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El día que su hijo terminó la enseñanza primaria
y le manifestó su deseo de pasar la Secundaria en una de las becas
del gobierno, Efraín no lo contradijo aunque no estuviera de acuerdo
con él, por experiencia sabía que una vez fuera de la casa,
los padres perderían todo el control sobre sus hijos, no se oponía
a estos deseos porque comprendió que su hijo comenzaba a echar alas
y como todo joven quiere descubrir y conquistar el mundo, vivir nuevas
sensaciones, saberse más hombre, gozar de esa independencia que
se lucha cuando se empieza a ser joven y se deja la atracción por
los dibujos animados, para sustituirlos por otros de carne y hueso.
Maduro al fin y con muchas millas recorridas por la vida, sabía que a partir de ahora se produciría una lucha tenaz, entre la educación que su hijo recibió en el seno de la familia y las influencias que pudieran ejercer sobre él en esas escuelas, lucha que sería en desigualdad de condiciones toda vez que a partir del momento en que ingresara en ella, tendría la oportunidad de verlo solamente cada quince días y el poco tiempo de sus pases lo emplearía, para compartirlo en fiestas con los nuevos amiguitos de la escuela. Por estos motivos la esposa se opuso rotundamente a esta loca idea, en realidad tampoco tenían necesidad económica que justificara tal decisión del muchacho, pero los padres son más arriesgados y prefieren que los hijos no se críen bajo la falda de su madre, él comprendía que ella tenía toda la razón del mundo, pero su exceso de protección hacía peligrar también la preparación del muchacho para luchar en la dura y difícil vida que se llevaba en este país. Apoyó a su hijo sin vacilaciones consciente de que podía perder la pelea y al final, las malas influencias que se adquirían en estos centros educacionales, desbarataran por completo los sueños que cada padre reserva para sus hijos. Para que no fuera a una escuela cualquiera, Efraín visitó a una amiga del Ministerio de Educación y la puso al corriente de los deseos de su hijo, mas el interés particular de él en que no fuera a parar a esos centros que se habían convertido en tristemente famosos por el descontrol sobre la vida del alumnado, fraudes escolares, abortos que se practicaban en jovencitas de apenas quince años a espalda de sus padres, estimulación de las relaciones sexuales de una manera precoz, llegando esta situación al libertinaje y la promiscuidad incontrolable, desarrollándose lo mismo entre alumnos que entre profesores y estudiantes, etc. Ella le prometió tratar de conseguir el ingreso del muchacho en la mejor escuela secundaria que existía en el plan de becas del gobierno y le habló de la que era en ese momento Vanguardia Nacional, la Secundaria República de Bulgaria, indicándole que volviera a los pocos días para entregarle un papel que debía presentar en dicho centro. Aquel día, Efraín y su hijo partieron solo hasta Artemisa, un pueblo algo apartado de la Ciudad de La Habana y una vez allí tomaron un pequeño autobús hasta un lugar conocido como Las Cañas, todavía se encontraban en fase de organización el profesorado y los estudiantes, no habían iniciado aun las clases y el loby de la escuela era constantemente cruzado por los alumnos del centro de varias edades y de ambos sexos, la primera impresión fue muy buena para Efraín, toda el área al alcance de su vista estaba impecablemente limpia, el piso de un brillo extraordinario, no se podía explicar de que manera lo habían logrado, ya que en Cuba no existen productos para ello, en lo que esperaba a la responsable de lo que allí llaman Vida Interna, caminó por el largo y ancho pasillo que lleva hasta el comedor y le llamó la atención de que existía otro más pequeño e independiente al de los alumnos, cuyas mesas estaban preparadas como si fuera un restaurante y poseía también un piano de cola en su interior. Más asombro le causó ver a la entrada del comedor una especie de pizarrón, donde era anunciado el menú del día, no existía en esa lista nada asombroso de oferta, pero al parecer los alumnos tenían dos opciones a seleccionar y esto no era común en nuestros tiempos. De verdad que Efraín se sintió impactado por todo lo que veía y deseaba que fuera esa la escuela donde su hijo pasara la enseñanza secundaria, unos veinte minutos más tarde fue llamado a una oficina, donde lo atendió una mujer menuda del color azabache. Fue corta de palabras y se ahorró el saludo, aquel gesto contrastaba mucho con lo visto hasta el momento, al menos lo invitó a sentarse, mientras él le entregaba el papelito que le dio su amiga en el Ministerio. - Lo siento mucho papá, pero no tenemos mas disponibilidades en este centro y por tal razón no puedo admitir a su hijo.- Se hizo una costumbre en Cuba por parte del profesorado o trabajadores de los centros de enseñanza, llamar papá o mamá a las personas que acompañaban a los muchachos, aunque estos no lo fueran. Casi siempre era recibido con mucho gusto, pero de nada servía cuando iba acompañada de una mala noticia. - Oigame, usted está segura de lo que me dice, fíjese que no es fácil venir desde La Habana hasta aquí para recibir esa respuesta. - Lo lamento mucho, pero el problema es que no existen camas ni ropa para su hijo en este centro.- No había nada que hacer después de aquella respuesta y Efraín dio por terminada la entrevista, él no era hombre que le gustara apelar a la súplica ni a la solicitud de favores, tomó el papel que ella le devolvía y se despidió con un seco "buenas tardes".
