Página de inicio
Cuando muere la esperanza 
relato siguiente
Indice de materias

 
Primero fue el gallo de Venancio, después sonó el despertador de Juanita, ese gallo era más exacto que el Observatorio Nacional, Venancio no se había equivocado cuando lo trajo bien chiquito al solar, su olfato de guajiro no lo había engañado; extendió el brazo hasta que sus dedos pudieron pulsar el botón y así parar aquel molesto timbre, apenas había dormido y toda la noche estuvo dando vueltas en la cama, unas veces molesta por los mosquitos, otras por la pitada de un barco o la de un remolcador, otras veces los trenes y la bulla nunca paraba.
No le quedó mas remedio que levantarse y preparar el camino de los otros para un nuevo día, los muchachos estaban rendidos aun y Pello con la cabeza tapada, no podía ocultar los ronquidos. Encendió el fogón de luz brillante (kerosen), mientras bostezaba y miraba hacia afuera por las rendijas que entre las tablas de la pared quedaban. Sonó el despertador de Cuca, entonces María puso Radio Reloj a todo volumen como todos los días para los que no tenían despertador y así el solar cobraba vida, niños que protestaban por tener que ir a la escuela, las primeras que salían de sus cuartos para ir a orinar, y corrían con las piernas apretadas para poder aguantar, y el gallo de Venancio que no paraba de cantar, como apurando a la gente para que se fueran a trabajar.

Juanita abrió la lata donde guardaba el café y lo observó con la precisión de un laboratorista, sabia que otra vez no le alcanzaría para terminar la semana y tendría que tostar y moler un poco de chicharos para engañar a los muchachos cuando les diera la leche. A Pello lo levantaba siempre con su buchito acabado de colar, él no se apuraba mucho ya que de la casa al puerto solo le tomaba unos minutos, allí trabajaba de bracero y fue el relevo de su padre, quien había comenzado de caballo (trabajaba con la tarjeta de otro, por una parte del salario), y su padre relevó a su abuelo y así hasta llegar a los esclavos, que es el origen de los negros.

Siempre vivió en ese solar, y cosa muy rara, su abuelo fue propietario del cuarto, que después pasó a manos de su padre, hasta que lo heredó Pello, claro, su abuelo no lo compró porque no tenía dinero, se lo ganó de buena lid al propietario que era gallego en una pelea de gallos. No era gran cosa, yo diría que casi nada, pero allí nació como todos los del solar, y allí vivían quien sabe desde cuando, tal vez desde que La Habana saltó las barreras de La Muralla.

El solar era grande, tenia una hilera de diez cuartos a la derecha, el pasillo que tenia unos cuatro metros de ancho, y otra hilera de diez cuartos a la izquierda. En el medio del pasillo se encontraban los servicios sanitarios, tres para las mujeres y dos para los hombres, las duchas, cuyas puertas solo cubrían parte del cuerpo, estas no llegaban al piso ni tampoco al techo y le continuaban las bateas, donde las mujeres lavaban y chizmeaban del mundo entero. El ultimo cuarto a la derecha era el de Venancio, el guajiro había cercado la longitud del mismo y tenia una granja de pollos, que de noche dormían encima de su techo y cuando las gallinas se recogían, Venancio retiraba la escalera y la amarraba con cadenas que pasaba por unos huecos que había hecho en las paredes de su cuarto y luego le ponía candado. El gallo dormía en una jaula cerca de su cama, y él la cubría con unos sacos, la gente no se podía imaginar de donde sacaba tanta precisión todas las mañanas, lo mismo en verano que en invierno, aquel animal nunca fallaba.

Cuando el gallo se cansaba de cantar y el bullicio de la gente lo despertaba, Venancio se levantaba y lo soltaba en el patio, mientras colaba café, que después llevaba a la gallega y al marido a la puerta de su casa, aquel animal era el dueño del solar, los perros y gatos le temían por los picotazos, no había nadie que se acercara al área que tenia el guajiro para las gallinas, esto solo se lo permitía a Juanita que desde pichón, se acostumbro a comer de su mano cualquier migaja que ella le daba.

