REVE
Su voz debe ser dulce y persuasiva
y soñadora y triste su mirada...;
debe tener la frente pensativa
por un halo de ensueños circundada.

Su alma genial, cual pálida cautiva
de un astro esplendoroso desterrada,
sueña con una nube fugitiva
y con el traje de crespón de un hada.

Cuando la sonda azul de los delirios
disipa sus nostálgicos martirios
borrando del pesar la oscura huella,

él se acuerda en la noche silenciosa
de aquella virgencita misteriosa
que quedó abandonada en una estrella.


Juana BORRERO