En Artemisa tomó un taxi de regreso para La Habana, éstos solo llegaban hasta la terminal de ómnibus que existía en la calle 100 de Marianao y próximo al cine Lido. Como era usual en el país sobornó al taxista y éste lo condujo directamente al Ministerio de Educación, donde pudo llegar a tiempo para hablar con su amiga. - ¿Qué hacen aquí?. Se supone que ya deberías estar estudiando.- Pregunta mientras dirige la mirada hacia el hijo de Efraín. - No lo aceptaron. - ¿Cómo que no lo aceptaron?. - Como te digo, dicen que no tienen capacidad para él. - ¿Con quién hablaste allá?. - No recuerdo su nombre, pero es una prieta que dicen es la responsable de Vida Interna. - Esperen un momentico.- Diciendo esto, levantó el auricular del teléfono y marcó unos números, pocos segundos después estaba establecida la comunicación. - Oigo, ¿es la secundaria República de Bulgaria?. - Por favor, ¿me pueden llamar a la Vida Interna? ….Si yo espero el tiempo que sea necesario….dígale que es del Ministerio de Educación.- Nos mantuvimos unos minutos sin cruzar palabra alguna, mientras la amiga esperaba por la persona solicitada. - ¿Quién habla?. - Mire, ayer se envió a un estudiante para ese centro con una carta de este Ministerio y usted lo rechazó……..No, eso a nosotros no nos importa….Usted debió haberse fijado que ese papel estaba firmado por el Ministro antes de rechazar al muchacho……….Yo no se lo que usted va a hacer, pero mañana mismo el muchacho regresa a esa escuela y usted lo ubica de inmediato……Por supuesto que es una orden del Ministerio…Muy bien….Hasta mañana. - Mañana temprano preséntense de nuevo en la escuela, que una vez recibido ella me llamará por teléfono.- Efraín se despidió de su amiga y salió con más esperanzas rumbo a su casa. Otra vez en la escuela, la responsable de Vida Interna los recibe en la oficina y no sabía de que forma los atendería con tal de agradarles. - Papá, si usted me hubiera aclarado que su hijo venía de parte del Ministro, yo no lo hubiera rechazado causándole estas molestias. - El problema es que yo no sabía tampoco quién había firmado ese papelito. - Bueno, váyase tranquilo, que en unos minutos le van a entregar los uniformes y le dirán cual es el dormitorio para el cual ha sido asignado. - Muy bien, muchas gracias por todo y disculpe la molestia. Por bastante tiempo Efraín y su esposa estaban tranquilos después de comprobar que las condiciones de aquel centro eran totalmente diferentes a las de las otras escuelas existentes en el país, en varias oportunidades participaron en las reuniones de padres realizadas en el teatro del centro, para ello fueron trasladados en ómnibus de los escolares, que después los devolverían nuevamente hasta La Habana, otras veces esta reunión era celebrada en el teatro de la escuela secundaria que se encuentra en el Obelisco de Marianao, los padres se notaban contentos con las gestiones que siempre hacía el Director del centro en favor de sus alumnos y las relaciones de este con sus muchachos, el Director era conocido como Manolito, era un mulato claro de baja estatura y era innegable que parte de los éxitos de aquella escuela se debían a sus gestiones particulares. Era un tipo que además de poseer el carisma del líder, sabía colarse por el hueco de una aguja y por ello en su escuela era poco lo que faltaba comparada con otros centros y la situación del país. Una vez se llevó a todos los alumnos para la playa de Varadero y detrás de la caravana de autobuses escolares, marchaba también un camión cargado de viandas para sus alumnos, por supuesto, conseguido por gestión propia de este Director, que vivía para su trabajo, su escuela y los muchachos. Pero pasó lo que tenía que pasar, lo que sucede siempre en Cuba, como el hombre era tan excelente Director, lo cambiaron de escuela, es muy probable que a cumplir alguna tarea del Partido, para tratar de levantar a otra escuela que estuviera en condiciones deplorables, esto sucedió cuando el hijo de Efraín terminó el segundo año de secundaria, bueno en realidad un poco antes ya que en varias oportunidades fue convocado al centro, donde recibiría las quejas por mala conducta de su hijo. En aquellas obligadas visitas pudo notar que la escuela no era como él la había conocido, el piso no tenía aquel brillo de entonces, los muebles estaban bastante maltratados, la disciplina se notaba también algo quebrantada y según los cuentos de su hijo, ya había tenido su primera experiencia sexual y de vez en cuando dormía en el albergue de las muchachas. Efraín se sentía preocupado por las cosas que su hijo le contaba, él las había vivido en la época de su juventud pero de una manera muy diferente, ahora el muchacho comenzaba a tener una visión de la vida que no se ajustaba al paso que llevaba la sociedad, para él todo se resumía en amigas, fiestas, paseos y no se le escapaba una palabra que se refiriera al futuro. Uno de esos días cualquiera, su hijo se le apareció en la casa a las 11 de la noche, con un papel para que los padres se presentaran en el centro escolar, al preguntarle de que manera había llegado a La Habana, les explicó que había salido con el padre de otro alumno, quién le pagó los gastos del pasaje. Coincidió en ese momento que Efraín se encontraba de vacaciones y a la mañana siguiente partió con su hijo para la escuela, mientras le pedía que le contara toda la verdad sobre lo sucedido.
Una vez en la escuela, se encontró también con un numeroso grupo de padres que habían sido convocados para ese mismo día, Efraín fue uno de los primeros en pasar a la oficina del Director. - Lo he citado para informarle que su hijo causará baja de esta escuela por varias razones.- Comenzó el Director sin rodeos, era evidente que no podía gastar mucho tiempo con cada padre en sus entrevistas, ya que la cola de ellos era numerosa. Efraín acostumbrado a todo tipo de trámites y gestiones dentro de este sistema, había llevado una agenda de notas para escribir lo más importante que pudiera sobresalir de esa entrevista. - ¿Puede adelantarme alguna de esas razones?. - Por supuesto, según tengo entendido y de acuerdo a las informaciones de varios profesores, que son avaladas por el criterio de la compañera responsable de Vida Interna de este centro, su hijo es reincidente en casos de indisciplina. - ¿Cómo cuales?- - Por ejemplo, aparece una gran pelea con otro alumno.- Efraín tomaba nota de ello. - ¿Cuales más?- - Presenta problemas ideológicos. - ¿Qué tipo de problemas ideológicos?. - Su pasión por las películas americanas, al parecer éstas ejercen una gran influencia en su personalidad y es algo adquirido en el seno de su familia. - ¿Por qué usted manifiesta que es adquirido en el seno de la familia?. - Porque presume de que su padre, en este caso usted, trae productos de países capitalistas que la población no posee, así como la música que oye en su casa y las películas como Rambo, totalmente dañinas para la juventud. - En resumen, de acuerdo a los criterios suyos y de estos profesores mi hijo está desviado ideológicamente. - Ese es el criterio de la mayoría. - ¿Puede darme el nombre de esa mayoría a la que usted hace referencia?. - Lo lamento, pero estas son cosas del Consejo de profesores. - ¿Algo más que agregar al problema de mi hijo?. - ¡Claro!, como podrá observar tanto él como muchos de los de su piquete, han transformado el uniforme escolar y en esto los padres tienen mucha responsabilidad. - ¿Algo más?. - Si, parte de la desviación que posee la demuestra en el pelado que se ha hecho y esto también es parte de la responsabilidad de los padres, si en la casa no colaboran con la escuela el trabajo de los profesores está perdido. - ¿Algo más?. - Si, su hijo tiene suspensas varias asignaturas. - Yo pensaba que no era así, ¿le falta algo por agregar?. - No, solamente quiero entregarle su expediente escolar para que lo presente en las oficinas del municipio al que pertenezca para matricularlo en otra escuela y le digo que hemos sido bastante generosos al no recomendarlo para un centro de reeducación juvenil. - Claro, esto es una generosidad de ustedes, yo les entrego a un muchacho que había terminado la escuela primaria y ustedes me devuelven a un jovencito con problemas ideológicos. - Mire, firme aquí, esta es el acta donde se informa los motivos por los cuales su hijo causa baja de esta escuela.