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Recycling venceremos 

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  Hace unas semanas leía no sé donde sobre esa comedia llamada “Brigada Venceremos”. No me cabe la menor duda que atravesamos tiempos de reciclaje de materia prima usada. Ustedes saben que en la isla cuando se bota algo es, porque coño, de verdad no se le puede dar uso alguno, si no lo saben pregúntenle a cualquier cubano.

 Los que en estos momentos se encuentran gobernando la isla se han dado a la tarea de reciclar cosas viejas, deben suponer también que el viejo Castro hace mucho tiempo que no gobierna. Es nuestro CID empalado con pampers blindados, es hasta digno de lástima para los más sentimentales. ¡El pobre! Dirán algunos, está tan viejito, se marea, se le olvidan las cosas, se duerme en tomas presidenciales. ¡Y como hace papelazos! ¿No vieron como lo subieron a una mesa en Argentina para dirigirle la palabra a todos aquellos zurdos desesperados? ¿Y como le llama a los paraguayos uruguayos? Está tan jodido el potranco que cualquier día va a pedir ir a dar un discursito en Miami. Pero miren que nosotros los cubanos somos comemierdas, nada, es la compasión que sentimos por el prójimo, yo no, soy malo, y si se monta en una guagua no le doy el asiento, y si puedo, al bajarse le doy un empujón. ¡Vamos carajo! Que por ser viejos no somos buenos, a la mierda la compasión y que se vaya al infierno. No puedo decirles que se esté cagando a estas horas, habría que preguntarle a su mujer, y la pobre, ¿qué va a responder rodeada de gorilas? ¿Creen que ese viejo cagalitroso esté gobernando todavía? ¡Ay cubanos! Miren que somos ingenuos, en la isla está sucediendo lo mismo que ocurrió en China cuando Mao y en Corea con Kim Il Sung.

 Para no apartarme del propósito de este trabajo, leo hace unas semanas otro show sobre la salida hacia Cuba de la “Brigada Venceremos” con miembros de USA y que partirían desde Canadá. Para las nuevas generaciones de cubanos debe resultar algo formidable, una alta manifestación de la solidaridad humana que existe entre el pueblo norteamericano y el canadiense con Cuba, toda una novedad. Hasta yo mismo me tragué la píldora en mis tiempos mozos.

“Brigada Venceremos”, “Viajes de solidaridad con Cuba”, “Nuestros hermanos vienen a trabajar a la isla”. ¡Hummmmmmmm! A otro con ese cuento, digo yo. A los nuevos chamacos podrán engañar desenterrando estas antigüedades de nuestra historia, aunque tampoco creo puedan lograrlo, en fin, la mar.

 Pues sí, la mar y bien, resulta que por allá por la década de los sesenta y cuando Cuba estaba cerrada al mundo por obra de ese pobre viejito que hoy se babea (y tal vez se cague también, hay que preguntarle a la esposa) Pues en esos tiempos de incredulidad, ingenuidad, infantilismo político, de sueños revolucionarios, de promesas por lograr el futuro que hoy disfrutamos. Pues en ese tiempo se realizaron varias transformaciones en los entrepuentes del barco ganadero “Luis Arcos Bergnes”, nave que pertenecía a la Flota Cubana y dirigida por el Comandante Crespo, ya fallecido. Resulta que aquellos entrepuentes de la nave dedicada a la transportación normal de reses, se convirtieron de la noche a la mañana en dormitorios donde viajaban los miembros de aquella hoy reciclada “Brigada Venceremos”. Para aquellos vagos y aventureros jóvenes era un medio de transporte ideal, no podían pedir tampoco viajar en un trasatlántico, en definitiva iban a cumplir la misma misión que realizarán hoy sus nietos, solo que estos realizarán el viaje en avión jet de fabricación capitalista, el mismo sistema que ellos entre tragos de ron, pitos de mariguana, pullovers con la imagen del Che, música, charlas y sexo, piensan derrotar. ¡Claro! Sin aportar una sola gota de sudor.

 No puedo ocultar que yo era un comemierda en aquellos tiempos de marras, me lo creía todo, me envolvían, me mareaban, y como buen tonto hasta aplaudía. Pero todo tiene un final en la vida, los tienen las películas, las novelas, las vidas, los viajes, ¿y por qué no?, lo tuvo también mi tontería revolucionaria.

 Pues en una de esas vueltas que da la vida, caigo precisamente en el buque “Luis Arcos Bergnes”. Me mantuvieron en ese buque unos dos meses mientras permanecía atracado al muelle Margarito Iglesias. En ese tiempo debíamos armar nuevamente los corrales para la transportación del ganado, creo que una carga mucho más útil que la de estos vagos aventureros, pero inútil al fin y al cabo porque en la isla nunca se resolvió el problema de la leche y menos aún la de la carne. De nada sirvieron las pajas que le hicieran al toro Rosafé Signet, ni la muerte del viejo André Voisin en su intento por construir las famosas cortinas rompevientos, ni el pastoreo intensivo.