Pello se levanto y después de besar a sus hijos para que lo siguieran, fue a saludar a Ochun, la virgen que adoraran sus antepasados, luego, entro a un bañito que él había levantado a huevos cuando nació la niña,

como ya el solar no tenía dueño, se agarro unos metros del pasillo y un día se apareció con un plomero, cumplió lo que le prometiera a su mujer, su princesa no pondría el fondillo donde lo ponen las viejas, mas nadie lo imito, como si tuvieran miedo a que el gallego regresara otra vez.

Ya la gente estaba levantada y los muchachos se acercaban al gallinero de Venancio, era el espectáculo de todos los días antes de partir a la escuela, el guajiro safaba la cadena y ponía la escalera para subir al techo, después abría la jaula de las gallinas y estas locas de alegría bajaban hasta el pedacito de patio, debajo las esperaba el gallo, y en la medida que descendían se les iba montado, el coro de los muchachos gritaba; Una !, Dos !, Tres ! y así la gente se enteraba de la cantidad que el gallo había pisado.

Jorgito, uno de los niños que asistía por primera vez al show, salió corriendo para donde estaba su madre gritando; Mami, Mami, ya piso la primera ! _ Y la gallega al oír eso le dijo a la madre de éste:

Dichosas gallinas, porque el marido que tengo, siempre cae out de fly al pitcher, o se poncha, pero nunca llego a tercera!_ El gallego acostumbrado a las bromas de su mujer, nunca le contestaba y las del solar disfrutaban con las ocurrencias de ella.

Después, todos los muchachos se marchaban contentos a la escuela, ese día el gallo había pisado cinco, y entre ellos se hacían muchas apuestas, Pello se despidió de Juanita con un beso, eso lo hacían desde que eran novios y partía para el puerto, ella saldría un poco después para la fabrica de tabacos.

Pello siempre esperaba al Narra ( que así le dicen a los chinos en Cuba), era su mejor socio, no porque tuvieran negocios, es que así hablan los cubanos cuando se refieren a un amigo, bueno, hay distintas categorías de socios, de la misma forma que existen de hermanos. El Narra era hijo de chinos, de esos que salieron huyéndole al comunismo, y aquí cayeron en una trampa, con el poquito dinero que llegaron pusieron un puesto de fritas, y como no daba para tanto, vivieron en el solar hasta que murieron, después que el gobierno les intervino el negocio. Carajo, que es la misma historia de los gallegos de la cuarteria (solar), que llegaron a Cuba con su boina y alpargatas, con muchos deseos de triunfar y centavo a centavo, mucho sudor y mucho tizne, se hicieron de una carbonería, hasta que su negocio se convirtió en explotador de la noche a la mañana; coño, como si algún carbonero se hubiera vuelto rico

Todos los días Pello y el Narra hacían el recorrido juntos hasta el puerto, el chino era chiquitico y el negro una jirafa, pero nada los separaba pues desde niños vivieron las mismas desgracias y ahora mas que socios eran compadres, la religión los amarraba.

En el puerto ese día había alboroto, se esperaba la visita del Comandante, como decía la gente; el tipo estaba en todas y ahora la moda era, "La cadena, puerto, transporte y la economía interna", solo se hablaba de brigadas rojas, emulación, horarios de conciencia y no se sabe de cuantas cosas mas, que nunca resolvieron el problema; el problema de los estómagos vacíos, los barcos parados, una economía bloqueada, y de todo esto; solo quedaban las cadenas.

Ese día, al Comandante se le ocurrió pedirle mas sacrificios a los estibadores, pero hubo un loco, quizás un suicida o tal vez un enviado que le dijo;

Comandante, todo esta muy claro y los trabajadores estamos de acuerdo, pero el problema es que no se puede pinchar (trabajar) 10 horas, con un pan con mantequilla y liquido de frenos (refresco hecho a base de tintura de fresa y azúcar )._ Entonces , el Comandante le hizo una seña a uno de sus tracatanes (secretarios), para que tomara notas del caso, y al otro día, no al otro día sino a las pocas horas, apareció la merienda para los braceros, el tipo de las barbas tenia una varita mágica que aparecía y desaparecía todo a su antojo. A partir de entonces, aparecieron las butifarras y el yogourt, pero nadie podía creérselo. Coño, como resuelve el Comandante ! _Decían todos, pero esto no se lo tragaba el negro.