- Efraín lo leyó con detenimiento, tomándose todo el tiempo del mundo y de vez en cuando hacía alguna anotación en su agenda,aquella actitud considerada como desafiante por todo funcionario del gobierno, molestaba grandemente al Director de la escuela y eso él lo sabía, después de revisarlo totalmente, se lo regresó al funcionario. - Bueno, pero es que no lo ha firmado. - ¿Cómo usted cree que voy a firmar la condena de mi hijo?, él debe tener derecho a que se defienda y creo que ese es mi deber. - Entonces firme como que no está de acuerdo. -Usted parece que está acostumbrado a tratar con idiotas o con infelices madres solteras para las cuales estas becas representan un alivio a su situación económica, pero en el caso mío parece que se equivocó. - Compañero, fíjese que debajo de la hoja hay un espacio para ser firmada cuando no se está de acuerdo. - Creo necesario repetirte que no soy idiota, aunque firmara en desacuerdo le estoy dando validez a ese documento y parece que no acabas de comprender que he dicho que voy a defender a mi hijo al nivel que sea necesario, la Santa Inquisición pasó hace muchos años, digo, eso creo yo. - Yo no le niego ese derecho, pero usted debe firmar y luego acudir a los canales correspondientes. - No firmo y voy por el canal que me de la gana, ¿sabe una cosa?, en Cuba hay más canales que en Venecia.- Efraín se levantó y dejó al individuo con la palabra en la boca, una vez afuera, habló con su hijo y le dijo que hablara con todos sus amiguitos y le pidieran a sus padres que bajo ningún concepto firmaran ningún papel que les diera el Director porque este asunto lo llevaría al Ministerio de Educación. En lo que esperaba la llegada del autobús, observó como su hijo cumplía lo que le había ordenado. No era su propósito convertirse en líder de aquel grupo, solamente lo motivaba el saber del miedo que padecían muchas personas en reclamar sus derechos o los de sus hijos y se resignaban a aceptar, todos los atropellos de cualquiera de los funcionarios en cualquier puesto de trabajo. Sin alterarse en lo mas mínimo por lo sucedido, partió con su hijo acompañado de varios de sus compañeritos que corrían la misma suerte, sin darse cuenta llevaba debajo del brazo el expediente. Un rato después, sintió como una voz que salía precisamente del interior de aquello que era como una libreta de notas y esta le decía, ábreme!, ¡tómate un tiempecito y ábreme!, repetía aquella voz, pero él no estaba apurado en leerlo, primero debía sentarse a conversar detenidamente con su hijo para poder preparar su defensa. Cuando llegaron a la casa con la mala noticia, la madre la recibió con algo de alegría pues tendría de nuevo al hijo bajo su control, solo que habían pasado dos años y sus aspiraciones serían ahora más difíciles de poder complacer, como difícil sería resolver este problema y lograr una inscripción en una escuela de la ciudad, para ese entonces el gobierno estaba sacando a los estudiantes de la capital y los llevaba al campo, fuera de la influencia familiar y de las preocupaciones normales de una juventud carente de actividades donde gastar el tiempo libre, para matricular en una de estas escuelas, solicitaban un certificado médico donde se expresara la indisposición del estudiante a permanecer en el campo con carácter permanente, esta política era llevada a cabo en algunos municipios de la capital, generalmente en los habitados por la clase trabajadora, pues donde vivía la clase gobernante todo se mantenía inalterable, fue así como se convirtió en obligatoria la enseñanza secundaria en el campo. En la tranquilidad del hogar y después de descansar del largo viaje, se sentaron en la sala y Efraín comenzó a construir su alegato. - Fíjate bien, podrás mentirle a tus profesores, al director de la escuela, a la tipa de Vida Interna, al Ministro de Educación, a todos los que tu quieras, pero yo necesito oír la verdad, no puedo pararme a discutir esto en ningún lugar si no llevo la razón conmigo, ¿estás de acuerdo?. - Si, pipo. - Comencemos entonces, háblame de las películas que has visto y de acuerdo al Director, son dañinas a la juventud, por ejemplo ¿dónde viste la película Rambo?. - Esa las vemos en la escuela, hay un papá que lleva el vídeo en el Lada que tiene y las pasa en el teatro de la escuela. - ¿Estás seguro de lo que me dices?. - Claro que no te estoy mintiendo. - ¿A que hora ven esas películas y con que frecuencia?. - Casi siempre a las diez de la noche, unas dos veces por semana y no sé por qué razón me preguntas eso, si estas son vistas por profesores también. - Te lo pregunto porque el Director insinuó de que las mismas eran vistas aquí en la casa, en ningún momento le dije que no teníamos equipo de vídeo, han pasado alguna vez películas pornográficas. - No, pipo, de ese tipo nunca solo de aventuras. - ¿Cuantas veces te peleaste en la escuela?. - Una sola vez. - ¿Por qué razón lo hiciste?. - Porque había un grandullón abusando de uno más pequeño y yo salí a defenderlo. - ¿Tienes testigo de ello?. - Por supuesto, está la profesora que nos separó y los muchachos del aula. - ¿Dónde te pelaron así a la moda?. - ¿Dónde va a ser?, en la barbería de la escuela. - ¿Quién le recogió de ancho a los pantalones del uniforme?. - Las muchachitas de la escuela, allá todo el mundo los tiene estrechos, eso es lo que se usa. - ¿Dices que todos en la escuela lo usan igual que tu?. - Si, pipo, cuando volvamos yo te lo voy a mostrar. - ¿Cuantas asignaturas suspendiste este semestre?. - ¿Quién dijo semejante cosa?, yo no tengo ninguna asignatura suspensa. - Pues esto fue lo que me informó el Director. - Eso es fácil, las notas las deben poner en el mural de la escuela a más tardar mañana porque los alumnos salen de vacaciones, allí lo comprobarás. - ¿Tu crees que tengas problemas ideológicos?. - ¿Qué problemas ideológicos viejo?, aquí todo es una desviación ideológica, si llevo cintas de la música que oímos en la casa es un problema, si me gusta vestir bien y a la moda es otro problema, las películas, el pelado, ¿qué no es un problema en este país?. - Oír a Silvio Rodríguez y a Pablo Milanés. - Bueno y si no me gustan, ¿por qué me tienen que obligar a escucharlos?. - Espera un minuto que me voy a llegar al baño un momento.- Se levantó Efraín y al pasar por el comedor el expediente le dio un grito. - ¡Oye!, ¿tu no piensas leerme?, tengo cosas muy importantes que decirte.- Paró en seco y vio que encima de la mesa del comedor se encontraba aquella libreta desde donde le había llegado la voz. - ¡Claro!, tienes razón, de verdad que me había olvidado de ti, pero regreso en un momento. - No dejes de hacerlo porque es lo más importante del problema con tu hijo. - Por supuesto que no, en cuanto termine vengo por ti. - Viejo, ¿con quién hablas?