 En ese tiempo pude compartir con muchos de aquellos tripulantes que realizaron esos viajes “especiales” en las transportaciones de aquellos vagos “Venceremos”. Resulta que la nave iba muy bien surtida de comida, la que no tenía el pueblo cubano, o nunca tuvo desde la llegada de esa “revolución” con todos los “revolucionarios” que han viajado a ayudarla. El ron era transportado por cajas, las suficientes para que aquellos “compañeros” no carecieran de ese producto elaborado a partir de la caña cubana, la misma que “supuestamente” ellos irían a cortar. ¿Pero de qué rayos iban a quejarse los camaradas “Venceremos”, si hasta los acompañaban en esa trayectoria hacia el sacrificio una agrupación musical? Todo un vacilón y no es cuento, piensen por unos minutos solamente, ustedes son unos vagos que no tienen vínculos laborales o estudiantiles, la razón de vuestras vidas es esa, solo vaguear, beber, fumar, y un poco de sexo, porque hasta para esto tan natural en la especie humana los vagos son malos. Entonces, si les ofrecen viajar hasta un “supuesto” paraíso de gratis, a ninguno se les ocurriría hacer reclamaciones por comodidades.

¿Templar? Eso es lo primero que nos viene a la mente de los cubanos, tu puedes dejar de comer, beber, fumar, reír, cantar, volar, y cuanto verbo exista en el diccionario, pero nunca se te ocurra decir que no puedes templar, la distancia hasta “maricón” es inferior a una micra. Es de suponer que esa fuera mi primera pregunta hacia aquellos viejos lobos de mar, yo no me consideraba ni un cachorro, pero a la hora de dormir parecía un circo.

¿Y que bolá con estas jevas? ¿Tiemplan o no tiemplan? Esa era siempre mi pregunta, ellos miraban hacia todos lados antes de darme una respuesta, debo recordarles que solo ando por la década de los sesenta. Nada que ver con los escándalos del agente Juana, ni con los negritos fusilados, ni con la putería del viejo con el Presidente de México, hablo de tres decenas de años.

-¡Asere, no se puede templar! ¿Cómo es eso, si yo tengo solamente 17 años?-

- Pues paja que tú conoces mi hermano. ¡Manuela! A diestra y siniestra.-

-Eso de siniestra se suena malo.-

-Pues paja como te dije y no te des por enterado.-

-¡Coño! ¿Y eso por qué?-

-¡Nada asere! Está orientado de arriba, como si todas estas locas pertenecieran a la CIA, como si cargaran un micrófono en cada vagina.-

-¡Bueno y qué! ¿Cuando están en curda no se arrebatan, o cuando se suenan un taladro?-

-¡Claro que sí asere! ¿Pero qué rayos vas a hacer?, siempre te encuentras con un gorila.-

-¿Entonces?-

-¡Nada! La jeva salía toda arrebatada por la cubierta, la veías con los ojos inyectados de sangre, te decía por lo claro que tenía deseos de templar contigo, y nada.-

-¿Cómo que nada?-

-Asere no te hagas el bruto, esas jevas eran sagradas y los únicos que se las podían templar eran los escoltas de la seguridad, si te agarraban en esa de querer jamarte un bollito revolucionario te encendían. Todos los bollos que llegaran del campo capitalista eran de la CIA, hasta un micrófono podían tener instalados en la vagina.-

-¡Ñooooo! Pobre gente. ¿Y si la jeva se te encarnaba?-

-Como si fueras maricón, no había arreglo con ella.-

 Después de todo aquel despliegue de propaganda sobre la ayuda que venían a ofrecernos aquellos lumpens y que se repite con sus nietos. Los aventurados camaradas iban para un campamento con todas las comodidades, ropa nueva, guantes, botas, sombreros, comida excelente, cama, agua, techo, actividades culturales, etc. Lo cierto es que con toda la caña que cortaban aquellos aventureros que trataban de imitar al Che o Fidel por la barba, no se lograba un vaso de guarapo.

 Mucho me costó llegar a conocerlos, un exilio forzado, tiempo necesario para comprender que esta sociedad no es gobernada por la anarquía, donde todo es muy bien organizado, donde las fechas de vacaciones son programadas. Donde ningún ciudadano puede darse el lujo de ausentarse de su trabajo más del tiempo establecido por las leyes. Fue así como comprendí que la mayoría de estos individuos son vagos sin vínculos laborales o estudiantiles.

 Aquí no terminó mi experiencia y base para esas conclusiones, hace solo dos años me encontré con una mujer mayor de edad, debió andar por los cincuentas o un poco más. Establecimos una corta en intensa relación de intercambio de experiencias, ella trataba de absolver cada punto y coma que salía de mis labios, ella se había propuesto fundar una organización cultural con raíces cubanas, ella había sido miembro o fundadora de aquellas “Brigadas Venceremos”. Había madurado políticamente desde aquel entonces, a su edad trabajaba, ella me contó mucho de sus experiencias en aquellos viajes a Cuba, ella no simpatizaba con Fidel, ella estaba tratando de ayudar a los cubanos del exilio, ella no era “Venceremos”, era una “Vencida” por la amarga realidad que le ha tocado vivir a nuestro pueblo.

 

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
13-9-2003.