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Los tiempos de los alardes fantasiosos, la bravuconería
tropical, los
gestos estudiados y el cambio de escenario frecuente, van quedando atrás. El caso Pinochet atrapó a otra presa y no a la que se estaba esperando, de nada le sirvió su traición a la izquierda chilena, con su desacuerdo por la extradición y enjuiciamiento de éste a España. El caso en sí aportó algo significativo a la humanidad, ya no quedarán impunes aquellos callanas que cometen crímenes contra sus pueblos. Hoy, el patriarca de todos esos soñadores se ha recluido voluntariamente, atrás quedaron los deseos de utilizar las tribunas de Argentina, Seattle, Panamá y ahora Chile. Con cuánto gusto hubiera hablado en esta última plaza, pero no, el patriarca tiene miedo, el patriarca envía carticas, secuaces, portavoces, no escatima letras ni palabras para justificar sus ausencias, pero no hacen falta muchas, con una sola resume todas, miedo. Si así anda el amo, cómo andarán los plebeyos? Se acerca el ocaso y nadie está seguro, para donde tirarán? Tal vez Venezuela, allí tienen a un buen amigo, lo malo es que la corriente marina es contraria, también queda muy lejos. Recuerdo que después de la muerte de Mao y la caída de la camarilla de los cinco, cuando le hablaba a algún chino sobre el viejo, ellos no entendían mucho, pero apuntaban con el dedo pulgar hacia abajo. En Cuba será diferente, esa señal puede llevar su toque tropical, no enseñarán el pulgar indicando hacia abajo, llevarán toda la mano y se tocarán el genital. Se atrapó el cazador en su propia ratonera. Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
13-3-2000.
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