- Preguntó la esposa de Efraín. - Con nadie, ahora regreso.- Terminando de hablar cerro tras de sí la puerta del baño, mientras en la sala madre e hijo se mostraron preocupados al sentir como Efraín había hablado solo en el comedor. Minutos mas tarde, tomó el expediente y se sentó con él sobre sus piernas dando continuidad a la conversación interrumpida un rato antes. - ¿Has tenido algún tipo de problema personal con el Director de la escuela?. - En lo absoluto, siempre nos llevamos bien con él. - ¿Y con la jefa de Vida Interna?. - Con ella si hemos chocado en varias oportunidades, a veces pienso que es algo racista. - Si, pero estas cosas no se pueden hacer basándose en suposiciones. - ¡Acaba de abrirme!- Gritó el expediente. - Ya lo haré, pero déjame concentrarme en lo que estoy haciendo.- - ¿Qué hablas viejo?. - Nada, parece que estoy muy sobrecargado con este lío.- Pero diciendo esto abrió aquella libreta y se puso a leerla con curiosidad, la parte referente a las calificaciones escolares coincidía con lo que le había manifestado su hijo y se contradecía con el informe redactado por el Director y esto lo tranquilizaba, pero en la parte de las evaluaciones políticas dio un salto que asustó a su esposa e hijo. - ¡No puede ser!, esta gente está loca, ¿cómo pueden escribir esto en el expediente de un escolar?. - Te lo dije.- Comentó el expediente. - Mejor te callas ahora. - ¿Qué dices viejo?. - Que esos hijos de puta han escrito en tu expediente que eres contrarrevolucionario. - ¿Cómo?- preguntaron sorprendidos madre e hijo. - Como lo oyen, aquí aparece que tu y otros compañeros del grupo hicieron un sabotaje contrarrevolucionario. en la escuela. - No puede ser posible.- Exclamó el hijo de Efraín - ¿Pero cómo puede ser eso?- Preguntó la madre. - De la manera que ha sido no puedo responderles, pero eso es lo que aparece escrito en el expediente.- Terminando de decirlo le mostró la libretica a ambos, quienes la observaron con preocupación y todo coincidía exactamente con lo que expresaba Efraín. - Sabía que te sorprenderías.- Manifestó el expediente ahora abierto en las manos de Efraín. - Cállate por favor, esto es más serio de lo que me imaginaba. - ¿Que dices viejo?- Preguntó Efraincito. - Nada, tomemos las cosas con calma y mañana regresaremos de nuevo para hablar con ese Director. - Yo iré con ustedes en ese viaje.- Expresó la madre. -Dime una cosa, ¿cual fue el acto de sabotaje al que se hace referencia en el expediente?. - No fue ningún sabotaje, un día estábamos jugando con fósforos un grupo de alumnos, nos tirábamos encendidos los mismos y dio la casualidad que uno de ellos cayó en un sofá inservible que tiene el vinyl todo rajado y el relleno por fuera, entonces aquel relleno se incendió pero al momento lo apagamos, cuando lleguemos a la escuela yo te lo mostraré. - Si, creo que es muy importante que me lo muestres, carajo que pena no tener una grabadora pequeña en estos momentos. - ¿Para qué?- Preguntó la madre con ingenuidad. - Porque en estos casos van a surgir muchas negaciones en las discusiones que se producirán y cuando la pelea se ponga fea, muchos desmentirán lo que supuestamente expresaron en las reuniones del Consejo de Profesores. - ¿Por qué no dejamos todo esto a la mierda y matriculamos a Efraincito en cualquier escuela?- Preguntó la esposa de Efraín, con el propósito de alejarlo de aquel foco de preocupaciones. - Eso sería lo más fácil para nosotros, de no existir este cabrón expediente. - Viejo, ¿por qué no lo botas a la basura y así te quitas de encima este problema?. - Muy sencillo, no lo hago porque después no podremos matricularte en otra escuela y como ustedes saben, con esa coletilla que tiene escrita, es muy posible que ningún director quiera darte matrícula y mucho menos podrás aspirar a una carrera universitaria. - Llevemos a alguien de testigo.- Propuso la madre. - No es mala idea, pero bien sabes que aquí se limpian el trasero con todo esto.
El viaje se hizo más ameno en compañía de Enrique, uno de los pocos amigos confiables de Efraín, durante el trayecto en taxi hasta la escuela cruzaron varias bromas pero este último no dejaba de estar preocupado por la situación que atravesaba su hijo. En la escuela había mucho movimiento de alumnos y padres, ese día partirían de vacaciones y coincidieron otra vez con algunos de los familiares que tenían a sus hijos involucrados en distintos problemas, antes de realizar cualquier tipo de gestión, revisaron todas las listas donde aparecían las calificaciones de los muchachos y Efraín anotaba las de su hijo en la agenda que traía consigo, después le pidió a su hijo que le mostrara el sofá que había sido víctima de un atentado contrarrevolucionario. y al ver el desastroso estado en que se encontraba, le produjo un poco de risa. Luego de ese pequeño recorrido, se dirigió a la puerta de la oficina del Director de la escuela. - Por favor, dígale al Director que el padre de Efraín se encuentra aquí y desea una entrevista con él.- Le manifestó su esposa a la muchacha que custodiaba la entrada. - Espere un momentico.- Contestó la chica quién evidentemente conocía a Efraincito y al que le guiñara un ojo. La pequeña comitiva se mantuvo atenta al regreso de la muchacha. - Mire, mamá, dice el Director que en estos momentos no los puede atender y les sugiere que regresen otro día porque está muy ocupado. - Mira, mi niña, dile a tu Director que hemos dado el viaje desde La Habana hasta aquí para entrevistarnos con él y hasta que no lo hagamos no nos iremos.- Le contestó Efraín algo molesto y la chica no esperó a que terminara de hablar. - Dice que dentro de unos minutos los atenderá.- En lo que pasaba el tiempo, Efraín le dijo a su hijo que averiguara con sus amiguitos lo referente a sus situaciones y le recordara a los padres que no firmaran ningún papel. - Dice el Director que los espera en su oficina.- Les informó la muchachita de guardia en la puerta. - Buenos días y tomen asiento. - Buenos días.-Contestaron todos. - ¿En que puedo servirles ahora?.- Preguntó el Director. - Muy bien, vayamos al grano sin titubeos, usted no tiene tiempo ni para nosotros es muy agradable dar estos largos viajes desde La Habana hasta aquí. - Entonces usted dirá. - Tengo que decirle que no estoy de acuerdo con el proceso seguido contra mi hijo y que cuando salga de esta escuela iniciaré las reclamaciones que corresponden a esta arbitrariedad al nivel que yo entienda correspondiente. - Bueno, yo le expliqué que puede hacer su demanda en el Municipio de Educación del pueblo de Artemisa. - Yo creo que el asunto es de más gravedad y merece ser llevado al Ministerio de Educación. - Parece que usted me está amenazando. - No lo amenazo, solo le digo lo que voy a hacer. - No veo que las razones sean de la gravedad que usted expresa para llegar a ese nivel. - Verá que la gravedad existe, pero comencemos; usted me dijo en la visita anterior de que mi hijo tenía desaprobadas varias asignaturas y hoy he comprobado de que eso es falso, ya que se encuentra entre los pocos de esta escuela que no llevan arrastres. - En realidad esa es la información que me brinda el Consejo de Profesores. - Yo comprendo que usted no puede saber que alumno aprueba o desaprueba sus exámenes, por la cantidad de educandos que existen en el centro, pero es una negligencia de ese Consejo ofrecer datos falsos, esto no es lo que me preocupa, usted manifestó que mi hijo tenía desviaciones ideológicas por ver películas como Rambo, etc. y aseguró de que ese era un problema de su casa, pensando de que al yo ser marino tenía aparato de vídeo, pero desafortunadamente se equivocó de nuevo, las películas que tanto afectan a mi hijo según usted, fueron vistas en esta escuela después de las diez de la noche, horario en el que supuestamente los alumnos deben dirigirse a sus dormitorios. - Eso es falso y una infamia como esa no se la acepto. - Es tan falso que las películas fueron proyectadas en el teatro de este centro por el padre de la alumna María Benitez González, quién se desempeña como dirigente y posee un auto marca Lada de color azul.