_ Narra, esto es pa los bobos, estamos como los animalitos de los circos, que cuando mueves la colita, el domador te da una golosina_La cosa no funciona así, en un país tenemos que pensar todos_ El chino solo escuchaba con atención a su amigo, él era negro y bruto pero sus palabras tenían razón.

La brigada de ellos quedo vanguardia en ese tiempo, y como premio le dieron una semana en la playa en casas alquiladas por el gobierno, uno de esos días en que estaba en el portal junto a sus hijos, Pello vio que en la casa del frente parqueaba una ambulancia y que de su interior descargaban unas cajas de cerveza, luego el chofer y su ayudante se sentaron en el portal y se tomaron solamente dos, después se marcharon para continuar su servicio, nada de aquello era alarmante eso era lo cotidiano, y lo que parezca anormal, en Cuba no lo es, da lo mismo transportar a un muerto en un camión de leche, que un cake de bodas en un carro con las coronas de un muerto.

Ese año Pello se ganó un televisor en la emulación, aporto no se sabe cuantas horas de trabajo voluntario, descargo no se sabe cuantos sacos en sus espaldas y en una de las asambleas de producción, lo propusieron para el Partido, pero Pello se negó, no porque no fuera cubano, simplemente él tenía su religión, era hijo de Ochun, adoraba a Obatala, Yemaya, Chango, Orula y eso no cuadraba con la ideología de los militantes, y su rechazo no fue bien visto, convirtiéndolo de la noche a la mañana y sin saberlo en un desafecto, en un indiferente, en alguien que no cooperaba, y el Narra lo mismo, y el otro, y el otro, pero había que cortar esa raíz que a la sociedad dañaba, porque se tenia que ser como ellos decían, "Dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada", pero a Pello le importaba eso tres pitos, él era hombre, de lo que antes se consideraba esa palabra, y para el solo existían sus santos, su mujer y sus hijos, la gente del solar y el Narra.

Pello le dijo a Juanita que todos los días pusiera el televisor en el pasillo, para que los niños vieran las Aventuras y las mujeres su Novela, lo demás no les interesaba. Por eso y muchas cosas la gente querían al negro y este a su gente, allí todos lo respetaban y cuando había una bronca en la cuadra, al primero que procuraban era a él, con su sola presencia todos se calmaban, bueno, eran aquellos tiempos donde reinaban los pantalones o los huevos, en esos barrios donde la miseria y el mas fuerte mandaba.

La gente del solar era magnifica, eran como una familia y todo salía de la batea donde las mujeres lavaban, me acuerdo que el día del aniversario de bodas de los gallegos, quien sabe si los cincuenta o más, la bola se corrió de boca en boca y cada cual sabia sus obligaciones para dar una sorpresa, en la que participaban desde el mas niño hasta la mas vieja. Ñico el farmacéutico se aparecía con dos galones de alcoholifan (alcohol de 90 grados), Cundo con los plátanos burros para hacer los tostones, Venancio preparaba un sopon de gallinas, Chichi el Congri, Ofelia que trabajaba en una dulcería los pasteles de los niños, Mongo el bodeguero los refrescos y alguna caja de laguer (cerveza), Paco del matadero se llevaba algunos pellejos para los chicharrones y de madrugada el chino siempre traía la sorpresa.

