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 El insaciable hombre araña

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Pedro Juan Gutiérrez enlaza trozos de autobiografía en un libro de cuentos

'El insaciable hombre araña' es la cuarta entrega de su saga habanera

ISABEL OBIOLS | Barcelona

'Yo miraba a las mujeres y pensaba que no existe la mujer ideal. No existe nada ideal. Todo lo que alguna vez aspiró a ser ideal fue aplastado por el espíritu de la época: vértigo, caos, dinero y confusión. ¡Mierda, cojones!'. Habla el narrador de El insaciable hombre araña, cuarta entrega del escritor Pedro Juan Gutiérrez (Cuba, 1950) sobre el microcosmos de Centro Habana, su mundo y la materia prima de su escritura 'autobiográfica'.

Alcohol, sexo, hambre, familia, diversión y soledad, alguna fuga hacia adelante que siempre termina en el mismo sitio. Gutiérrez asegura que no puede despegarse de Cuba y que 'el cubano es muy mal emigrante'. El narrador de los cuentos de El insaciable hombre araña (Anagrama) es un trasunto del propio Gutiérrez, tal y como sucedía en Trilogía sucia de La Habana, El rey de La Habana y Animal tropical. Son unos 'libros muy dolorosos', afirma. 'Cada vez que termino un libro me quedo muy mal, pero es un vicio que uno tiene. En Cuba hay temas repetitivos que forman un circuito cerrado muy agobiante'. Quizás es por este motivo que el ciclo habanero al que está dando forma -'la exploración de la realidad cotidiana que me rodea'- terminará próximamente con Carne de perro, según anuncia sólo a medias convencido.

Amante de la escritura desnuda, Gutiérrez explica que escribe a mano: 'Así te cansas y sabes que tienes que ser conciso'. Sólo después pasa los textos a máquina. Considerado como un exponente del realismo sucio, con sólo uno de sus libros publicados en Cuba, él mismo ironiza en uno de los cuentos sobre su situación como escritor en su país: 'Escribes siempre de la misma mierda de todos los días, y la miseria y la jodienda. Ni yo puedo leer esos libros. Escribe algo más alegre, más decente', le dice una de sus parejas, Julia, en Algo que me haga saltar. En este sentido, el autor dice: 'El escritor debe escribir de lo que conoce mejor y yo sería incapaz de seguir la tradición de Lezama Lima, que vivía en el barrio de las putas de La Habana y que jamás escribió una línea de lo que pasaba a su alrededor'. Y continúa: 'La literatura debe explorar el lado más oscuro del ser humano. Tratamos de ocultar lo que creemos que es malo, pero creo que es ahí donde se encuentra lo verdadero'.

A raíz de la publicación de Trilogía sucia de La Habana en España e Italia fue expulsado de su ocupación de periodista tras 26 años de dedicación, 'porque se hizo una lectura demasiado política del libro'. Ahora avanza la posibilidad de que Animal tropical sea publicado este año en Cuba. 'Sólo si no tachan ninguna palabra', puntualiza. 'Escribo como creo que tengo que escribir y pienso que la literatura es uno de los pocos espacios de libertad que quedan para el pensamiento en nuestro planeta'.

El País, 6 de abril de 2002