- - Eso se tiene que verificar. - Por supuesto que los inspectores del Ministerio lo deben verificar, usted me dijo que Efraincito mostraba los síntomas de su desviación ideológica a través del pelado y la alteración de su uniforme, pues yo he comprobado que todos los alumnos tienen el uniforme en las mismas condiciones, estos fueron modificados por las chicas de la escuela y el pelado se lo hacen los barberos de este centro. - Yo creo que usted se está metiendo en asuntos que no le corresponden, como ese de vincular a la escuela con los problemas de su hijo. -Eso es algo que me corresponde, porque le repito, yo le entregué a un muchacho que terminó la primaria y según sus informes ahora me entregan a un desviado ideológico y contrarrevolucionario. - No creo haberle expresado eso. - Usted no, pero el expediente que me entregó lo lleva escrito. - Creo que usted está exagerando.- Terminando de decir eso Efraín sacó el expediente y se lo tiró encima del buró. - Léalo y comprobará hasta donde exagero.- El director lo tomó en sus manos y cuando hubo de comprobar la veracidad de los planteamientos de Efraín, se levantó y en la puerta ordenó a la muchacha de guardia buscar a la Responsable de Vida Interna. - La compañera que escribió eso vendrá para acá en unos minutos.- Se sentó de nuevo y en la medida que transcurría el tiempo, se borraban tras de sí los síntomas de arrogancia. - Usted manifestó que mi hijo había tenido una gran pelea en medio de una clase, constituyendo un gravísimo acto de indisciplina. - Bueno, de eso él mismo puede dar fe. - ¿Se molestó usted en averiguar el motivo de dicha pelea?. - No, porque cualquiera que haya sido la razón, constituye un acto de indisciplina. - Por supuesto que es una indisciplina, pero una de las que yo apruebo como padre, porque él salió en defensa de uno más débil sobre el cual se cometía un abuso. - De esto no estoy informado. - Pues antes de aceptar toda la información que se le brinda y proponer una sanción a una persona sin ser juzgado, debería dársele la oportunidad a que se defienda cuando menos.- En ese momento entró la Responsable de Vida Interna, una persona que en sus expresiones denotaba bajo desarrollo intelectual y cultural, originándose una pronta discusión donde no se llegó a ningún acuerdo y culminó con intercambio de ofensas. Ella se negó rotundamente a realizar cualquier cambio en lo escrito en el expediente y todo parecía indicar, que existía una estrecha colaboración entre Director y Jefa de Vida Interna. Por el camino hacia La Habana y luego de un breve intercambio de opiniones relacionados con los futuros pasos a seguir, todos cayeron dormidos en sus asientos mientras la ruidosa guagua se desplazaba por la carretera Central, en la terminal de ómnibus de Marianao tomaron un taxi hasta la avenida del Prado en la Habana y de allí continuaron hasta el barrio obrero de Alamar en otro autobús de la ruta 215. - ¿No pensarás dejar todo así?- Preguntó el expediente a Efraín cuando los demás continuaban el sueño, ahora con la brisa de un aire menos contaminado por la proximidad del mar. - Claro que no, mañana mismo iré a ver a mi amiga del Ministerio de Educación, para que ella misma me indique los pasos que debo seguir. - ¿Crees que ella se atreverá a ayudarte a ese nivel?. - Es de suponer, pues yo sé que tengo la razón, ¿por qué me preguntas eso?. - Solo por saber, tu tienes mucha más experiencia que yo, acuérdate que solo salgo de las escuelas en muy pocas ocasiones y la verdad es que no estoy muy satisfecho con las cosas que he oído en las oficinas donde me han tenido archivado. - Bueno, pero es que la vida de una escuela es muy diferente a la de la calle. - De todas maneras sigo sin confiar. - No te preocupes, verás como mañana todo se arregla. - Insiste por favor en que me quiten esa mancha tan dolorosa que llevo en mis hojas. -Lo haré, pero por favor relájate y no me atormentes con tantas preguntas, - - Acuérdate que para estas gestiones yo debo andar muy sereno. Al siguiente día Efraín se levantó bien temprano y después de pasar por la Caja de pago de su Empresa, se dirigió al Ministerio para conversar con su amiga, ahora iría preparado para lo peor, pues conocía al cubano de hoy, ese que sabe ser amigo en las buenas y te abandona cuando más lo necesitas, aun así no acababa de aprender y confiaba en todas sus amistades. - Imagínate tu, la verdad es que yo no me puedo meter en esa candela, tu mejor que nadie sabes que yo soy militante y fui la que puso la cara por tu hijo, ahora te apareces con esta candela y eso me puede ensuciar.- Ese fue el inicio de la conversación con su amiga Margarita. - ¡Coño!, pero yo no veo donde está la candela que dices, supón que mi hijo tenga problemas, pero estos son derivados de los males que existen en ese centro escolar. - Yo te comprendo, pero tu sabes como funciona esto. - ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?, sencillamente esa escuela no está funcionando bien y no siempre la culpa debe caer en los más débiles. - Mira, eso es un asunto que tu debes resolver como padre, yo te voy a dar la dirección de una persona en la oficina de la Dirección Provincial de Educación, le explicarás todo lo que me has dicho, pero en ningún momento menciones mi nombre, no quiero verme implicada en esa candela. - Perfecto, dame la dirección y olvídate de mi, no creo que vuelva a molestarte. Efraín tenía una amplia experiencia en cuanto a los cambios que habían experimentado la mayoría de los cubanos, pero aun así nunca escarmentó y siempre confiaba en que todavía quedaba alguien que se distinguiera por no renunciar a su verdadera personalidad, aquel ser que no temiera en algún momento defender la razón, quién diera muestras de tener criterio propio y no se dejara arrastrar por aquella corriente maligna, que tanta destrucción causó entre nuestra gente, "el mal llamado criterio unánime", donde se escondía toda la cobardía del ser humano, donde al levantarse una mano se condenaba al amigo, al vecino o al compañero, por el miedo a nadar en contra de la corriente, por el pánico a levantar la voz, a señalarse como conflictivo, por temor tal vez a perder el puesto de trabajo, porque este era mas importante que la vergüenza, la dignidad y el decoro entre los hombres. Todo esto lo sabía, lo vivía diariamente, pero nunca perdió las esperanzas de poder hallar a ese amigo ausente, al hermano de sangre indiferente ante los problemas que eran de la familia, al vecino solidario que siempre habitó en Cuba, siempre soñaba en poder encontrar a su pueblo, porque nunca aceptaría que su gente hubiera muerto. Al día siguiente llegó hasta aquella oficina ubicada en la barriada de Santos Suarez, muy cerca del cine Alameda y a una escasa cuadra de la calle Santa Catalina, allí lo atendió un hombre maduro y comprensivo, un tipo