Unos sacaban sus mesas, otros los taburetes, los más pobres unos cajones, y por supuesto los negros los cueros (tambores), la cosa empezaba suave con el tocadiscos de Mercedez, ahora un bolerito de la Guillot, otro de Ñico Membiela, después Orlando Contreras y para que los gallegos fueran felices le ponían hasta un pasodoble de su tierra, carajo que la gente no se olvidaba de su música aunque el gobierno la suprimiera, entonces, cuando la cosa estaba caliente, la gallega que ya no lo era, le gritaba a todo el mundo;

_ Caballeros, basta ya de tanta mierda y que suenen los tambores coño, que esa es la música de esta tierra._

La gente estaba esperando la orden de arranque, suena el salidor, la tumba, el quinto, los timbales, las claves, y detrás de todos ellos la voz inconfundible de una negra entonando un guaguanco, con esas letras que solo conoce el pobre, cuando se canta al dolor, a la infidelidad, a la tierra donde se nació, y le sigue el coro cuando arrancan las primeras piernas, y los gallegos se sientan para ver bailar a blancos, mulatos y negras. Nadie sabe lo que se goza en las fiestas de los pobres, aquí no hace falta vestir de etiqueta para ver los más lindos culos moverse al ritmo de los tambores, y vibrar las tetas, tetas sin ajustadores que parecen lanzas cubiertas por un baja y chupa solamente ( shirt femenino sin tirantes fáciles de bajar) y nalgas que solo cubren medio metro de tela.

Las horas pasan y el calor aumenta, sube la música y cuando todos piensan que termina, es cuando comienza la fiesta, ya de madrugada se aparece el Narra con un chivo degollado, y nadie dice nada porque todos saben que es robado, enseguida las mas viejas sacan sus cuchillos afilados, y en un abrir y cerrar de ojos, el chilindrón esta guisado. Aquí nadie llama a la policía porque no hay teléfonos, y aunque los hubiera, en los barrios de los pobres había pocos chivatos (delatores), y esta temía a los pobres, por eso se podía hacer la bulla que uno quisiera y al que no le gustara se tenia que ir al carajo.

En contadas ocasiones había broncas y nunca eran con la gente del barrio, casi siempre eran colados de otros solares, a los que nadie había invitado y al otro día, o ese mismo día, el gallo de Venancio se quedaba ronco de tanto canto y no podía pisar a las gallinas, y el perro de Tita se meaba dentro del cuarto, porque ese día los pobres dormían todo el día, uno de los pocos feriados. Así era la gente del solar, así era la gente de mi barrio, así era la gente de mi Cuba.

Los niños crecían, como lo hacían las dificultades para vivir, la situación apretaba cada día mas pero la gente estaba ahí, Venancio seguía vendiendo huevos y una vez a la semana traía viandas del campo que vendía a buenos precios, Juanita se robaba las hojas de tabaco de la fabrica para cambiarla por leche, Pepito el queso de la pizzeria lo cambiaba por jabón, Cheo se robaba la comida del hospital y la cambiaba por ron, Bebo el peletero se robaba los zapatos y los cambiaba por puercos en el campo para vender la carne en la ciudad, y así todos comenzamos a robar, y robar era tan natural como dormir, y robar no era un delito, mas bien un mérito, pero habían gente criados a la antigua que no lo entendían así, y decían que robar era eso, no tenía otro nombre, y chocaron contra un mal que se hizo general, hasta que apesto ser honesto.

Pello pidió ir a la Microbrigadas para optar por una vivienda y salir del solar, su hija amenazaba en convertirse en una señorita de la noche a la mañana, el Narra su hermano lo siguió, y trabajaron duro durante meses, que rayos meses, durante años, nadie sabe lo duro que es trabajar durante doce horas con el estomago vacío, y después te hablen de trabajo voluntario, voluntario mierda coño que todos saben que necesito una casa y por eso me joden, eso lo hablaban diariamente el negro y el narra. Al final, Pello tenia mas de tres mil horas de trabajo "voluntario", pero todavía había que discutir la casa.

Llego el momento de la asamblea y como todos habían visto el Pello había trabajado como un caballo, entro confiado en que saldría con las llaves, pero estaba bien equivocado.

Compañeros, de verdad lo sentimos mucho, el camarada Pello tiene tres mil quinientas horas de trabajo voluntario en la microbrigada, pero según lo establecido por el sistema de emulación, la casa se entrega por méritos laborales, es decir; si el camarada fue propuesto para dirigente sindical, ese es un mérito; si el camarada estudia actualmente, ese es otro mérito; si el camarada ha realizado alguna misión Internacionalista, ese es otro mérito, etc, etc, etc._Expreso el Secretario del Sindicato.

