objeto de una intensa negociación para fijar el consenso.
El tema de la declaración de globalización fue elegido por Fidel Castro, que tenía especial interés en debatir los problemas sufridos por varios países latinoamericanos que, pese a haber "llevado a cabo reformas estructurales y adoptado políticas fiscales, monetarias y cambiarias adecuadas", se vieron golpeados por la "crisis asiática".
Un diplomático español que ha participado activamente en las negociaciones aseguró que la "cumbre de La Habana será un éxito porque el interés mediático ya está garantizado". Pese a la ausencia de cinco presidentes -los de Argentina y Chile por diferencias con España en el caso Pinochet, y los de Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, por sus malas relaciones con Fidel Castro-, la reunión de los 21 países iberoamericanos en Cuba tendrá una amplia cobertura audiovisual. El despliegue técnico de las cadenas españolas de televisión y la misma polémica que ha rodeado la celebración de la reunión en Cuba dará a la cumbre de La Habana una proyección que no tuvieron las últimas cumbres de Isla Margarita, Venezuela y Oporto (Portugal). El Gobierno español ha sido el primero en esforzarse en restar importancia a las ausencias. Clinton, dispuesto a suavizar el embargo Reuters,
Washington
El presidente estadounidense habló ayer largo y tendido sobre las relaciones con Cuba y dijo ser favorable a "suavizar" el embargo comercial al régimen cubano. Sin embargo, "cada vez que hacemos algo [en esa dirección], Castro derriba aviones, mata ilegalmente a gente o encarcela a personas porque dicen algo que a él no le gusta", explicó. Esa actitud del presidente cubano lleva a Clinton a una conclusión: "A veces pienso que él [Castro] no quiere que levantemos el embargo porque se quedaría sin justificaciones para sus fracasos económicos". Matices al margen, el mandatario norteamericano insistió ayer en que no está entre sus planes un levantamiento total del embargo, ya que quiere seguir presionando al régimen comunista cubano para que se democratice y respete los derechos humanos. "Bajo las circunstancias adecuadas", Washington estaría dispuesto a impulsar un plan que dejara al margen del embargo alimentos y medicinas. Una propuesta en este sentido fue rechazada por el Congreso de EEUU en Septiembre, a pesar de que el Senado la había aprobado antes. Lo cierto es que la Casa Blanca recibe cada día más presiones internas para relajar la presión económica sobre Cuba. Empresarios y políticos de diversos sectores insisten en que el embargo no cumple su misión -forzar la caída del régimen de Fidel Castro o su democratzación- y, sin embargo, perjudica a los productores estadounidenses, que han quedado al margen de un mercado, el cubano, en el que si tienen presencia varios países europeos, Canadá o México. De hecho, dos senadores de EEUU, que viajaron a la isla tras la visita de Juan Pablo II en agosto, indicaron que funcionarios del Gobierno cubano habían cifrado en mil millones de dólares (160.000 millones de pesetas) las importaciones en alimentos de Cuba.
La disidencia intensifica su actividad J. M. L
, Madrid
Según el programa oficial, Aznar mantendrá las entrevistas el lunes día 15 en su hotel, el moderno Meliá Habana, donde se alojará la delegación española. Un diplomático español señaló que Aznar no puede pasar por la capital cubana sin recibir a los miembros de la disidencia, aunque ello no resulte del agrado de Castro.
El presidente de la Fundación Hispano Cubana, el economista Alberto Recarte, próximo a Aznar y que fue consejero comercial en la Embajada de España en Cuba, ha expresado su preocupación "por el tono amenazante y los insultos de Fidel Castro, en su reciente discurso, a los miembros de la oposición democrática y al arzobispo de Santiago, Pedro Meurice". Recarte pidió que en la cumbre los dignatarios extranjeros y los periodistas tengan la misma libertad de movimientos que en cualquiera de las cumbres anteriores. Recarte señaló que, en el supuesto de que se produjeran detenciones de miembros de la oposición, "esto debería de ser motivo suficiente para replantear por completo el nivel" de la presencia española en la cumbre.
Apoyo a la democracia
Aznar, en un gesto de simpatía a la disidencia cubana, recibió la pasada semana a Carlos Alberto Montaner, destacado miembro de la oposición, para expresarle su "apoyo a la democracia en Cuba". La Fundación Hispano Cubana, que se constituyó en Madrid poco después del triunfo electoral del PP, tiene entre sus miembros a la mayoría de los disidentes que Aznar recibirá en La Habana.
La oposición cubana ha intensificado sus actividades en Madrid ante la próxima cumbre iberoamericana, que, en su opinión, será utilizada por Fidel Castro para legitimarse ante la comunidad internacional. El jueves se presentó en Madrid una nueva entidad anticastrista -la Fundación Elena Mederos- promovida por Leopoldo Fernández Pujals, el multimillonario ex presidente de la cadena TelePizza, que aspira ahora, una vez vendida su empresa, a liderar la oposición cubana.
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