que sabía que Efraín no estaba mintiendo porque conocía todos los lados flacos del sistema educacional cubano, oyó con suma atención todos los planteamientos y le prometió encargarse personalmente de la investigación del caso, por lo menos su actitud había sido mejor que la de su amiga y un poco mas satisfecho partió de regreso a la casa. Pasaron varias semanas, cuando la casa de Efraín fue visitada por varios inspectores que lo sometieron a él y a su hijo a un largo diálogo, surgieron preguntas de toda índole referente a la escuela y le dieron una cita para recibir las conclusiones en las Oficinas de la Provincia. Ese día Efraín decidió ir solo para no sobrecargar a su hijo con más problemas y se acompañó de todos los documentos que poseía sobre el caso, entre ellos el expediente, quién no dejaba de protestar dentro de aquella pequeña bolsita plástica. Después de intercambio de saludos, el funcionario le ofreció un café a Efraín que fue servido de un termo, café aguado y sin olor al que ya estaban acostumbrado a beber todos los cubanos, muchos no se explicaban los motivos de este gran cambio en el sabor del café cubano, sin embargo Efraín lo sabía perfectamente, Cuba vendía su grano de primerísima calidad e importaba aquel café que nuestros campesinos conocían como cascarilla, además de ser de pésima calidad, ésta era empeorada aun más con la mezcla de otros granos y por esta razón no olía a nada cuando se colaba. No le vino mal aquel traguito de agua caliente con un poco de color y azúcar después de un viaje tan largo. - Realizadas todas las investigaciones, basándonos en las acusaciones que tu formulaste en contra de la dirección de la escuela Secundaria Básica República de Bulgaria, hemos llegado a la conclusión de que se ha realizado un mal trabajo en ese centro educacional y tanto su hijo, como los demás muchachos a los que se les había solicitado la baja, pueden seguir en ese centro.- Expresó aquel maduro y atento funcionario. - Muy bueno, era hora de que algún día se hiciera justicia, pero dígame, ¿en qué condición queda el asunto referente al expediente de mi hijo?. - ¿Lo trajiste contigo?. - Por supuesto, mire aquí está.- Efraín lo extrajo de la bolsita y se lo entregó al funcionario, el hombre buscó la página donde se había cometido el señalamiento en contra de su hijo e hizo una breve anotación y después se lo devolvió nuevamente. Efraín leyó cuidadosamente lo anotado e insatisfecho por la nota le preguntó al hombre. - ¿Usted cree que con poner esta nota se resolverá el problema?. - Por supuesto que sí, además lleva mi rúbrica. - Eso no sirve, no te dejes engañar.-Comentó el expediente. - El problema es que usted sabe cuantos estúpidos iguales al que escribió esa nota están ocupando en estos momentos cargos de dirección en nuestro país. - Pero la nota dice claramente que esa anotación se hizo de forma errónea. - No te dejes marear, tu sabes perfectamente que eso es una mierda.- Intervino el expediente. - Pero el que lo lea encontrará intacto el señalamiento y no pensará lo mismo aunque lea su nota, ¿por qué no se le hace un expediente nuevo?. - Mira, yo no estoy autorizado a ello. - Bueno y ¿quién es el que está autorizado?. - La verdad es que no se responderte esa pregunta, tu sabes que un expediente es una cosa muy sagrada en este país y nadie se atrevería a destruir uno de ellos. - Bueno, supongamos que no se destruya pero se le puede sustituir esa página. - Lo siento, pero hasta allá no llega mi potestad, es más, ¿quieres que te de un consejo?. - Usted dirá. - De esto no quiero que hables con nadie porque me puedes comprometer, pero te recomiendo que saques a tu hijo de ese municipio inmediatamente. - Y eso ¿por qué?. - Porque les ganaste la pelea a ellos, pero desde este mismo instante tu hijo estará en la mirilla de los directores de ese Municipio y al menor fallo se vengarán hasta destruirlo, acuérdate de ese lema que dice que el Partido es inmortal. - Ya yo tenía en mente hacerlo. - Entonces ahora pasa por el Municipio Artemisa y recoge su boleta para que solicites su reingreso en otro municipio. - La voy a recoger, pero no creo que me queden deseos de volver a becarlo después de esta amarga experiencia. - Te lo dije, todo esto es una mierda.-Agregó el expediente. - Bueno, creo que hasta aquí llega nuestra participación en el asunto de tu hijo, cualquier otro tipo de reclamación está fuera de nuestra jurisdicción y tendrías que apelar al Ministerio, donde solo atienden casos de extrema gravedad. - No se preocupe, creo que ya estoy cansado de este asunto, muchas gracias por su colaboración y continuaré los trámites del traslado de mi hijo. Se despidieron y Efraín salió de aquella oficina preocupado por las últimas palabras de aquel dirigente ; " Se vengarán hasta destruirlo, acuérdate de ese lema que dice que el Partido es inmortal", ¿será posible, coño?, ¿es esta la sociedad que yo estoy ayudando a construir?, ¿puede el Partido derramar su ira y odio contra un simple estudiante?, ¿qué es esto Dios mío?. Estas y muchas más cosas iba pensando mientras caminaba por Santa Catalina en dirección a la calle 10 de Octubre para tomar una guagua que lo acercara al Prado de La Habana. - Te lo dije, esto es una mierda.- Expresó el expediente. - Cállate por favor y déjame meditar un poco, para ver de que manera se puede resolver el asunto de ese escrito que llevas contigo. - No te rompas la cabeza que ya el mal está hecho y no tiene solución. - Pero es que debe haber otra vía, tal vez en la Dirección del Municipio. - Que ingenuo eres, si no resolviste aquí en la Provincia, podrás pensar aun que allá encontrarás la solución. - Bueno, no hay peor gestión que aquella que no se hace. - Te recomiendo que no hagas el intento. - ¿Por qué lo dices?. - Porque el Director de la escuela es amigo de la Directora Municipal y tu la ignoraste, además de plantear un pleito en contra de alguien de su zona, poniendo en duda su buen funcionamiento. - Creo que tiene lógica lo que dices. - No es solamente lógica, acuérdate que estuve archivado en la dirección de la escuela. - Entonces a la mierda con todo esto, que estudie donde pueda y de lo contrario que no estudie, todos no podemos ser ingenieros ni científicos en un país. - Malos razonamientos. - ¡Al carajo!, mañana busco su boleta y concluyo con este asunto que me va a volver loco y tu te quedas con esa cabrona mancha. - Sabía que al final pararía como todos mis compañeros, parece que tendré que resignarme como ellos. Al día siguiente Efraín partió hasta Artemisa nuevamente y allá se encontró con la resistencia de la dirigente municipal, al parecer mostraba un excesivo interés en mantener a su hijo dentro del dominio de sus poderes, pero ante todas las explicaciones que ella daba, chocó ante la férrea decisión del padre por sacar a su hijo de allí. Luego vino otra tragedia, la de matricularlo en alguna de las pocas escuelas de La Habana, pero al ser imposible aquello no quedó otra alternativa que regresarlo al plan de becas aunque fuera en otro municipio para que terminara el último año de secundaria. Así con su mancha en el expediente y la nota aclaratoria, fue aceptado en otra escuela de un municipio bien alejado del anterior, hasta que terminó este año. Los tres años de Pre-Universitario eran obligatorios también pasarlos en las escuelas del campo, pero a estas alturas ya el hijo de Efraín le hacía rechazo total a las becas y se negó a regresar. Comenzó una nueva tragedia, no se pudo resolver matrícula en ninguna