Eso lo que es una mariconá._ Expreso el Narra

Mire compañero, esas son orientaciones de nuestro Comandante en Jefe y nosotros debemos aplicarlas._

Eso es una mariconada y el Jefe puede estar equivocado, como coño le pueden quitar una casa a una persona que se ha reventado trabajando durante años en la construcción, para dársela a un huevon, que ni siquiera sabe donde queda el edificio._

Pello toco al Narra por la pierna para que no hablara mas y con la misma se levanto y se retiro de la asamblea, durante el regreso al solar, no intercambiaron palabra alguna, Juanita cuando lo vio llegar, no le pregunto nada ella lo conocía perfectamente. Sin comer bocado se acostó y con ese silencio se mantuvo durante muchos días, cada mañana repetía el ritual de saludo a su virgen sagrada y nunca dejo de besar a sus hijos ni a Juanita antes de marchar al trabajo.

Al cabo de un tiempo, el gallo de Venancio cantó una madrugada, a una hora que no era habitual y la gente se despertó, pero al comprobar la hora siguió durmiendo y en la mañana el gallo no paraba de cantar, a la gallega le llamo la atención que el "huevero", como le decían a Venancio, no le llevara el café como todos los días, y cuando salió al pasillo noto que la escalera estaba puesta al techo, mas la puerta de su casa medio abierta, y el gallo cantando todavía, mando a su marido a ver que pasaba y cuando este entro, se encontró al guajiro muerto en el piso de una puñalada, a su lado una caja de tabacos vacía y un poco de menudo regada, en el techo ya no había gallinas y él soltó al gallo, que como siempre debajo de la escalera se paraba. Pronto corrió la voz en el solar y luego en el barrio, hasta que llego la policía, llenaron unos formularios y preguntaron por la familia de Venancio, pero a esta nadie la conocía, solo sabían que el guajiro había llegado a La Habana cuando un desfile campesino y en la misma plaza cuando desfilo, le dio una palmada en las ancas al animal y para el campo no volvió, paso mucha hambre en la capital hasta que un día se empato con Cuca una mujer entrada en años que se había dedicado al negocio del cuerpo en el barrio de Jesús María, pero después ella murió y nunca tuvieron hijos.

La policía informó; que después de un tiempo prudencial, si nadie reclamaba el cadáver lo mandaban a la escuela de medicina para los estudiantes practicar. A las pocas horas en Medicina Legal aparecieron primos, hermanos y hasta nietos para reclamar el cadáver del huevero, y había que ver que clase de entierro organizo la gente del barrio, todo el mundo estaba de duelo. Así era la gente de mi pueblo señores, antes de que se perdiera la vergüenza y no existieran tantos ladrones.

Luego vinieron esas cosas que llamaban misiones internacionalistas, las guerras, y hoy oías que había muerto fulano, después esperancejó y la gente perdía la alegría que siempre llevo en las venas, no sé si es porque dicen que barriga llena, corazón contento, la gente solo soñaba en comer y esto se convirtió en una pesadilla. Un día, Pello llego de los muelles y se encontró con Juanita en el piso sin conocimiento, sin pensarlo dos veces la cargo y así en brazos la llevo varias cuadras hasta el policlínico, cuando el medico la reconoció le dijo a Pello que estaba muy grave y que era necesario llevarla urgentemente a un hospital, pero que en ese momento no tenían ambulancia.

Juanita recobro el conocimiento por unos instantes y le pregunto por los niños a Pello, este le pidió que no hablara, pero comenzó a faltarle el aire. El médico le pidió que le diera respiración boca a boca hasta que trajeran el equipo de oxigeno y así hizo el negro, pero aquella operación, la convirtió Juanita en un beso, y fue el beso de despedida pocos segundos después, ella había muerto. Pello se dio cuenta cuando y la siguió besando, y le vino a la mente la imagen de aquella ambulancia descargando cerveza en la playa, y cuantos infelices no habrían muerto en esos instantes, como le había pasado a su amada.

