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 ROMEO CUBANO Y JULIETA CHILENA
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Hay personas en Internet, que si mandas un mensaje de amor, hacen todo lo posible por destruirlo, son tal vez infelices, que han vivido rodeados de odio y eso es lo que transpiran diariamente. Otras veces, se escribe sobre las madres y sucede lo mismo, son quizás gente huérfana, nacidos de un laboratorio e igualmente vierten su desprecio cuando se sientan frente a una computadora. De cualquier cosa que se escriba allí están ellos, atentos, vigilantes, barriendo todo el cyber espacio, siempre atacantes y sin aportar nada para el disfrute ajeno, solo sus bilis y ese odio que llevan dentro. Yo comprendo a estos desgraciados infelices, ellos son felices de esta manera, por eso a veces no quisiera olvidarlos y me encanta contribuir a su felicidad.
Como quiera que sea y ellos no comprendan, existen días de los niños, de las mujeres, de los padres, de las madres, de los enamorados, etc. La justificación más común oída hasta entonces es; que estos días son una invención de los comerciantes para vender sus productos, es posible que tengan razón, pero la gente los acepta así desde hace muchos años, creo que están en todo el derecho de no comprar o celebrar nada, no así, arruinarle las fechas que deseen celebrar otras personas.
San Valentín se acerca y les traigo una pequeña historia de amor, como aquella tan bella de Romeo y Julieta, con la diferencia, de que esto no es una obra literaria ni de teatro, los dos personajes están vivitos y coleando aquí en Montreal. Me imagino que deban ser del agrado, de aquellos encargados de distribuir odio en esta tierra, por esa razón se las cuento.   Romeo es un cubano que llegó a esta ciudad y tomó la decisión de no regresar más a su país de origen, sin embargo, en sus expresiones diarias, yo lo ubico dentro de la categoría del "Perfecto idiota latinoamericano", habla convencido de los aspectos positivos de la llamada "revolución". En esto discrepo rotundamente con todo el que me hable de ellos, no por extremista, ni anti-Castrista empedernido, como siempre han querido presentar al exilio cubano. Lo hago, porque no encuentro nada de ese positivismo, siempre, que para obtener algún beneficio, tenga que renunciar a la más mínima manifestación de libertad individual o colectiva. Es como si se viviera en un pequeño pueblito, donde no existen hospitales ni escuelas, entonces te digan; dentro de la cárcel hay maestros y médicos, pero si quieres disfrutar de esos servicios, se requiere estar preso. Traducido a nuestra vida diaria hay millones de ejemplos de libertades que han perdido los cubanos, pero harían muy extensa esta pequeña historia. Si no le acepto a ningún extranjero que me enseñe como funciona ese sistema, mas aún detesto a un cubano que me hable de algo positivo de él, viviendo en el exilio. Esta gente aparentemente inofensiva y confundida, siempre me ha dado malas espinas, no creo en lo uno ni en lo otro, sencillamente no los tolero. Van andando por este mundo dejando caer sus gotas de veneno y la experiencia me ha enseñado a conocerlos. Pero supongamos que sea solamente eso, un idiota o un "imbécil sin fronteras". Siempre lo mantuve al margen de mis relaciones, mas bien lo ignoraba, pero él se cuidaba muy bien de verter cualquiera de esas opiniones en mi presencia. Las exteriorizaba generalmente delante de personas ignorantes, de aquellas que no saben por qué simpatizan por una cosa.
Julieta es una chilena, de esas, que abrazaron las ideas del comunismo sin conocerlo a fondo quizás, toda su vida en esta ciudad la dedicó a esas actividades que planificaban sus "compañeros", difundir su "verdad", atacar y odiar a todos los que no admiraban sus doctrinas, atacar a la comunidad cubana, sirviéndole a los intereses que llegaban de la actual metrópoli. Es interesante ver, como se han prestado durante muchos años estos chilenos de Montreal, para destruir cualquier intento de unión de los cubanos, para servir también como brigadas de acción rápida en contra de ellos, siempre fieles y listos, para cumplir las órdenes del Consulado. Sin embargo, he observado que la edad de estos "camaradas" es muy corta, ellos no conocieron nada de lo sucedido en su país, porque cuando el golpe al camarada Allende, yo tenía 23 años y hoy tengo 50, menos todavía, pueden comprender o conocer lo que ha sucedido en el mío. Parece que ese odio que llevan dentro, ha sido inoculado por sus padres, aquellos que salieron de Chile, pero que no tomaron un vuelo a la patria de Lenin, creo que desafortunadamente, todos se equivocaron cuando compraron el ticket y son tan desgraciados, que se han visto obligados a vivir en las entrañas de ese capitalismo que los explota y desprecia.
Ella siempre ha sido una mujer muy activa y convencida de que todo lo que hacía era lo correcto, entre otras de sus actividades, estaba aquella de recoger porquerías usadas para enviarlas a mi país, "para ayudarlo", no porque hubiera sido azotado por algún fenómeno natural, eso ella no lo comprendía, sin embargo, nosotros los cubanos si lo sabemos. Porquerías que partían en las caravanas de aquellos raros personajes, que dicen ser religiosos, me refiero a los "Payasos por la paz". Como si recaudando toda la basura del mundo, pudieran compensar los daños causados al país durante estas cuatro décadas, todo ella lo recogía, botas usadas, ropas viejas, ruedas de bicicletas, computadoras que estorban en las casas, aspirinas y hasta condones, porque aunque ustedes no lo crean, hasta eso pedían en su lista, etc, etc.
Un día, coincidieron en un lugar Romeo y Julieta, pudo haber sido uno de esos, donde se realizaban actividades para recaudar dinero para "ayudar" a nuestro pueblo. Quizás bastó el solo intercambio de una mirada para comprender que se gustaban, luego, todo marcharía como es lo habitual en nuestros tiempos, hasta que un día comprendieron que se necesitaban, que entre ellos nacía algo perdido entre tantas angustias que se pasan en esta vida, entre ambos floreció eso que se llama amor. No puedo negar, que siempre miré con desconfianza esa unión entre una comunista y un raro exiliado, dejé de saber de ellos por varios meses, casi los olvidé.   Hace solo unos días, conversando con una amiga que es canadiense, salen a relucir estos personajes y ella me preguntó si los conocía, a ella no la conozco le respondí, pero a él sí. Bueno, te cuento que a ella la separaron de su partido por considerarla traidora, ¿cómo se explica eso?, le pregunté sin ocultar mi interés. Así como te lo cuento, la separaron solo por haberse casado con el cubano.
Hoy Romeo y Julieta siguen viviendo juntos, son felices, creen que nada ni nadie podrá separarlos, ella no tendrá que gastar más tiempo, recaudando porquerías que no resolverán los problemas en nuestro país, no se verá obligada a emplear sin desearlo, aquella palabra tan hueca y falsa que se llama "compañero", no actuará en contra de los cubanos, comprenderá mejor sus problemas. Romeo, llegará a entender muy pronto que hace aquí y por qué se fue de allá, dejará de ser un "imbécil sin fronteras" y no hablará de virtudes que no existen en presencia de ella.
 El amor se impuso contra el odio en esta pequeña historia que he querido traerles, ahora que estamos celebrando el día del amor, porque aunque ustedes no lo quieran aceptar "camaradas", el amor existe. Ahhh! Muchas gracias por su excelente trabajo, sigan repartiendo odio, no escatimen en regar su veneno, para que continúen matando a dos pájaros de un tiro.

FELIZ SAN VALENTIN 
 
 
 
 

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
12-02-2000.