de las pocas existentes dentro de la Ciudad de La Habana y para que no estuviera sin hacer nada, por medio de unas amistades se le resolvió una inscripción en la Escuela Politécnica Aracelio Iglesias, esta escuela que se encuentra ubicada detrás del hospital Naval en La Habana del Este, era un centro de enseñanza de especialidades referentes a las reparaciones de los barcos, los alumnos eran de bajo promedio escolar, la mayoría venían de las provincias del interior del país, la disciplina era un desastre, las peleas entre los alumnos muy frecuentes y en algunos casos, la calidad de su profesorado deseaba mucho que desear. Desde el primer día Efraíncito le hizo rechazo a ese centro escolar y la principal razón era que no se sentía atraído por ninguna de las especialidades que allí se estudiaban, desde los inicios comenzaron las ausencias a clases, tiempo que un día pudo comprobar, su hijo lo gastaba en las bibliotecas y museos de La Habana, esto lo descubrió su esposa en una oportunidad en la que le registró la billetera y encontró los carnets de inscripción en cada una de ellas. El muchacho era desde niño un empedernido lector, siempre estuvo inclinado por la historia y las letras, era el individuo que se sentaba frente al televisor y cuando ponían alguna versión teatral sobre la obra de algún famoso escritor, saltaba indignado cuando violaban algún diálogo o pasaje de la obra en cuestión, eso lo comprobó en varias oportunidades y una de ellas fue cuando transmitieron "Bodas de sangre", a Efraín esto le causaba dolor, como todo padre hubiera querido que su hijo se inclinara por su profesión, pero el muchacho detestaba el mar y la razón principal era el haberse criado casi toda la vida alejado del ser amado, esta situación empeoraba aun más cuando el sistema imperante en el país obligaba a la juventud a estudiar carreras que no eran las de sus aspiraciones, de ahí la cantidad de jóvenes frustrados que llegaron a finalizar en contra de su voluntad estudios por los que no sentían la más mínima atracción. En varias oportunidades fue convocado al centro de estudios nuevamente, la única queja que existía eran sus continuas ausencias, Efraín decidió colaborar con la escuela y para ello siempre tomaba una guagua posterior a la que había partido su hijo con el fin de comprobar si había asistido a clases, pero siempre fueron más las oportunidades en las que asistió el padre y no llegó el hijo. Uno de esos días en que fue convocado, le entregaron nuevamente el expediente de Efraincito y al verlo comprobó que le habían agregado otra nota, pero esta no solo hacía referencias al muchacho, sino que mentían en cuanto a la relación familia escuela, decía la nota que la familia no colaboraba con el centro y hasta ese momento se desconocía quienes eran sus padres. - Te lo dije, todo el mundo me tomará como basurero después que aquella cabrona nota se quedó escrita en mis hojas.- Exclamó con tristeza el expediente. - Verás que esta situación la resolveremos, no te preocupes. - Que infeliz eres, esta escuela como las otras funciona de la misma manera. - ¡Si!, funcionará como les de la gana pero yo tengo testigos de haber asistido más que mi hijo a este centro. - Pero no darán el brazo a torcer. - No me importa, de todas maneras tendrán que oír cuando menos.- Terminando de decir esto, Efraín salió en dirección a la biblioteca de la escuela, una de las bibliotecarias era esposa de un primo suyo y con ella pudo averiguar quién era el profesor que había firmado aquella última evaluación. - Buenos días.- Saludó al individuo sin ocultar su enojo. - Buenos días compañero.- Respondió el profesor. - ¿Usted me conoce?. - Por supuesto que no. - Lo cual no quiere decir que por el hecho de no conocerme, yo no participe en las actividades de esta escuela y menos aun que no colabore con ella. - Tiene razón en lo que expresa, eso es algo lógico, puede que nunca hayamos coincidido. - ¿Esta es su firma?- Preguntó Efraín dando muestras de una creciente ira, mientras le mostraba el expediente al profesor, éste al notar que la actitud de su interlocutor era un poco violenta, comenzó a dar muestras de nerviosismo. - Bueno, yo firmé pero la realidad es que no fui quién hizo esa evaluación, la letra de la nota escrita no es mía, es de la profesora Guillen. - Pero eso no lo exime de responsabilidad, usted firmó y le da credibilidad a lo que se escribió en esa nota. - Es que ella es la responsable del Consejo de Profesores. - Ella será responsable de lo que le salga del culo, pero usted es un cabrón pendejo, que no tiene criterio propio. - Mire papá, no se altere, déjeme explicarle. - Váyase al carajo que yo no soy padre de semejante mierda. Lo dejó con la palabra en la boca y partió en busca de unos profesores que habían sido miembros de la marina, con ellos pudo averiguar quién era la tal Guillen. La mayoría de ellos detestaban a esta profesora y le contaron que en la última actividad realizada en el campo, ella había delatado a varios profesores por estupideces y que los mismos habían sido sancionados. Efraín les pidió que estuvieran cerca del área donde ella se encontraba dando clases, porque al finalizar la misma, le daría un escándalo público en presencia de todos los alumnos y profesores. Aquellos temerosos profesores lo invitaron a que desistiera de la loca idea, pero al terminar la entrevista, Efraín partió para el piso donde aquella chivata estaba dando clases. Sonó el timbre del fin de turno y tomó posición en el pasillo por donde ella debía pasar, al verla venir partió a su encuentro y se dio cuenta de que los profesores habían decidido asistir al merecido espectáculo. No se puede negar que la actitud de esta profesora era más valiente que la del espantapájaros que había firmado la evaluación, pero la actitud agresiva y ofensiva de Efraín la hizo retroceder poco a poco, hasta que abandonó la pelea ante las risotadas de todos los presentes, lo más decente que le dijo Efraín a esta represiva Profesora, fue hija de puta y una vez desahogada toda su ira, abandonó la escuela ante el aplauso silencioso de todos los que allí estaban. - Te lo dije, esto es una verdadera mierda, todos son iguales. - No hables porquerías, no todos son iguales, allí pudiste ver que también hay profesores víctimas de estos extremistas.-Le respondió Efraín al expediente. - De todas maneras ahora la cosa está peor, ahora llevo más mierda conmigo. - Ya veremos como resolverlo, pero por favor no comiences a atormentarme. Así continuaron en silencio durante el trayecto hasta la casa, ese día Efraín tuvo un gran ataque de dolores producidos por la gastritis que padecía y después de tomarse un vaso de leche, decidió acostarse y no hablar del asunto con su esposa. Su hijo llegó por la tarde como si hubiera regresado de la escuela, pero antes de llegar a su casa, había pasado por la casa de uno de sus compañeritos, quién le puso al tanto del escándalo producido por su padre en medio de aquel centro educacional. No cruzaron palabras algunas y la madre le informó del ataque que estaba sufriendo su padre, estas crisis generalmente le duraban varios días y ellos lo sabían cuando lo veían levantarse de madrugada para tomarse un vaso de leche fría, que siempre procuraba tener a mano, comprándola en la bolsa negra. Efraincito salió temprano en la mañana como si se dirigiera para la escuela, pero ese día antes de salir, colocó su expediente entre sus libros. - ¿Qué haces tu, para donde me llevas?