Su mejilla junto a la de ella, sus lagrimas corriendo por la cara de Juana en silencio, impotente, lleno de rabia, pasaba sus manos por la cabellera de esta y sin darse cuenta descubrió unas canas, no se había percatado del tiempo transcurrido, porque en el solar nada había cambiado. El médico trato de separarlo y Pello sacó su puñal, luego con voz ronca dijo; al que entre lo voy a matar, nadie entró, todos lo respetaban y querían, fuera de la puerta los curiosos del barrio, para él nada existía, y allí permanecía inmóvil al lado de su muerta, solo los hijos pudieron llevárselo a casa.

Al otro día, la gente del solar y los del barrio, llevaron con Pello a Juanita hasta su ultima morada y ese día volvió a cantar el gallo, cuando nadie lo esperaba.

Ya el solar era otro y los muchachos que ayer lo fueron crecieron, no sonaban las tumbadoras, murieron los gallegos y la gente cambio de la noche a la mañana, hasta que un día Pello no pudo mas y le dijo al Narra;

_ Mi hermano esto se acabo, ma largo pal carajo, lo poco que me queda de vida lo voy a emplear para abrirle camino a mis hijos allá fuera, aquí me mataron las esperanzas._

Hacia rato que estaba esperando me lo dijeras mi hermano, pero no te vas solo, acuérdate que yo soy tu compadre, en las malas y en las buenas.

Poco a poco, con mucho sacrificio prepararon una balsa en un monte cerca de una playa, y cuando todo estuvo listo, Pello se sentó con sus hijos para explicarle su intención, aquellos no la aceptaron y le dijeron, que no les importaba el peligro, pero que si él como padre les había dado la vida, era el único que tenia derecho a disponer de ella.

Partieron los cuatro, con pocas provisiones ya que no había para tanto, parte de estas las perdieron en un mal tiempo y nadie venia a rescatarlos; a los cinco días estaban en el piso de la balsa casi deshidratados, Pello le pasaba lo poco que tenia de saliva a la boca de sus hijos, hasta que esta se agotara, un día el Narra entro en alucinaciones y de pronto se levanto como si nada y le dijo a Pello que iría por café que su madre había colado, salió caminando y sin poder impedírselo cayo al agua, solo sintió el chasquido de las dentelladas de los tiburones. Al atardecer comenzó a apretar la marejada y en un esfuerzo sobrehumano, Pello tomo una cuerda y se amarro a sus hijos, mientras los besaba se dio cuenta que aun tenían lucidez, pues de los ojos unas lagrimas brotaban y cuando beso los labios cuarteados de su hija, esta lo premio con una leve mueca que se parecía a una sonrisa, le abrió los brazos que tenia junto al pecho y descubrió que entre ellos la niña llevaba a Ochun, nuestra Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, entonces el padre le volvió a cerrar los bracitos con cuidado, mientras terminaba de acostarse entre los dos y los abrazaba hacia el para terminar de anudar la cuerda.

En la oscura noche, la fuerza del mar aumentó hasta volcar la balsa y todos muy juntos aun abrazados, se perdían en lo oscuro, en lo infinito y volvían a ser libres, como Dios los trajo al mundo, pero aquella oscuridad, aquella negrura pasó a un azul prusia, después a un azul marino, hasta un azul cielo y se dieron cuenta que sus labios no estaban quebrados, ni su piel quemada y que la mueca era una sonrisa verdadera, y detrás de un grupo de peces voladores, volaban los ruiseñores con un hermoso canto, y donde una vez hubo llanto, ahora había alegría, allí estaban Juanita besándolos, el Narra, los chinos, Venancio, los gallegos, mucha gente que ya no era pobre, los del remolcador 13 de Marzo, los Hermanos al Rescate, los del Río Canimar, muchos balseros y toda esa gente que en estos años perecieron, buscando un sueño nuevo.

En memoria de mi amigo Ramoncito, vecino de la Zona 1 de Alamar, quien junto a un amigo, fuera devorado por los tiburones en presencia de su hijo, luego el mal tiempo regreso la balsa a Cuba y el muchacho llego vivo. En memoria de todos los que perdieron la vida en ese intento.
 

Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
1999.