- - A resolver tu problema cabrón, no vas a volver loco a mi padre. - ¿De qué manera lo harás, si el viejo ha hecho todo lo posible?. - Eso es asunto mío, así que manténte tranquilo porque a mí si que no me jodes más.- Diciendo esto cerró su maletín y salió a tomar la guagua como si nada hubiera sucedido. Veinte minutos después se encontraba con su amigo en el Parque Central. - ¿A cual biblioteca vamos hoy?. - No sé que decirte, pero caminemos un poco por el bulevar en lo que termino de pensar algo que quiero hacer. El Parque Central se encontraba lleno de personas unas sentadas en sus bancos desde temprano, éstos eran los más viejos, otros con sus uniformes escolares que se dirigían en dirección al Pre-Universitario José Martí, a escasos metros de allí y hacia donde dirigían las miradas ambos amigos, con sentimientos de envidia y dolor por estar perdiendo su tiempo en la calle, muchos esperaban las guaguas en las abarrotadas paradas para moverse hacia sus trabajos, gente también que no hacía nada, nada por ellos mismos menos aun por su país, gente amargada y frustrada, gente que en la mayoría de los casos se sentían atrapados en un callejón sin salida , sin el mas mínimo sueño, solo preocupados por el presente y pensando en qué se comerá mañana. Parque que poco a poco perdía sus encantos, escaseaban las sonrisas y éstas eran sustituidas por un humor amargo, gente bajo la estatua del Apóstol al que muchos culpaban de sus desgracias, allí permanecía de pie con su brazo extendido como queriéndole hablar a la gente, pero a pocos les interesaba lo que decía y muchos lo condenaban injustamente, sin saber que él también era otra víctima, allí continuaba parado sin cansarse, rodeado de viejos, estudiantes, obreros, ladrones, prostitutas, soldados que no saben lo que defienden, internacionalistas que después se convirtieron en balseros, allí estaba Martí queriendo hablar, pero nadie lo atendía. Cruzaron en dirección a la calle San Rafael, ésta había sido cerrada unos años atrás y convertida en una vía peatonal, quisieron convertirla en bulevar pero no había mucho que ofrecer, sus tiendas continuaban vacías, no se encontraba nada de beber y lo que fueran hermosas vitrinas solo mostraban consignas y lemas que nadie quería leer, porque estas no resolvían los problemas de un hogar, ni el inquieto y molesto estómago hambriento, ni el llanto del niño ante la mas insignificante golosina, se caminaba por caminar, por hacer algo, para no pensar, como si fueran personas que escapaban de la realidad, con la mente en blanco, con un solo pensamiento, escapar. Por allí caminaron muchos habaneros, los de otras generaciones, aquellos que abrazaron en el 59 a una revolución que les vendió muchas promesas, esa calle es testigo de muchas cosas y ve como desaparecen de su circulación, a esa gente traicionada, las que envejecieron y mueren sin nunca haber visto llegar el sueño prometido, otros que desaparecen y no regresan más porque se van lejos, porque adoptan otras tierras y sus banderas tratando de olvidar sus sufrimientos. Esa calle ha oído la conversación de muchos jóvenes que se arrepienten por la desgracia de haber nacido en un lugar maldito, donde no pueden llegar a ser ellos, como lo fueron sus abuelos y quizás algunos de sus padres. En silencio marchaban Efraincito y su amigo, en silencio marchaban todos, los que iban en su dirección y los que venían a su encuentro, paredes sucias, calles llenas de papeles y basura, zapatos sucios por la falta de betunes, ropas del mismo modelo como si fueran uniformes, rostros envejecidos que no saben decir yo quiero. En la esquina de la calle Aguila vio un latón de basura y automáticamente abrió su maletín de donde extrajo el expediente. - ¿Qué haces?, ¿para qué me sacas aquí?- Preguntó el maldito documento. - ¿Qué hago?, te haré mierda cabrón, no vas a joder más y no volverás loco a mi padre.- Contestó Efraincito ante la mirada sorprendida de su amigo. - Oye, mi socio, ¿estás hablando solo?. - No lo creas, hablo con esta mierda de libreta que nos ha hecho la vida imposible desde hace varios meses. - ¿Y que piensas hacer con ella?. - Borrarla de mi memoria, de la memoria de mi padre y acabar con su existencia. - No vayas a cometer una locura muchacho, te haré falta para el futuro, te preguntarán por mi en cada escuela, piénsalo bien.- Le dijo el expediente. - Si, ya lo pensé hijo de puta y hasta aquí llegaste, me limpio el culo contigo, con el futuro, con las escuelas y con todos los que escribieron en tus hojas. - Efraincito, ¿tu estás bien?- - Estoy mejor que nunca, sujétame el maletín que ya acabo con esta mierda.- Terminando de decir esto comenzó a deshojar toda aquella libreta ante las protestas y lamentos del expediente, después ante sus alaridos fue rompiendo hoja a hoja y cuando todos sus pedazos eran bien pequeñitos, los arrojó en el latón de la basura. - ¿Sabes lo que has hecho?. - Claro que lo sé, nunca se me había ocurrido una idea tan maravillosa, es una pena que haya sido tan tarde, porque mira que hemos sufrido por esta mierda. - ¿Y ahora que piensas hacer?. - Bueno, ahora vamos a una estación de policía para hacer una denuncia de que fuimos asaltados y nos quitaron el dinero, el maletín con los libros, el reloj, etc. - ¿Y que hacemos con todo esto, lo botamos también?. - Eres bobo, eso lo dejaremos en casa de mi novia. Más temprano que de costumbre se apareció en su casa y muy alegre le dijo al padre que había resuelto el problema del expediente, le mostró el acta de la acusación hecha en la estación de policía donde se hacía constancia de ello. Efraín no paraba de leerlo asombrado y sonriente condenó a su hijo por no habérsele ocurrido antes, recordándole cuanto tiempo y dinero habían perdido en todas las gestiones legales. - Viejo, me voy para Angola. - ¿Cómo?. - Que me voy para Angola. - ¿Tu estas loco o nos quieres volver loco a nosotros?. - No lo estoy, el problema es que estando en la estación de policía, el Político de la Unidad nos explicó que si pasábamos el Servicio Militar allá sería solamente por dos años y ganaríamos $250 pesos. - Mira, fíjate bien en esto que te voy a decir, ese hijo de puta que te habló está preparado para comerle el cerebro a infelices como tu, pero te aclararé una cosa, aun eres menor de edad, ese tamaño que tienes se lo debes agradecer a tu madre y a mi, todo, absolutamente todo lo que hay en esta casa, es el producto de mi trabajo, con esto te digo que nada ha sido donado por la revolución, yo permanecí año y medio en ese país trabajando, ¿de que me sirve tener un diploma de Internacionalista, si cuando no tienen comida en esta casa la tengo que comprar en la bolsa negra?. Esos fueron dos años que perdí de mi vida por no negarme y perder lo poco que tenía, ese poco era mi trabajo. Pero ahora no irás aunque tu quieras porque sencillamente no quiero yo, si a ellos les hacen falta hombres para mantener aquella mierda, que vayan los hijitos de los dirigentes, porque si intentas sacar un pié de esta casa con ese propósito, yo te juro que te hago lo mismo que le hiciste al expediente, hasta ahora te hemos mantenido y si entras al Servicio Militar, puedes estar seguro de que continuaremos haciéndolo, pero olvídalo, porque tu eres nuestro hijo, no eres ni serás nunca el hijo de la revolución.
Con mucho cariño para todas aquellas madres, esposas e hijos
que perdieron familiares en las aventuras guerreristas, donde nunca debieron
haber involucrado a nuestro pueblo..
Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
26-7-1999. |